Ingrese al estudio casi al trote. Tenía que llegar a las siete y media. Miré el reloj, las agujas señalaban las ocho en punto. No me gustaba llegar tarde.- ¡Perdón! ¡Perdón! – entre gritando, mientras buscaba mi carpeta con los escritos para presentar ese día.
- ¿Qué paso? – consulto Ceci, preocupada.
- El tren se quedo varado en la estación de Belgrano. Parece que alguien intentos saltar a las vías, lo que ocasiono que se demore en retomar el recorrido.
-¡No lo puedo creer! ¿Llegaste a ver algo? – preguntó, mientras abría los ojos de par en par.
- No, es horrible eso – la mire con desagrado – En fin, ¿Qué escritos tengo que llevar? – consulté, mientras revisaba los papeles.
- Hoy, nada – me contestó.
-¿ Cómo nada? – estaba confusa.
- No. Hoy, por primera vez, vas a cubrir una audiencia. La abogada que iba a ir no se siente muy bien, así que me pidieron que te la derive a vos.
-¿En serio? – pregunté anonadada.
- Sí, ¿tenes tu credencial? -indago.
-Por supuesto – estaba feliz, pero no quería demostrarlo. Me daba pena por Ceci.
- Perfecto. Te anoto en un papel la caratula y el numero de expediente. La audiencia es a las nueve, con el subte llegas rápidamente.
-¡Gracias!
-No hay porque. Espero que en breve, también empiece a cubrir audiencias. Quiero aprender y la experiencia es importante.
-Mente positiva. Si te lo propones, todo llega – le dije, mientras una sonrisa se dibujaba en mi cara. La abrace y me encamine hacia el juzgado.Llegue con media hora de anticipación. Los nervios me apretaban la boca del estomago.
Aguarde el tiempo que restaba y me acerque a la mesa de entrada.-Hola, tengo audiencia por el expediente de Sanchez Eduardo con Orellana - dije sin levantar la mirada, mientras buscaba mi credencial en la billetera.
-¿Venís por parte actora o demandada? - me dijo el chico del otro lado del mostrador.
-Demandada - conteste, mientras levantaba la cabeza y por primera vez lo miraba.
- Aguarde en el pasillo que ya los llaman - me dijo sonriendo.
-¡Gracias! - le contesté demasiado entusiasta, mostrando los dientes, con la boca de oreja a oreja.Me quede en el pasillo esperando a que me llamarán. De vez en cuando, levantaba la mirada para observar al chico del otro lado del mostrador. Sentí que lo conocía de algún lado. Estoy segura que ya lo había visto. Entonces recordé, era a quien había golpeado, unos días atrás, en un momento de atropello.
No pude evitar acercarme a él.-Disculpame que te moleste nuevamente. Te hago una consulta – pregunte, estirando un poco la espalda. Las mesas de entradas siempre eran elevadas.
-Sí ¿ En que te puedo ayudar?
- Te voy a ser franca. Quería pedirte disculpas, el otro día subí corriendo y te atropelle-Le dije, mientras sentía como se ruborizaban mis mejillas.
-¡Me acuerdo! En realidad, tengo un gran hematoma que me lo recuerda – contesto sonriendo.
-Que vergüenza. Te pido disculpas nuevamente – sentí como el rubor de mis mejillas, se amoldaba a todo mi rostro.
-No te preocupes, fue sin querer.
-Gracias, sos muy amable– le dije sonriendo.Volví a mi lugar en el pasillo. Quise aprovechar el tiempo para charla con los colegas, los cuales también iban a la misma audiencia. Sinceramente fue aburrida y bastante larga, su cliente no quería aceptar llegar a un acuerdo, e hizo que todo se dilatara.
Estreche las manos de los letrados, antes de irme. Estaba cansada, el estrés de mi primer audiencia, había pasado factura y solo quería llegar a casa, almorzar y dormir. Pero aun el día se disponía largo, y cansador.Me despedí nuevamente y salí al pasillo exterior del juzgado. Coloque alcohol en mis manos, y comencé a caminar. En ese momento, sentí que me observaban.
No pude evitar darme vuelta. Al hacerlo, mi ojos se cruzaron con los de él, que me miraban detrás de la computadora, ubicada en el mostrador.
No supe que hacer y solo logre emitir una sonrisa, la cual fue correspondida. Algo dentro mi se estremeció, incluso me costo retirarme.
Obligue que mis piernas se movieran para salir del juzgado. Afuera, una brisa fresca me despabilo, y emprendí mi camino hacia el estudio.
Por segunda vez en el día, ingrese por la puerta de la oficina. Esta vez, Ceci no me dejo caminar.-Coméntame ¿ Cómo fue? ¿Qué hicieron? – pregunto acelerada.
- No te entiendo – estaba confusa.
- En la audiencia, quiero saber todo – comento emocionada.
-¡Ah! Bien, fue bastante tranquila, se extendió pero cerramos en acuerdo – dije orgullosa
-Muy bien . Vamos a almorzar, te estaba esperando.
- Acomodo mis cosas y voy a la cocina.Tras estas palabras, deje todo sobre mi escritorio, pase por el baño y fui directo donde ella se encontraba.
-¿ Adivina a quién vi hoy? – le pregunte. Sentía la necesidad de hablar sobre el tema.
- Con alguien de la facultad – intento adivinar.
-¡No!
-¿ Con otro colega?
-No, en realidad no se – respondí dudosas.
- Me rindo, ¿ con quien te encontraste?
-¿Recordas el chico que golpee el otro día? Resulta que atiende en mesa de entrada del juzgado.
- Como olvidarme – menciono haciendo una sonrisa picarona.
- No me mires así, si ni siquiera lo conozco. Le pedí disculpas, y las acepto.
- ¿Y que más ? – indago curiosa.
- Nada más– le respondí, mientras elevaba mis hombro, en señal de restarle importancia.
- ¿ Estas segura?
- ¡Sí! – afirmeLa tarde paso en un suspiro. En el horario indicado, estaba abordando el tren, camino a casa. Era una rutina aburrida, pero esta vez, mi mente estaba distraída, no dejaba ir al chico del juzgado. Me sentía una tonta, si prácticamente no lo conocía.
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Una vuelta de tuerca
RomantizmSofia empezó el día creyendo que iba a ser igual de aburrido que el resto, pero un cruce inesperado y una vuelta de tuerca, cambiaron su vida para siempre.