Vulnera Sanentum |Dramione|

20. Culpa

Me pregunto si alguien alguna vez se sintió de la forma en la que yo lo hacia. Tan desesperado como para morir y demasiado herido para pedir ayuda, ¿Eso tenia sentido?. Mi madre lejos de mi solo entendía como era esa sensación en el pecho que llegaba a cortarte la respiración. Vivimos con eso mucho tiempo antes, pero estábamos juntos, la única familia que conocía era ella.

Yo no quería herir a nadie, no de nuevo, y mucho menos a Ginny Weasley. Pero las marcas en su cuello decían lo contrario. No sabia porque lo había hecho. Yo dormía y tenia pesadillas como todas las noches, repentinamente mis sueños se disolvieron y una electricidad cálida se enredo en mi cuerpo, como una tarde de sol, de esas que desde hace tiempo no disfrutaba. 

Luego ese grito de nuevo, el olor dulce y nauseabundo en mi nariz combinado con el sabor a sangre brotando de mi boca. La calidez se transformo en dolor, miles de agujas incrustadas en mi piel.

Trataba de abrir los ojos, pero no fue hasta que Ron Weasley jalo de mi camisa con tal fuerza que llegue a dar al suelo.

Tras la preocupante declaración de la joven pelirroja bastaron un par de segundos para que la comadreja se abalanzara sobre mi, pero antes de que su puño llegara a tocar mi rostro la directora McGonagall apareció al borde de la puerta.

 —¡Señor Weasley! ¡¿Que esta ocurriendo aquí?! — 

Una ola de voces le contesto a la Directora, la cual se percato de las dolorosas heridas de la Weasley.

  — ¡Los cuatro, a mi oficina!—  dijo dirigiéndose a el trío de amigos y a mi — Y que alguien lleve a la chica a la enfermería— .

Yo aún temblaba, no podía recordar por más que lo intentara y la visión de mis manos no mejoraba, estaban rojas por el esfuerzo.

  Este era el fin, iría a Azkaban y todo por algo que no recordaba haber hecho o siquiera planeado.