4. Oportunidades

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La sala estaba en completo silencio, se podía escuchar el sonido del parpadear de los ojos de todos.

—Siento decepcionarlos, me temo que tendrán que cancelar sus planes para esta mañana— dijo mordazmente mi ex profesora de transformaciones mientras se aproximaba a donde yo estaba.

—Debo suponer que usted y el joven Potter son los testigos—

—Así es— Posiciono su mano en mi hombro.

—Primero debo interrogar al acusado, si no es mucha molestia— El ministro sonrío irónicamente.

—Claro que no, prosigan por favor—

Ella junto a Potter se situaron a tan solo unos lugares de donde se encontraba mi madre con la cual compartieron una leve mirada de complicidad.

—¿Su nombre es Draco Lucius Malfoy?

—Si.

—¿Es residente de Malfoy Manor en Wiltshire, Inglaterra?

—Si.

—¿Es usted portador de la marca tenebrosa?

Di un largo suspiro y desvié mi mirada hacia un punto fijo de la sala antes de contestar secamente.

—Si.

El Ministro sonrió de lado mirando a los miembros del ministerio que se encontraban a su derecha.

—¿Usted fue el asesino de Albus Dumbledore?

Mi corazón se contrajo y mis manos comenzaban a sudar.

Los recuerdos de esa noche me golpearon justo en el estomago, aun podía sentir el viento que azotaba la torre de astronomía, los ojos de Dumbledore posados en los míos, mirándome como nadie lo había hecho antes, con compasión, mi profesor de defensa tomando mi hombro para que le cediera mi lugar.

Pensé mi respuesta, se lo debía, aunque tal vez, solo hubiera sido un elaborado plan, aquel hombre que ante los ojos de todos solo había sido un seguidor más del señor tenebroso lo había arriesgado todo por mi y lo seguía haciendo.

—S....

—¡No!

Un grito detrás de mi nos sobresalto a todos.

Potter estaba de pie frente al jurado.

—Él no lo hizo -reafirmo.

Los miembros del ministerio volvieron a mirarse entre si.

—Entonces, señor Potter, ya que esta tan seguro de eso, ¿podría usted decirnos quién lo hizo? —dijo el Ministro incrédulo.

— Yo estaba esa noche en la torre de astronomía, el lugar estaba repleto de mortífagos, cualquiera pudo haber sido, pero algo le digo con certeza, Malfoy no lo hizo.—

—Aún así, eso no cambia el hecho de que tenga la marca tenebrosa...

— Y eso no cambia el hecho de que usted pueda darle una segunda oportunidad.— interrumpió Potter antes de que pudiera decir algo más.

El ministro miro al chico de ojos verdes seriamente para después regalarle una sonrisa burlona.

— Y ¿por qué habría de hacer eso?

— Porque Dumbledore estaba dispuesto a dársela. Esa noche, en la torre de astronomía, se lo dijo, le ofreció su ayuda pero antes de que Malfoy pudiera aceptar... lo mataron. Que usted no le brinde esa ayuda será deshonrar su memoria.

La cara del ministro se oscureció, pude comprender que no cumplir con los ideales de Dumbledore —aun después de su muerte— era para él, igual o peor que ir a Azkaban.

— Los que estén a favor de una condena, levanten la mano.

Solo dos personas lo hicieron.

— Los que estén a favor de libertad condicional.

Los demás miembros del jurado levantaron las manos.

Solté todo el aire que había en mis pulmones, al mismo tiempo que me levantaba de mi asiento.

— Espere joven Malfoy, aún no termino. Esta libertad se cumplirá en el Colegio Hogwarts, donde terminara su último curso, bajo el cuidado total de Minerva McGonagall. Cualquier incidente por su parte, joven Malfoy, será su boleto de entrada a su celda privada en Azkaban.

El ministro se levanto rápidamente y dándonos la espalda dijo:

—Minerva, Señora Malfoy, Antonius, vengan conmigo, hay cosas que tenemos que aclarar.

Ellos lo siguieron por una puerta que supongo que daba a su oficina, los miembros del jurado se esfumaron en menos de diez segundos, dejándonos solos a mi y a Potter, que se encontraba a unos metros de distancia.

- Potter, yo solo, gracias.

Mi declaración lo tomo por sorpresa, pues levanto rápidamente la vista de los cordones de sus zapatos.

- Por nada.

Dijo casi suspirando.

Trataba no pensar demasiado en todas las personas que había herido antes y a hora se compadecían de mí.

Vulnera Sanentum |Dramione|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora