cinco

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Cuando querés que alguien te mire, no importa ninguna otra mirada. Vos querés esa mirada, y ninguna más.

Pedimos a gritos, desesperadamente, que abran sus ojos y nos miren, que nos vean. Que vean nuestro dolor y nos comprendan. Hacemos enormes esfuerzos para no necesitar a nadie, para no necesitar de una mirada para existir. 

Pero somos esclavos de esa mirada, la necesitamos como al aire. Hacemos cualquier cosa por atraer esa mirada. Intentamos ponernos en el campo visual del otro, quisiéramos tener un reflector que nos ilumine, quisiéramos brillar para ser mirados. 

La mejor mirada no es la que se nos niega, sino esa mirada que no vemos, la que ignoramos. Esa mirada inesperada, esa mirada que nos ve cuando no nos sentimos mirados y por lo tanto, nos mostramos mejor. Una mirada capaz de atravesar la máscara y ver lo que hay detrás. 

Es imposible pedir que nos mire una mirada vacía, vaciada. Pero lo queramos o no, somos esclavos de esa mirada, porque todos somos luces apagadas que sólo se encienden cuando alguien nos mira.  

Casi ángeles T4 C16. Mírame

capítulo cinco

Sin que Draco supiera cómo, las cosas se iban poniendo más turbias. Le llegaba información que prefería no saber, porque no sabía qué hacer con ella; tenía órdenes, pero no sabía cómo obedecer, porque no estaba cien por ciento dispuesto a renunciar a quién quería ser, a quien alguna vez imaginó que podía llegar a ser con un poco de cariño.

Había visto marcas a flor de piel en la mano de Harry Potter;

No debo decir mentiras.

Pero no mentía y Draco lo sabía, ahora más que nunca. Deseaba dejar sus besos en cada trazo de las letras de dicha frase, y confesar la poca información que tenía.

No se concentraba en las clases porque sólo la idea de mandar todo al carajo ahogaba cualquier otro tipo de pensamiento.

Mandar al carajo.

¿Cómo hacerlo cuando hay personas en juego? ¿cuándo no tienes las agallas de decir adiós, de tomar tus propias decisiones?

Mandar o no al carajo, en cualquiera de los dos casos, habría personas en juego.

quizás si hablo con Dumbledore, puedo evitar algo peor.

Caminaba de un lado para el otro del castillo, era de madrugada pero deseaba que un profesor lo encontrara y como castigo lo encerraran en algún lugar por mucho tiempo, pero sabía que eso con Dolores Umbrigde era imposible que pasara. Y en el fondo, sólo quería que Harry fuera a espiarlo, pero sabía que los rumores de que le estaba enseñando como defenderse a otros alumnos, eran ciertos. Y en ese momento, sabía perfectamente que estaban en la sala de menesteres.

Estaba seguro que no era capaz de mandar todo al carajo, pero cubriría a Harry en eso. No le importaba el resto, sólo lo hacía por quien alguna vez había sido su amigo, y porque en el fondo, deseaba formar parte de ese equipo.

Terminó quedándose en el baño de Myrtle, con la esperanza de encontrar una compañía. Se sentó en el suelo, apoyando su espalda en el mármol.

Por siempre y jamás | DrarryWhere stories live. Discover now