Izuku abrió los ojos lentamente, esperó un momento para acostumbrarse a la luz, sentía su garganta seca y no tenía idea de dónde estaba, su cabeza dolía, pudo ver a su mamá sentada en un sillón a un lado de su cama leyendo un libro, quiso hablar pero su garganta estaba tan seca que dolía.
-M-mamá.- Inko levantó la mirada rápidamente, abrazó a el peliverde y luego salió de la habitación.
Minutos después llegó un señor que previa doctor junto con dos enfermeras, su madre caminaba detrás de ellos, apretaba sus manos, eso decía que estaba nerviosa. Una enfermera se acercó y tomó un vaso de agua que estaba en una mesita a su lado, lo levantó con cuidado e Izuku tomó un trago para poder quitar la sequedad en su garganta.
-¿Qué pasó?- El peliverde tenía un pequeño dolor en la cabeza y ya sabía que era un hospital, pero no sabía por qué estaba ahí.
-¿No recuerda nada?- Preguntó el doctor.
Izuku cerró los ojos intentando recordar que había pasado, recordó los gritos de personas y las luces de una camioneta que se acercaba a él.
-M-me atropellaron.- Abrió los ojos asustado, se miró el cuerpo pero solo encontró cicatrices en sus brazos, las demás estaban curadas.-¿Cuánto tiempo llevo aquí?- Sus heridas habían sanado por completo.
-Un mes y dos días, te explicaré pero necesito que te mantengas en calma.- Izuku asintió.-Cuando pudimos estabilizarte, descubrimos que el golpe que tenías en la cabeza era grave y después de unos días entraste en coma.- El doctor pausó, Izuku tenía los ojos abiertos en completa sorpresa.-Es una suerte que hayas despertado, podías durar años en coma.
Izuku se quedó petrificado, llevaba un mes y dos días dormido, su mamá seguramente sufrió mucho, sus amigos deberían de estar confundidos, Kacchan debía de estar muy preocupado.
El doctor y enfermera salieron de la habitación para que el muchacho procesara la información, estar dormido por un mes no era cosa fácil, también le darían tiempo para estar con su madre, la mujer iba todos los días por la mañana y por la noche, al parecer si jefe le había dado más libertad debido a la condición de su hijo.
-Oh cariño, me tenías tan preocupada, no vuelvas a hacer eso Izuku.- Su mamá comenzó a llorar.
-M-Mamá no llores.- Su mamá se acercó y el peliverde pudo abrazarla.-¿Cómo están todos?- La omega rápidamente supo de quiénes hablaba.
-Bueno, una semana después de que no fuiste a la escuela, el viernes tus amigos aparecieron en el apartamento, les dije qué había pasado, al día siguiente venimos a visitarte todos, también vinieron los papás de Katsuki-kun.- Hizo una pausa mientras recordaba más detalles.-Oh, yo solo podía venir por la mañana y noche así que Katsuki-kun venía a cuidarte por la tardes cuando salía de la escuela, así me sentía más segura, siempre te dejaba flores, chocolates y a veces fruta aunque no pudieras comerlos.-
Soltó una pequeña risa y señaló a una mesita de su lado izquierdo que no había visto, tenía flores, varios ramos, algunas ya se veían muertas, también había cajas de chocolates, muchas, una arriba de otra como una torre y una canasta con diferentes frutas, al parecer la cambiaba cada semana.
-Ah, ya son las 12, tengo que ir al trabajo cariño, no te preocupes, Katsuki llegara como a las 2:30, creo que hoy trae flores nuevas.- La mujer le sonrío a su hijo, lo examinó una vez más para luego darle un beso en la frente y salió de la habitación.
Izuku se sentía feliz, en sus sueños recordaba escuchar a alguien todos los días, era Katsuki que venía a verlo y contarle su día, a veces lo escuchaba murmurar cuando hacía la tarea o escuchaba las películas que ponía en la televisión del hospital, le hacía reír que cuando las películas estaban en inglés y el rubio le leía los subtítulos con diferentes voces, era muy feliz en ese momento.
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Solo una apuesta [katsudeku] [omegaverse]
FanfictionUna escuela donde asisten alfas, betas y omegas ,pero es notoria la diferencia de tratos tanto por los maestros como por los alumnos. Katsuki Bakugo, un alfa líder del equipo de fútbol americano, codiciado por alfas, betas y omegas. Izuku Midoriya...