Capiens ludum

Epilogo

Uno, dos, tres... de esta forma empezábamos a jugar con los amigos de mi calle cuando era una niña.

-Cuento hasta cincuenta y empiezo a buscar.

Gritaba uno de los tantos niños que le tocaba contar para que el resto nos escondiéramos, todos salíamos corriendo a buscar un lugar para escondernos. Pero hay algo muy particular, no nos escondíamos de a uno, este juego era un tanto diferente. Nos escondíamos de a dos, con el niño o niña que nos gustara y nos dábamos unos cuantos inocentes picos en la boca, el que estaba contando sabía, entonces se demoraba aproximadamente diez minutos en buscarnos.

-Ahora debo contar yo. – me decía el niño más lindo de toda la calle, o eso creía yo.

-Te escondes en la parte de atrás de aquel carro rojo que está abandonado, hay un rincón que da con un árbol y está oscuro, allí iré a buscarte.

Uno, dos, tres... cincuenta, ¡listos o no empiezo a buscar! Mientras él terminaba de contar yo me escondía en el lugar pactado, para un par de minutos después encontrarme con ese tierno e inocente niño que me miraba con travesura y un poco de vergüenza en sus ojos. Se acercaba para dejar un par de pequeños picos sobre mis labios y luego salir corriendo a buscar al resto de nuestros amigos.

¿Cuantas veces has jugado a las atrapadas?

Imagino que la respuesta es un número muy grande o quizá no existe un número para todas las veces que lo has jugado. Algo así creí que sería este juego, quizá algo que cambia, sin mucha importancia, sin mucho misterio, y algo claramente soportable. Eso pensé cuando entré a este juego, me advirtieron que sería algo diferente, pero ¿Qué tan diferente puede ser? Una joven sola y aburrida definitivamente no debiera aceptar juegos que no conoce.

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Hola a todos, esta es mi nueva novela, me van contando que le va pareciendo =) estaré publicando cada capitulo los domingos. 

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