Un dìa de Spa

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El timbre del departamento no dejaba de sonar. Lo ignore. Nuevamente comenzó a sonar, cada vez con más insistencia.
Me levanté furiosa, ya que los días feriados, eran los únicos que podía descansar hasta tarde, incluso aprovechaba cada segundo, para mirar películas y vestir pijama todo el día. Lo esperaba con ansias.
Coloque mi bata sobre los hombros y me encamine con cara de pocos amigos, hacia la puerta. El timbre seguía sonando continuamente.

-¡Ya voy! – grite molesta. Observe el reloj de pared, eran las 8 AM.

-¡Apúrate! – Me apresuraron del otro lado

-¿Ceci?

- Sí ¿Quién va a ser? Abrí la puerta – sonaba apresurada. Al escucharla, trote los últimos tramos, había logrado preocuparme.

Gire la llave con la mayor celeridad posible. Ahí estaba, parada del otro lado, sosteniendo dos cafés y una docena de facturas. Primero la miré sorprendida, abriendo grandes los ojos y con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Qué es esto? No lo puedo creer, espera ¿Cómo ingresaste al edificio?

-El vecino de abajo, que está muy guapo...- comenzó a decir, pero la interrumpí

- Deja, no quiero saber. Menos averigua Dios y perdona – reí de forma estruendosa-¿Estas loca? – le dije, mientras abría pasado para que pudiera ingresar al departamento.

- Eso no se pregunta, ya sabes que sí.  Te vengo a buscar, porque tengo planeado un día muy especial

-¿Por qué? – pregunte dudosa

-Quiero celebrar nuestra amistad y...creo que lo necesitas, después de la amargura del sábado pasado.

-Sí, tenes razón - afirme

- Nada de suspiros, desayunamos y arrancamos nuestro día - me dijo sonriendo.

Una hora después, nos encontramos en el auto, camino a las afueras de la ciudad. Había reservado un spa.
Llegamos cerca de las diez de la mañana. El estacionamiento se encontraba al ingreso del lugar. Unos jardines delanteros nos recibían, posterior a ellos, se encontraba el lugar donde dejar los vehículos, y finalmente, detrás de él, un complejo hermoso, parecido a una casona de otra época.
Estacionamos el auto cerca de la puerta y bajamos nuestras carry on, la mía plateada y la de Ceci de varios colores simulando ser un arcoiris. Cuando la vi, sonreí, no me esperaba menos de ella.
Me detuvo una fracción de segundo para observar el enorme jardín, con flores rosas, rojas y blancas acompañando al verde que las rodeaba. Me generó una sensación de bienestar. Olía a flores y pasto recién cortado.
Agarré mi valija y me dispuse a ingresar. Al cruzar la puerta, un enorme hall te daba la bienvenida. Pisos de Porcelanato color marrón claro y blanco se desplegaron por todo el lugar, enormes columnas se extendían a lo largo del recibidor. Detrás de él, tres personas se encontraban en su puesto de trabajo.
Ambas nos acercamos para hacer el check-in. Eran momento que me generaban ansiedad, siempre tenía miedo que algo fallara, la tarjeta, la reserva, podría ser cualquier cosa. Pero no fue así, quince minutos después, estábamos en el ascensor camino a nuestra habitación. Ceci corrió los últimos pasos para llegar y abrir la puerta.

-¡Es hermoso! - escuche que gritaba. Me apresure a llegar.

- Es verdad, es preciosa - exclamó sonriendo

-¡Mira la cama y el ventanal!

- ¡El baño tiene jacuzzi! - grito nuevamente Ceci

-Bueno, basta de tanta emoción. Cambiate rapido que tenemos que ir a la pileta

-¿Es nuestro primer paso dentro del itinerario? - pregunte

- Sì ¿Como sabias que arme uno? - dijo con expresión de sorpresa

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2023 ⏰

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