- cuando estás sonriendo el mundo entero sonríe contigo, cuando estás riendo, el sol brilla, pero cuando estás llorando atraes a la lluvia, así que deja de suspirar y se feliz de nuevo -
- siento que te sientas incómoda dulzura, pero ambos estamos de acuerdo que sería estúpido entrar a Madripoor siendo nosostros mismos -
- si esa mujer no tiene indicios, correrá sangre - dijo la mujer incómoda con el traje
- esta sin duda sera mi parte menos favorita - el barón saco un collar inhibidor con el que la mujer ya estaba bastante familiarizada, también le puso unas esposas en las muñecas y acomodó su cabello
- si tú no dices nada, yo tampoco - la mujer lo vio tratando de aguantarse la risa
- trato - estrecharon las manos antes de que el lujoso Ferrari se frenará para dejarlos bajar
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- solo Shadow, solo Shadow - susurraba la castaña para si misma
El barón era inteligente, y ella muy astuta, juntos podían dominar lo que quisieran, era como si se complementarán.
- no importa lo que pase, no salgas de tu papel - dió la última orden antes de entrar
T/n.
Apenas bajamos del auto, el ambiente se torno diferente, Madripoor era un paraíso ilegal, cualquiera con mala cabeza se perdería ahí.
- Uydi s moyego puti, eto Ten' (quitense de mi camino,traigo a Shadow) - Zemo empezó a caminar por enmedio de todos
- Caballero - saludo el bartender - ¿Shadow? Creí que ella...
- ¿Había sido liberada del control? Es mi reina, tenía que recuperarla - sonrió
- cuánta traición - le regreso la sonrisa burlona - ¿Un trago especial para tu reina?
- claro, que sea su trago de despedida - me tomo del mentón - vine a ver a Selby, para negociar
El robusto hombre saco de una pecera una serpiente de dudosa procedencia, la abrió a la mitad y extirpó uno de sus órganos para tirarlo en mi trago
- toma cariño - me lo entrego - a tu salud
¿A mi salud? ¿Quien me garantizaba que eso sí se podía beber?
Tome la bebida viéndola con asco, no sabía nisiquiera que parte de la serpiente estaba flotando en mi vaso, me mentalize, total, había comido peores cosas, cerré los ojos y lo pase de un solo trago.
Le di una mirada rápida al bartender para que dejara de mirarme, gire para ver la cara de Zemo, que se aguantaba la risa al máximo, un hombre de casi 2 metros llegó hasta nosotros, haciendo voltear al barón.
- mis jefes ya hablaron - dijo con tono rudo - no eres bienvenido
- no quiero meterme con tus jefes - respondió de lo más tranquilo - pero si insisten, que vengan a hablar conmigo - me señaló
