Diez días después, circulaba por la calle aparentando estar segura de mí misma, pero la realidad es que me encontraba aterrada.No podía dejar de sentirme observada las veinticuatro horas del día.
Camine las cuadras que me separaba del subte al estudio con pasos rápidos.
Ingrese a toda marcha, empujando a unos de mis compañeros, que se encontraba detrás de la puerta.
-¡Perdón! – le dije -¿Te conozco?
-No creo, me llamo Juan, soy nuevo – me dijo, mientras extendía su mano para saludarme.
- Un gusto, soy Sofia. Perdón de nuevo, últimamente voy a mil por hora – mencione entre risas.
-No hay problema – dijo, mientras corría a atender el teléfono que no dejaba de sonar.
Me encamine hacia mi escritorio, y ahí estaba Ceci, esperándome, sentada en mi silla.
-¿Lo viste? – me pregunto en un susurro.
-¿ A quién?- respondí asustada.
- Al nuevo, ¿ No es divino? – puse los ojos en blanco.
-No, además a vos te gustan todos – le dije riendo, no quería que se enojara.
- Pero, ¿No me vas a negar que tiene buen porte?
- Te voy a ignorar – le dije entre risas – Salí de mi silla, tengo mucho trabajo.
- Aburrida – me dijo mientras se levantaba.
- No soy aburrida, pero hay prioridades.
- Es verdad, por eso te agende dos audiencias para hoy a la tarde – dijo, intentando sonar ofendida.
-¿Dos?
- Sí, dos. Te dejo los informes de cada una y la citación correspondiente – menciono, mientras me mostraba algunos papeles dentro de una carpeta.
-Bueno, por lo menos no son audiencias en Inmigrantes.
- Es verdad – confirmo Ceci.
Los tribunales conocidos como "Inmigrantes", se encontraban sobre la calle Av. de los Inmigrantes, pasando la estación de Retiro y bastante alejado del resto de los edificios usados para procurar. Por lo general, nadie quería ir hasta allá, y dentro de ese grupo, yo estaba incluida.
Tomé un café rápidamente, necesitaba un golpe de energía, algo estimulante. Agarre mis papeles y comencé a caminar hacia el Palacio de Justicia.
Me coloque los auriculares para ir más relajada. Con la brisa y Coldplay de fondo, logre hacerlo.
Llegue al juzgado faltando quince minutos para la primer audiencia del día.
-Buenas tardes, vengo a acreditarme en el expediente de "Vallejos María c/Lombardo".
-¿Venís por parte actora o demandada? – consulto el chico de mesa de entrada
- Demandada – conteste rápidamente.
- Te pido tu credencial – dijo, mientras extendía la mano. Se la di con celeridad – Perfecto, gracias – me reintegro la misma.
-¿Llego alguien? – le consulte, ya que era importante poder hablar con la otra parte antes de ingresar.
- Sí, la Sra. Vallejos nada más.
-¡Gracias! – le respondí. No me acerque a ella, tenía que esperar que llegue el abogado, no puedo hablar con su cliente directamente.
Me aleje del mostrador para dejarle espacio a los demás letrados. Era un día tranquilo dentro del juzgado.
Aún faltaban unos minutos, aproveche y saque mi celular con la intención de revisar las redes sociales. Últimamente me resultaban aburridas y monótonas. Salí de Instagram para leer Twitter, cuando alguien paso a mi lado a toda velocidad, ocasionando que el teléfono, se caiga de mi mano. No llegue a visualizar quien era, ya que ingreso corriendo por la puerta del juzgado y no se percató de lo ocurrido.
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Una vuelta de tuerca
RomanceSofia empezó el día creyendo que iba a ser igual de aburrido que el resto, pero un cruce inesperado y una vuelta de tuerca, cambiaron su vida para siempre.