¿Que pasaría si tienes la vida resuelta y encuentras el amor en una mente perturbada?
Historia de amor entre María Fernández Acuña y Esteban San Román ❤️
...Y amor sé que tú eres mi verdad, eres mi verdad... Tú eres la luz que me guía, Tú eres la voz que me calma, Tú eres la lluvia de mi alma, Y eres toda mi verdad...
Se mantuvieron unidos por unos momentos. Esteban quería prolongar aquel instante, deseaba que el tiempo se detuviera justo allí con ella en esa cama. Luego se separó, se colocó a su lado y pasó su brazo dándole lugar a que se acomodara en su pecho.
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E: Eso fue maravilloso...( Beso su cabello) M: Si...( Le sonrió y se acercó para besarlo en los labios)
Entrelazaron sus manos y se quedaron así unos minutos.
E: ¿Y cómo es que llegaste hasta aquí?
M: En uno de los mensajes que me enviaste estaba la dirección de este departamento. Camila escucho que hoy estarías aquí, así que solo me arriesgue y sí, te encontré.
E: ¿Y cómo pudo salir fuera de horario señora?
M: Ah, eso fue Camila...( Rió)
E: Gracias, gracias por haber venido. Por esta noche, por estar conmigo...
M: No, gracias a ti por ser tan maravilloso...
Volvieron a besarse y cerraron sus ojos quedándose dormidos uno en brazos del otro
Hacia la madrugada María despertó, encendió la luz de noche y busco la camisa que él le había prestado.
Se abrazo con ella sin abrocharsela y se dirigió al baño. Estando allí se miro al espejo mientras se lavaba la cara...y se dio cuenta que ya no era la misma María de hacía una semana, tenía otro semblante aunque luego de lo que vivió con Esteban se sintió un poco triste.
Tenía una mezcla de sentimientos, que, abrumada por ellos se permitió derramar una lágrima...¿cómo era posible haber vivido quince años al lado de alguien que ni siquiera la hizo sentir viva una sola noche?. ¿Cómo es posible que más allá de los problemas que tenían ella pensaba que era feliz?... La felicidad no era eso, eso se llamaba conformismo, la felicidad la había conocido dos veces en su vida. Cuando se entero que estaba embarazada y exactamente esa misma noche.
Sintió miedo, y recordó no haberse medicado ese día; cerró sus ojos y comenzó a respirar lentamente como Esteban le había aconsejado la vez que quedaron encerrados en el baño del local.
E: María? ( Golpeó suavemente la puerta) estás bien?
M: Si, si ahora salgo...
Su voz le transmitia tanta tranquilidad que lograba calmarse en cuestión de segundos
Se quedó sentado en la orilla de la cama esperándola cuando en instantes María abrió la puerta y volvió a abrazarse cubriendose con la prenda
