|Confuso|
Tras ambos alistarse, fueron hasta las piscinas manteniendo un cómodo silencio entre ellos.
Mientras que Shuichi portaba una camiseta blanca con adornos azules y amarillo, y unos shorts de playa azules oscuros, claramente portando sus chancletas, cuales se retiraría antes de entrar al agua. Por su parte, Rantaro andaba con el torso descubierto, portando unos shorts de playa rojos y sus respectivas chancletas.
Al estar en las piscinas, buscaron a Kaito con la mirada, pero no daban con él, puesto que las piscinas estaban llenas.
—¿Acordaron algún punto de encuentro? —Intrigó Rantaro, mirando el alrededor.
—Ehm... no exactamente. —Negó Shuichi, frunciendo el labio.
Rantaro asintió y, visualizando a una de sus compañeras de clase entre la multitud, tomó la muñeca de Shuichi, llevándolo consigo. El acto del peliverde logró sacarle una queja sorpresiva al joven de hebras prusias, quien no entendía porque se lo estaba llevando.
—¡Angie! —Saludó él, deteniendo su andar al estar con la chica a pocos pasos suyos.
—¡Yahoo, Shuichi, Rantaro! —saludó animadamente, alzando sus manos sobre su cabeza—. Ahm... Angie se alegra de que Shuichi esté aquí —dijo la chica, a lo que el joven le regaló una pequeña sonrisa—, Kaito le dijo a Angie que, como las piscinas están llenas, te dijera que te espera en la playa.
—Oh, bien —asintió Shuichi—. Gracias, Angie.
—¡No es nada! ¡Byeyonara! —Se despidió alegremente.
—Supongo tenemos que ir a la playa —murmuró Shuichi, mirando de reojo a Rantaro—. Me pregunto porque están llenas las piscinas.
—Hay gente que prefiere estar en estas aguas porque no es salada —señaló él, mirando las piscinas—, aunque yo lo veo algo antihigiénico cuando hay niños pequeños.
—Opino lo mismo. —Rió el chico.
Rantaro rió de igual forma y con ello siguieron su camino, sin siquiera preocuparse por que Rantaro soltase la muñeca de Shuichi. Tras poco andar, llegaron a la playa, que igual estaba algo llena, solo que se notaba menos al ser más amplia que las piscinas.
—¿Y... cómo se supone que encontremos a Kaito? —Se quejó Shuichi, mirando desanimado los alrededores.
—Tampoco debe ser muy difícil —rió Rantaro—, ven, por aquí.
—¿Seguro que no nos vamos a perder? —Balbuceó Shuichi, no muy confiado.
—Yo no aseguré nada. —Se burló Rantaro, volteando a verle sin detener el paso.
Shuichi le miró con sorpresa para luego reír, siguiéndole el paso confiando en que Rantaro, siendo el aventurero definitivo, sabría guiarse en un "espacio pequeño" como la playa.
No caminaron mucho cuando Rantaro suspiró aliviado y empezó a trotar hacia el frente sin previo aviso, asustando a Shuichi.
—¡Kaito, al fin te encontramos! —exclamó el chico, deteniendo el paso a poco del susodicho, haciendo que Shuichi chocase con su espalda—. Ay, lo siento... —Se giró hacia Shuichi, preocupado.
—Está bien, no dolió. —Rió Shuichi, sintiendo el calor subir a sus mejillas.
—Pero bueno, pensé que no vendrías, Shuichi —saludó el pelimorado—. ¿Te nos unes, Rantaro?
—Si se me permite. —Rió él, soltando la muñeca de Shuichi al percatarse de que aún la sostenía.
—Bueno, pues vengan, las chicas nos esperan para jugar. ¿Saben jugar voleibol?
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𝓛𝓸 𝓵𝓪𝓶𝓮𝓷𝓽𝓸「ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ」
Fanfiction|Libro terminado; sin editar ni correjir| La clase 79, tras ganar un concurso de clases en la academia Kibougamine, terminan por reclamar su premio: un viaje a Cancún en uno de los mejores hoteles. Aquella oportunidad, para Shuichi, no sería desperd...