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❝Quizás es porque me sentí como en casa contigo, mucho antes de que me dejaras entrar ❞ -Ron Israel.
11 de abril de 1912.
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Amelie le contaba emocionada a Fabrizzio y Katherine lo que había ocurrido con Jack. Fabrizzio estaba feliz por sus amigos y escuchaba atento. En ese momento tocaron el camarote. El joven italiano se levantó y abrió la puerta.
─Buenas noches señorita Brown─ era aquel hombre canoso y de rostro amargado que siempre acompañaba a Cal─ El señor Hockley me pidió que le entregara esto.─ continuó entregando un caja.
Amelie lo tomo con duda y lo abrió; era un hermoso vestido color perla lleno de pedrería. La chica frunció el ceño y miró al hombre.
─Para la cena de esta noche.─ concluyó él.
─No se si deba.
─Tomalo Amelie.─opinó la rubia emocionada.
Amelie estaba dudosa y con cierto cuidado lo tomo y lo observaba fascinada.
─Le advierto que el señor Hockley no aceptara un no por respuesta.
─Bien─ dijo sin despegar la vista del hermoso vestidopara después dirigirse de nuevo al mayor─Solo por esta noche.─ el hombre asintió y se dio media vuelta para irse.
─No le gustaras ¿certo? (cierto)─ pregunto Fabrizzio.
─No, supongo que no querrá pasar vergüenza soy su invitada.
༄༄༄
La rubia llamada Katherin terminaba de alisar el último mechón de cabello de Amelie y prosiguió con maquillaje.
─No lo necesitas pero sin duda resalta tu belleza.─dijo acariciando su rostro dulcemente.
─¿Crees que le guste a Jack?
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