Fiesta de cumpleaños

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Domingo 3 de Junio. Comencé el día con los golpes de mi hermana en la puerta. Me levante a abrirle. Era tradición que el día de nuestro cumpleaños, nos despertemos mutuamente, y desayunábamos en la cama, mi mamá era la encargada de traerlo. Café con leche y tostadas para mi, y chocolatada para Juani.
Era una hermosa mañana, pero bastante fresca. Nos quedamos en la cama. Ser hermano mayor, con tantos años de diferencia, tenía muchas ventajas, y esta, era una de ellas.
Eran las doce del mediodía y llegó Flor, con una torta enorme.

-¡Feliz cumpleaños! – me gritó eufórica, abrazándome con todas sus fuerzas.

- Gracias amor, ¿Por qué compraste una torta tan grande?

-Para que alcance

-¿Cuántos somos? – le pregunté con cara de pocos amigos. Sabía que no me gustaba festejar mi cumpleaños.

-Somos ocho nada más. Nosotros cuatro, Mateo, Julian, Fede y Marcos

- Está bien – contesté resignado.

Las visitas no se hicieron esperar. Los chicos trajeron bebidas y mamá amaso pizza.
Mi hermana estaba feliz, ella amaba los cumpleaños. A mis amigos los conocía desde el jardín de infantes, siempre habíamos sido inseparables.
Cinco en punto, se habían retirado todos, menos Flor, ya que la llevaba yo. Camino a su casa, tomó una actitud extraña, tenía el ceño fruncido y los labios apretados, parecía una persona distinta a la que había estado toda la tarde conmigo.

-¿Te sentís mal? –  pregunté preocupado

-No – contestó secamente

- Entonces ¿Por qué estás enojada?

-¿Queres que te diga?

-La verdad si, sino no te pregunto – conteste de mala gana ¿Qué era ese cambio de humor?

- Se que el otro día te enviaron una solicitud de seguimiento en Instagram.

-¿Qué? –pregunte confuso, no podía creer lo que escuchaba

-Si, lo que escuchas. Te estabas duchando y llegó una notificación a tu celular. No pude evitarlo y revise que era, una chica te había enviado una solicitud de seguimiento en Instagram.

- No puedo creer lo que me estas diciendo ¿Cuál es el problema? ¿No puedo tener amistades?

- Sí, pero no era una chica conocida, además vos ya la tenías agregada a Instagram.

- De eso se tratan las redes sociales, de socializar, conocer personas.

- Pero no mujeres, igualmente ya rechace la solicitud

-¿Eso hiciste? No solo invadiste mi privacidad, sino que también tomaste decisiones sobre ella.

No emitimos más una palabra, hasta que no llegamos a su casa. La saludé con un beso seco y aceleré el auto.
Estaba molesto, siempre había sido celosa, pero esto era tocar fondo.
Detuve el auto unas cuadras antes de llegar a casa. Busqué mi celular y abrí Instagram. No mencionó de quién era la solicitud, pero sabía de quién era, ya que solo había seguido a una persona esa semana.
Filtre en la búsqueda el nombre de "Sofía Positano" y ahí estaba. Había aceptado mi solicitud, estoy seguro que de ella se trataba. La eliminé y seguí nuevamente, tal vez así, me volvería a mandar solicitud.

Una vuelta de tuercaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora