seis

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Para mí nuestro corazón es como un motorcito chiquitito, que todo el tiempo busca y busca. Busca encontrar alguien a quien amar.

No se cansa nunca, aunque estemos vencidos, él siempre busca y busca, porque un corazón necesita amar.

Creemos que lo que el corazón busca es alguien que nos ame, pero no. El corazón no es tan egoísta. Él sólo busca alguien a quien amar.

Un corazón necesita alguien que se deje amar, porque esa es la búsqueda más simple y más compleja de este viaje.

Alguien a quien amar.

Uno puede estar perdido, pero buscar el camino ya es parte de encontrarlo.

Casi Ángeles. T4 C23. Alguien a quien amar.

capítulo seis

Solo se escuchaban las respiraciones de los chicos y muy cada tanto, pasos fuera del baño.

¿Cuánto tiempo habían pasado así? Draco no lo sabía, pero supo que Potter se quedó dormido al escuchar unos suaves ronquidos. ¿Hasta roncando tenía que ser lindo?

Draco se atrevió a posar, suavemente, su mano sobre la del otro. Hizo unas míseras caricias que no eran suficientes, sin embargo no podía ponerse pretencioso. La mano era suave al tacto, tal como la recordaba. Dejó su mano quieta, cerrando sus ojos y saboreando ese momento que no sabía si volvería a repetirse. Quería ser consciente de ese momento.

Un miedo comenzó a proyectarse en su mente, ¿y si alguien le arrebataba sus recuerdos?

Debía protegerlos porque era lo más valioso que tenía, y se le ocurrió pedirle ayuda a Snape.

Harry se movió y Draco sacó la mano inmediatamente. Segundos más tardes, Potter dijo que ya era hora de volver a las habitaciones.

Volvieron separados, cada uno por su camino de regreso. Por un lado, Potter no entendía qué sucedía, ¿por qué Draco de repente parecía ser otro chico? ¿cómo pudo dormirse a su lado? Y por otro lado, Malfoy sentía la típica melancolía, preguntándose si su amigo podría recordarlo; ¿alguna vez sentirá algo por mi?

Iba a mantener sus ojos bien abiertos, atento a cualquier mínima señal. Mientras tanto, debía respetar lo que había en su vida.

Sin embargo, Draco no pudo resistirse más. Retrocedió y siguió el camino de Potter.

—Potter —llamó con voz baja. El chico lo escuchó y se dio la vuelta.

—Que sucede?

—Perdóname —dijo acercándose lentamente, Harry comenzó a caminar de espaldas, para mantener la distancia.

—¿Por qué? ¿qué haces? —preguntó asustado, sintiendo como su corazón se aceleraba.

—No voy a hacerte daño.

Harry chocó contra una pared, no podía dejar de mirar los ojos grises, atento a cualquier movimiento que intentara hacer Malfoy. Ya estaban cara a cara, Harry bajó la mirada para comprobar que las manos de Draco estuvieran vacías. Lo estaban.

Draco tomó el rostro de Harry.

Sin perder un segundo más, lo besó.

Harry no entendía qué sucedía y aún así, no pudo evitar dejarse llevar por aquellos labios suaves. Era un beso lento, sus lenguas casi no se tocaban.

Nunca lo habían besado así. Nunca imaginó que pudiera gustarle tanto un beso, y que ese beso sea dado por Draco Malfoy.

Y Draco sentía ganas de llorar por la emoción. No estaba siendo rechazado.

—Te quiero, Harry

—No entiendo nada.

Draco lo miró a los ojos por unos segundos, hasta que tuvo que decir las palabras.

—Obliviate.

Harry cayó al suelo, inconsciente, mientras Draco lo miraba con dolor. Sabía que no podía dejar que Harry recordara lo que acababa de pasar, pero tampoco podía soportar la idea de que la historia se repita. Otra vez, el recuerdo sólo lo tendría él, habiendo arriesgado todo por un beso que Harry no recordaría.

Draco se agachó y le acarició el cabello, susurrando:

—Lo siento, Harry. Ojalá pudieras quererme como yo te quiero a ti. Ojalá pudieras recordar este momento, pero es peligroso.

Draco se levantó y se alejó, dejando a Harry solo en el pasillo. No sabía qué iba a hacer ahora. Había sido impulsivo, quizás hasta abusivo. Pero Harry había correspondido su beso, y eso le daba una alegría a su alma.

Ni siquiera había ido con expectativas, solo necesitaba sentirlo cerca. La respuesta fue perfecta, y a pesar del miedo, comenzaba a sentir una gran esperanza.

Ahora la idea de aguantar hasta el final, era más llevadera.

Draco se alejó de Harry, sintiendo un vacío en el pecho. No podía creer lo que acababa de hacer. Había besado a Harry Potter, el chico que amaba en secreto desde hacía años, y luego le había borrado la memoria.

Se odió a sí mismo por ser tan débil, por no poder controlar sus impulsos. Sabía que era peligroso, que si alguien se enteraba de lo que sentía por Harry, lo matarían. O peor aún, lo usarían para hacerle daño a él.

Pero también sabía que no podía seguir viviendo así, fingiendo ser alguien que no era, ocultando sus verdaderos sentimientos. Estaba cansado de ser el títere de su padre, de seguir las órdenes del Señor Tenebroso, de ser el enemigo de Harry.

Quería ser libre, quería ser feliz, quería ser amado.

Y solo Harry podía darle eso.

Pero Harry no lo recordaba. Harry no lo quería.

Draco se detuvo al llegar a la entrada de la sala común de Slytherin. La contraseña era "pura sangre", pero él ya no se sentía parte de esa casa. Se sentía sucio.

Se dio la vuelta y decidió ir a otro lugar. Tal vez al lago, o al bosque prohibido. Necesitaba estar solo, necesitaba pensar.

Mientras tanto, Harry se despertó en el pasillo, confundido y aturdido. No sabía qué hacía ahí, ni cómo había llegado. Lo último que recordaba era haber estado en el baño con Malfoy, después de la reunión en la sala de menesteres.

—¿Malfoy?

Harry se levantó y se tocó la cabeza. Le dolía un poco, como si le hubieran golpeado.

¿Qué le había pasado?

Intentó recordar, pero su mente estaba en blanco. Solo tenía una sensación extraña, una mezcla de calor y frío, de placer y dolor.

Y una voz que le decía: "Te quiero, Harry".

Harry se estremeció. ¿Quién le había dicho eso? 

Se sacudió la cabeza y trató de olvidarse de eso. Seguramente había sido un sueño, o una broma pesada.

Decidió volver a su dormitorio y acostarse. Tal vez mañana todo tendría sentido.

Pero esa noche, soñó con unos ojos grises que lo miraban con amor.

Por siempre y jamás | DrarryWhere stories live. Discover now