VI:

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Cartas. Secretos. Magia.
Todo conectado, todo sin relación alguna.
Pero había quienes lo sabían.

Era una mañana soleada, un día perfecto para una búsqueda, Adhara estaba apenas despertando cuando recordó la noche anterior, se giró hacia el costado unos segundos y se encontró con los ojos de Rae abiertos como platos. Adhara ahogó un grito.
- Chadburn quiere hablar contigo, con De'Ath y con Gastrell.- dijo rápidamente.
- Buenos días a ti también Rae, gracias por desearme suerte en el proyecto.
- Lo siento, el viejo me abordó anoche y me asusté creí que estaba en problemas.
- ¿En problemas? ¿Exactamente porqué?
- Tal vez Arinna y yo estuvimos jugando con nuestra magia.- vio hacia otro lado.- en fin, suerte en el proyecto y avísale a tu amiga.

Adhara asintió. Se arregló como todos los días y se puso un vestido amarillo, se recogió el pelo con un listón a juego, unas medias blancas de encaje y unos zapatos que parecían casi infantiles y se dirigió al salón.

Darien estaba en la puerta.
- ¿Las leíste?.- dijo Adhara.
- Si, ¿lista?
- Lista.- asintió.

El profesor pasaba por cada mesa, con un trozo de carne de algún animal que nunca mencionó pues sabía que tanto les afectaría a los seres faéricos.

- Bien, lo que voy a evaluar es que tantas fibras musculares destruye su veneno, y en qué velocidad, luego; imagino que todos fueron lo bastante sensatos para intentar crear un antídoto. Evaluaré la efectividad de ese también, si funciona y en qué velocidad es capaz de curar, les dará puntos extra.

Ellos se sentaban en la tercera mesa de la última fila, así que serían los penúltimos en ser evaluados, mientras el momento llegaba, se limitaron a observar los venenos de otros, todos eran buenos, quemaban, derretían, cambiaban de colores hasta incinerarse aunque los antídotos no eran tan buenos, la mayoría no era capaz de curar ni el cincuenta por ciento de lo que causaban. Sin embargo nadie estaba muy preocupado por eso ya que solo les daría puntos extra.

Finalmente les llegó el turno, Adhara tenía una botellita con un líquido transparente en él: si todo funcionaba como ella había planeado haría burbujear la carne hasta hacer una sola burbuja que explotaría dejando un hoyo.

Y en efecto todo salió tal como lo había planeado. Y aunque el profesor estaba visiblemente impresionado por la reacción física que acababa de presenciar intentó disimularlo.

- ¿Cuentan con un antídoto?

Adhara se apresuró a sacar la otra botella hasta que por debajo de la mesa Darien le impidió hacerlo y le enseñó que en su mano tenía otra botella.

Ella decidió confiar, finalmente él era el mejor para los remedios, con las tarjetas que le había dado la noche anterior probablemente supo que antídoto sería mejor, aunque a Adhara no le cuadraban los tiempos ¿hizo el antídoto en una noche? ¿Únicamente con plantas? De verdad esperaba que no hubiese usado magia pues les podían quitar puntos por eso.

Darien vertió unas gotas alrededor del círculo y pasados dos segundos la carne comenzó a regenerarse. En un lapso de quince segundos estaba completamente cerrado el hoyo, parecía intacto.
- Excelente, ahora explíquenme las propiedades de ambos líquidos.

Adhara comenzó a describir cada una de las plantas que había utilizado, como había tratado cada una y como todo estaba diluido en alcohol. El profesor rió. Alcohol, después del agua, la más simple de las sustancias y plantas no tan complicadas habían hecho un hueco en la carne.

Después vino la parte de Darien donde explicó el antídoto, al igual que ella que plantas contenía y cómo estás debían contrarrestar los efectos de la mezcla de los primeros, todo diluido en agua. El profesor volvió a reír.

M'ai Aidez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora