•[Cima del mundo]•

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❝ Yo le llamo arte a
todo aquello que
de alguna manera
nos devuelve a la vida ❞
-Elena Poe.

La familia Brown era una familia de clase baja, llena de sueños e ilusiones que intentaban hacer todo desde el amor y la libertad. Todos se dedicaban al arte; por una parte Richard Brown quien era un fantástico pintor, su esposa Greta Brown dedicada al violín y por último su joven hija; Amélie Brown amante de cualquier forma de arte pero desarrolló particular atención a la música al igual que su madre, la diferencia fue que Amélie prefería el piano.

Un buen día Amélie les planto la posibilidad de probar suerte fuera de su país, no es que no estuviera orgullosa de ellos, al contrario, aunque le parecía que tenían una vida tranquila y plena, sentía que sus padres podrían explotar su talento en el continente Americano, plantando así la semilla de la duda en los mayores, pues partir de que Greta se embarazo decidieron asentarse y llevar una vida mucho más serena de la que estaban acostumbrados. 

Comenzaron a ahorrar dinero y apenas juntaron para dos tickets, Amelie sin dudarlo les propuso a sus padres irse ellos para que no perdieran más tiempo juntando en otro boleto. Ella estaría bien, era independiente, podía cuidar de sí misma, a demás en el barrio todos la conocían y le tenían cariño y sobre tenia a sus dos mejores amigos a su lado, cuidando de ella.  Después de conversaciones en familia aceptaron.

10 de abril de 1912

10 meses después de que sus padres partieron rumbo al continente Americano, Amelie conversaba animadamente con uno de los comerciantes del mercado

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10 meses después de que sus padres partieron rumbo al continente Americano, Amelie conversaba animadamente con uno de los comerciantes del mercado. Era una joven inteligente que sacaba conversación de cualquier tema. Todos la conocían por su particular alegría,  pero lo que la distinguía del resto no sólo era su intelecto; su vestimenta era lo suficientemente llamativa para el resto pues las mujeres de la época no usaban camisetas ni pantalones o faldas, mucho menos gorras y eso era exactamente lo que ella usaba.

Debería plantar algunas bayas, estoy segura que sería un buen negocio, sobretodo si las vende como reductivos, leí que son buenos para la digestión─ comentaba la joven al comerciante─ y estoy segura que no sólo las mujeres lo comprarían─ dijo esto último en un susurro.

Lo haré y si funciona y te dare el 10% de la ganancia.─Amelie sonrió.

En ese momento llegaron dos jóvenes corriendo; uno de cabello negro como la noche y el otro rubio como los rayos del sol; ambos eran dos jóvenes aventureros que se habían conocido durante un viaje a París y al regreso a su "hogar" el rubio invitó a venir con él a su amigo italiano quien fue recibido por la familia Brown con la misma familiaridad que siempre recibían al rubio. 

Uno de ellos tomó a Amélie por la cintura y la elevó dando vueltas.

¿Qué haces Jack?─ preguntó con una sonrisa en los labios.

¡Conseguimos 3 boletos para abordar el Titanic!

─¡¿Qué?!─ preguntó Amélie.

¡É vero! (es cierto), este idiota apostó todo en un juego de póker y ganó ─ habló Frabrizzio con su notable acento italiano.

¿Qué dices? ¿Alcanzamos a tus padres en América?─ preguntó con emoción el rubio. Amélie estaba sorprendida y absorta en el pensamiento del reencuentro con sus padres después de 10 meses. ─ ¿Entonces?─preguntó nuevamente, ya que no recibía respuesta el rubio miro a Fabrizzio, ambos nerviosos de que la pelirroja pudiera negarse.

¿Cuándo abordamos? ─ contestó haciendo sonreír a los jóvenes aliviados por la respuesta.

Merda, abbiamo 10 minuti per arrivarci. (mierda, tenemos 10 minutos para llegar)

Corran─ dijo el rubio llamado Jack, tomando a la joven por la muñeca. Amelie volteo a ver al comerciante quien le deseó suerte en un grito para no retrasarlos.

─Volveré por mis ganancias Philip─ bromeó la joven. ─Esperen, necesito pasar por algo de equipaje─ mencionó  agitada mientras seguía corriendo pues lo único que llevaba con ella era un viejo morral

Calma bella ─Habló Fabrizzio al tiempo que le mostraba una bolsa de mano con cosas de Amelie.

El trío de amigos llegaron agitados cuando estaban levantando el puente.

Hey, hey, tenemos boletos─ gritó Jack.

¿Ya hicieron la inspección de limpieza?─preguntó un oficial de marina.

Sí, sí, claro─ mintió─No tenemos piojos ni nada.─ El oficial un poco dudoso acepto.

Suban, estamos por zarpar.

Los tres dieron un salto logrando abordar al gran barco. Y con singular gracia comenzaron a despedirse de toda la gente abajo como si los conocieran desde siempre.

Te extrañaré, no me olvides, volveré pronto─ eran algunas de las frases que gritaban los jóvenes mientras agitaban sus manos a manera de despedida. 

 

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Los 3 se dirigieron hacia la proa quedando fascinados con la vista que tenían, el profundo azul del mar mezclado con el azul del cielo.

È bellissimo (es bellisimo)─ expreso el de cabellos negros.

Lo sé, es increíble.─ apoyo el rubio.

¡Estoy en la cima del mundo! ─ gritó Amelie finalmente mientras era observada por sus amigos con una gran sonrisa en el rostro. 


༄「 Her & the Sea」 ༄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora