Capítulo XIII: "No Puedes Arreglar Esto"

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Tin sabía que algo iba mal con Can después de esa noche. Su novio no era el mismo de siempre, estaba la mayor parte del tiempo en su propio mundo, perdido, rara vez hablaba y la mayor parte del tiempo que compartían prefería quedarse callado mientras se abrazaban. De eso habían pasado algunos días.

No entendía qué pasaba, siempre que preguntaba Can se iba a otra habitación o cambiaba el tema de conversación abruptamente. Y vaya que había intentado que su novio dijera algo de lo que le ocurría pero eso no pasaba y empezaba a ser desesperante.

A la lejanía notó a la chica que había sido la causante de varias de sus últimas peleas con Can, Lemon se llama, la consideró su amiga por un tiempo, ella era amable y bastante respetuosa, ella sabía que tenía una relación con Can y parecía respetar aquello.

Sin embargo tuvo que poner distancia entre ambos cuando la chica le reveló sus sentimientos el mismo día que había vuelto a hacer el amor con su novio. Mierda, él deseaba tanto cambiar ese día.

Tin deseaba tanto no haber olvidado la cita de Can, quien lucía tan esperanzado e ilusionado cuando se lo dijo, Tin no deseaba romper las ilusiones de su enamorado, sin embargo terminó por hacerlo. Sin recordar siquiera que tenía una persona esperando por él a unas cuadras de su universidad se quedó hasta tarde en la biblioteca junto con unos amigos.

Al ser tan tarde y Lemon ser la única mujer en ese grupo de estudio que se había quedado, Tin se ofreció amablemente a llevarla a su departamento, demasiado cansado como para pensar en Can o para revisar su teléfono. Fue en el transcurso del camino que por fin se acordó de su novio.

Se detuvo en una tienda de chocolates, donde compró una caja entera pues sabía que a Can le gustaban demasiado. Él iba a dárselos junto con una merecida disculpa, aunque sabía que Can merecía más y él iba a darle más, claro que esperaba poder darle más.

Tin era ignorante de la presencia del taxista que llevaba siguiendo su auto desde hace tiempo, pero no su amiga quien pudo visualizar perfectamente a Can, sin embargo se hizo de la vista ciega.

Se arrepintió de haberla llevado a su departamento cuando ella sin previó aviso le besó, tan de imprevisto que Tin no pudo reaccionar al momento. Pero cuando lo hizo tal vez ya era algo tarde, su novio había malinterpretado todo y él ni siquiera estaba enterado de que Can los había visto.

Tin estuvo tan impresionado como Can lo había estado. Lemon era una mala mujer, había logrado su cometido hacerle creer al pelinegro que ella y su novio tenían una relación, pero no logró hacer que Tin correspondiera sus sentimientos, que los meses que llevaban viéndose también habían significado algo para él, que tenían química.

“Has malinterpretado las cosas, Lemon” dijo Tin, tomando sus brazos y mirándola con lástima. “Sabes que estoy en una relación con Can y que lo amo. ¿por qué lo hiciste?’’

“Porque me gustas, me dijeron que no ibas en serio con Can, que estaban teniendo problemas y que era mi oportunidad para tener algo contigo” ella se encogió en su lugar, avergonzada. “Toda la universidad dice que vas a dejarlo, porque sabes que no puedes hacer una vida con él, al menos no una que se vea aceptable para los demás”

Eso había tomado por sorpresa a Tin, mierda si, ellos tenían problemas pero eso no quería decir que era el fin de su relación y mucho menos que ellos no iban a hacer una vida aceptable. A ellos lo que menos les importaba era tener la aprobación de los demás para poder ser felices.

‘’Mierda, mira, lo siento, Lemon, te has confundido” le dijo soltandola, frustrado porque Can tenía toda la razón y él estaba ahí defendiendola a ella. “Yo amo a Can y voy muy en serio con él, no puedo creer que pienses que por ser hombres no podremos estar juntos. No quiero que esto se vuelva a repetir ¿si?”

Gardenias (TinCan) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora