Capítulo 4

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El descanso pasó aburrido para Katsuki, en realidad nunca había nada interesante y su grupo no era de golpear a gente débil pero tampoco los ayudaban, a Izuku también le gustaría decir que tuvo un descanso aburrido pero no fue así, unos alfas lo golpearon para luego quitarle su dinero del almuerzo.

-"Al menos tengo dos donitas que guardé en la mañana."- No era la primera vez que pasaba, deseaba que Kastuki estuviera ahí con el pero era obvio que no dejaría a sus amigos por una basura como el.

Tomó su mochila para luego dirigirse al baño, siempre llevaba curitas, algodón, vendas, alcohol, pastillas para el dolor y una crema para desinflamar golpes. Se miró al espejo, ahora sí que lo habían golpeado en la cara, tomó un poco de algodón y se la pasó por sus heridas, en sus labios, mejillas, frente y hasta debajo de los ojos.

Una vez "curado" caminó hasta el aula de Historia, le dolía la cara y cuando levantó la mirada pudo ver al rubio recargado en la pared junto a la puerta del salón de Historia mientras veía su teléfono, no quería verlo ahora. Tomó la capucha de su sudadera y se la puso, reprimió lo más que pudo sus feromonas e intentó pasar, si, intentó porque el alfa lo tomó del brazo, de su brazo "malo".

Rápidamente se soltó del agarre de ojirrubí, ni siquiera lo miraba a los ojos, tenía su vista fija en el piso, normalmente sus cortadas se dirigían a sus muslos donde nadie las veía pero se estaba quedando sin espacio así que se compró unas muñequeras para poder esconderlas en casa.

-"¿Lo lastimé? No, ni siquiera usé fuerza."- Ahora estaba confundido, las feromonas del omega se sentían más tenues era obvio que las estaba reprimiendo.

Katsuki puso una de sus manos en el hombro del peliverde y con la otra lo tomó de la barbilla para poder verlo a los ojos, se encontró con nuevas heridas, curitas y lo que hizo estremecer su corazón de piedra fueron sus ojos cristalizados y una sonrisa tenue y vacía que trataba de decir que el omega estaba bien.

Ese chico estaba roto, podía ver que el brillo de los hermosos ojos del omega se iba y aunque esté respiraba, no estaba vivo.
Katsuki se sintió culpable porque él lo iba romper aún más, en verdad no necesitaba el dinero, sus padres eran dueños de una empresa de moda, pero no se rendiría en una apuesta, él era Bakugo Katsuki y era el mejor en todo.

-"Meh un pedacito más, un pedacito menos, da igual."- Sentenció Katsuki, era hora de su actuación, diablos deberían de darle un premio.

-¿Quién mierda te hizo esto?- Por su tono y fuertes feromonas el omega podía deducir que estaba enfadado.

-F-fueron unos a-alfas de segundo año, p-pero no es la primera v-ves así que y-ya estoy acostumbrado Bakugo-san.- No sabía si estaba haciendo bien en contarle pero en realidad no especificó quiénes eran así que no había tanto problema.

-¿¡Cómo mierda te vas a acostumbrar a que te golpeen?! Debiste buscarme cuando te golpearon para darles su merecido a esos hijos de perra.- Ahora el alfa tenía que investigar quién fue y alejarlo del ojiesmeralda.

-La próxima vez te buscaré, lo prometo.- Le dió una pequeña sonrisa esperando que el mayor se tranquilizara.

-Ahora responde, ¿Por qué mierda te alejaste cuando te tomé del brazo? No usé mucha fuerza como para lastimarte.- El rubio no entendía el por qué se alejó de él.

-No es tu asunto.- Izuku cambió a una expresión seria y caminó hasta entrar al aula.

-"¿Qué mierda?"- Eso no se iba a quedar así, en la tarde tenía entrenamiento con el equipo por una hora y media, iba a arrastrar al pecoso con él hasta que le diera una respuesta.

Sonó el timbre y se fue enojado y gruñendo a todo el que se le acercara hasta que llegó a su salón donde le tocaba la próxima clase.

///////////////Separador barato///////////////

Solo una apuesta [katsudeku] [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora