Capítulo 3 No comprendo nada

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Este chico realmente es raro, antes me decía que era mi compañero y, ¿Ahora me va a explicar un tonto juego que he jugado miles de veces? Está bien, no importa, me salvó de algo muy perturbador y le agradezco mucho, no importa cuántas estupideces diga, mañana seguro me explicará qué le pasa. Entro con cautela en la casa para no despertar a mamá, pero me encuentro que está despierta esperándome muy preocupada, en cuanto me ve sale corriendo a abrazarme.

-Me llamó Lían, me contó que un tipo quiso propasarse contigo pero que llegó un chico lo golpeó, te tomó de la mano y salieron corriendo.

-Tal parece que no tengo que contarte nada mamá, ya lo sabes, estoy bien, este chico me salvó y no lo conozco, pero le agradezco. Le digo a mi madre con toda la sinceridad en mis palabras, ella me abraza más fuerte.

-Este chico, ¿dijo si volvía o cómo podemos contactar con él?, tengo que agradecerle por haberte salvado mi pirañita

-No lo sé mamá, solo dijo que mañana me explicaba algo, pero no entendí muy bien, yo te cuento si lo vuelvo a ver, - le digo mientras nos separamos del abrazo -. 

-Quiero descansar mamá, fue una noche larga, quiero dormir. Te amo ¿lo sabes, verdad?

-Lo sé mi pequeña, no sé en qué momento te creciste tanto, te amo mi pirañita, descansa.

Voy casi que corriendo a mi habitación, quiero bañarme me siento sucia, ese asqueroso me toco la cintura, brazos y cabello. Llego a mi habitación me quito la ropa y de inmediato me meto al baño, nada como bañarse y quitar todo lo malo y sucio después de un mal día. 

Al salir de la ducha con mi pijama ya puesta llego a mi habitación y me encuentro con la luz apagada pero veo una persona acostada en mi cama tapada con la manta de cabeza a los pies.

-Vamos mamá sé que quieres consolarme y darme ánimo, pero realmente estoy cansada, quiero dormir.- Mamá no se mueve ni un poco, ahora que lo pienso mamá nunca hace estas cosas. 

 -Mamá yo también te amo. Muévete un poco aunque sea para acostarme a tu lado, estas acaparando toda la cama.

De repente la manta se baja lentamente y solo un poco, está oscuro pero logro ver un mechón de cabello negro. Un momento mamá es rubia, yo tengo cabello negro por una abuela de mi madre. De inmediato me pongo en alerta pero no digo nada, solo miro esta persona que está en mi cama, este mechón de cabello parece como húmedo, como cabello podrido, de repente me percato que empieza a desprender un olor nauseabundo, esta persona que está allí acostada, no es normal, no parece una persona normal.

De nuevo la manta se baja un poco más y veo un rostro aterrador que tiene una sonrisa siniestra y unos ojos completamente negros que me miran a través de unas cuantas hebras de cabello, lo que sea que está en mi cama no es de este mundo. 

Casi que de inmediato salí de mi habitación y fui corriendo donde mamá que ya estaba acostada. Decidí no decirle nada, no la voy a preocupar más. Me acosté con mucho cuidado a su lado, como cuando era una niña y tenía pesadillas.

- ¿Pesadillas de nuevo mi pequeña? 

-No mamá. Solo quiero abrazarte. Le dije mientras besaba su frente.

 -Está bien cariño, no sé en qué momento creciste tan rápido. Mamá en los últimos años me repite estas mismas palabras una y otra vez.

-No lo sé mamá solo sé que te amo, no importa si soy pequeña o grande, siempre seré tu niña. Me acosté a su lado, me arropé con la manta y abrazando a mamá con mucho miedo de lo que acabo de ver cerré los ojos.

 Huele muy rico, a goulash, abro los ojos y veo el sol en la ventana de mi madre, no parece ser tan de mañana, ¿Qué hora es?, ¿Cuánto eh dormido? Bajo a la cocina con mi pijama puesta y estirándome para sacar la pereza que aún está en mi cuerpo.

Capiens ludumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora