Capítulo 4

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Una vez Louis pasó por Harry, decidieron que irían hacía el parque Rinchmond, que, a demás de ser muy bonito, era el más cercano. El castaño, con ayuda de su madre y sus hermanas, había preparado una canasta con todo lo necesario para el picnic; sándwiches, arándanos, servilletas, jugos y sus galletas favoritas.
Durante el trayecto, el rizado notó que, además de la canasta, el ojiazul cargaba con una guitarra en su hombro. En base a ello se desató una lucha interna entre su cursiosidad y su timidez para decidir si le preguntaba o no algo al respecto. Ganó su cursiosidad.
- Así que.. tocas la guitarra, eh?- preguntó.
- oh, podría decirse que sí.
- Eso es genial Lou-is -corrigió avergonzado- y tocas algún otro instrumento?-
- Lou está bien, Harold. -dijo sonriendo, y provocando que el nombrado se sonrojara- respondiendo a tu pregunta, sólo toco la guitarra, pero me gusta cantar.
- Increíble, Lou. Me dejaras escucharte cuando lleguemos?- dijo haciendo énfasis en el apodo, orgulloso-
- De acuerdo. -finalizó con una sonrisa-

Luego de unos minutos más caminando y conversando sobre tonterías, llegaron al parque. Extendieron la manta bajo un árbol para que este los resguardara del sol, y se dispusieron a comer. Poco después, ya habían devorado la mayoría de los sándwiches que preparó el ojiazul, asi que se acostaron a mirar las pocas nubes que había en el cielo. Bueno, al menos Harry, Louis, en cambio, obvserbaba encantado al rizado que yacía a su lado.

- Hazz -el ojiazul se levantó quedando sentado así en el cesped y Harry lo imitó.
- Lou -dijo cuando estuvo sentado.
- Puedo tocar tu cabello? -Harry río asintiendo con la cabeza para luego recostarse con la cabeza apoyada en las piernas del castaño, quien sonrió ampliamente y comenzó a jugar con sus rizos como un niño con su juguete favorito.

Tras haber pasado así un rato, el rizado se atrevió a decir:

- Tu aún me debes algo. -señalando con sus ojos la guitarra del ojiazul.
- Oh, lo había olvidado, lo siento. - dijo para luego levantarse e ir por la guitarra. Cuando volvió, se sentó frente al rizado con el instrumento.
- Listo? -Harry asintió- Aquí va. -y comenzó a tocar, cantando solo parte de la canción, mirando al rizado directo a los ojos.

Life gets hard and it gets messed up
When you give so much, but it's not enough
When the high's too high, and the low's too low
When you love someone and they let you go
Don't you let it kill you
Even when it hurts like hell
Oh, whatever tears you apart
Don't let it break your heart
Time takes time to heal it
You can't do it by yourself
Oh, whatever tears you apart
Don't let it break your heart

Una lágrima amenazaba con salir de los ojos de Harry. La limpió antes de que esto suceda y dijo:
- Cantas muy bonito Lou, tienes una voz realmente hermosa. La canción es tuya? Jamás la había escuchado.
- Gracias Hazz, es mía, sí, la compuse hace unas semanas. De todos modos aún no está del todo terminada.
- Tiene una melodía muy linda y, la letra es increíblemente bella, casi lloro, de hecho. Te felicito Lou. -sonrió cariñosamente al castaño.
- En serio, gracias hazz.

Cuando cayó la noche, el ojiazul acompañó a Harry hasta su casa y noto como este se tensó al llegar. Como si fuese un chico totalmente distinto al Harry alegre del parque. Esto preocupó realmente al castaño.

- Hazz, sabes que si necesitas algo puedes escribirme, verdad?
- Lo sé Lou, gracias.
- De acuerdo, no lo olvides. Adiós Hazz -dijo y luego besó tiernamente su mejilla. Causando que el nombrado se sonrojara de nuevo.
- Adiós Lou. Nos vemos. -y entró a su casa.

Mientras regresaba a su casa, Louis admitió consigo mismo, que sentía cosas por el rizado.

El chico del paredónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora