esos bonitos ojos grises|Rubegetta¦soulmate au

Avance

Rubén sintió una molesta presión en su rostro, en la unión entre sus ojos y su nariz comenzó a aparecer una irritante comezón. Intento levantar su mano para poder rasgarse, pero parecía que su brazo prefería mantenerse abajo, la comezón se hizo mas intensa, así que soltó un ronco y bajo gruñido a modo de queja, como si la comezón pudiera asustarse al oírlo y detenerse.

Como respuesta solo obtuvo una pequeña risa burlona, asustado Rub abrió los ojos y se incorporo rápidamente mientras su corazón se acelero con miedo, después de todo Rubén vivía solo con sus gatos, y los gatos solo ríen en el país de las maravillas.

Cuando se giro, tu corazón casi estalla de la emoción, podía sentir como una calidez afloraba en su atormentado pecho y bajaba hasta un punto especial bajo su pantalón. Allí sobre su cama, en toda su gloria Vegetta descansaba sobre las sabanas, la parte superior de su cuerpo bellamente desnuda mientras los rastros de los rayos del sol iluminaban su pálida piel.

-Hey- saludo Vegetta, usando una ronca voz mañanera que causo un arrasador escalofrío en la espalda de Rubius.

El castaño no pudo hacer algún ruido, demasiado embobado con el trabajado pecho de Samuel como para conectar sus dos neuronas y decir algo coherente. Samuel volvió a reír por la falta de respuesta, sonriendo arrogantemente mientras pasaba una mano por su cabello, para Rubén era imposible saber si debajo de las sabanas Veg realmente estaba desnudo, pero su cuello tenia ligeras marcas y mordidas que solo hacían crecer el problema que tenia el castaño entre las piernas.

-¿Algo te comió la lengua anoche, hermoso?- pregunto pícaramente el pelinegro mientras se levantaba y acercaba lentamente a Rubén, el castaño trago fuertemente, mientras su saliva bajaba por su garganta, los ojos de Samuel cambiaron del tono gris claro, tan único de el, a el verde brillante de las hojas de su arbusto.

Rubius quería seguir observando esos ojos, pero Vegetta junto sus rostros hasta que sus narices se rozaron delicadamente y Rub podía sentir el cálido aliento de su amigo cosquillear en sus labios. El castaño apretó su sabanas con fuerza cuando sintió la delicada mano de Vegetta agarrar la parte trasera de su cabeza y empujarla delicadamente hasta que sus labios estuvieran a nada de tocarse y el aliento caliente del contrario ya acariciaba su boca.

Soooo actualización el domingo