3 - Sueños

136 14 1
                                    

La vida del pequeño Kohta Hirano había ido bastante bien.

Habiendo aprendido a leer y a entender el idioma local perfectamente a su primer año el pequeño Hirano Kohta estaba más que satisfecho con cómo estaba al primer año.

Ya teniendo un año pudo comenzar a dar "sus primeros pasos", sin levantar ni la más mínima sospecha. Claramente él sabía caminar y podía hacerlo hace un tiempo atrás pero no importaba ya que tenía que fingir que estaba apenas aprendiendo, siendo así que tuvo que caer y fingir estar a punto de llorar para poder pasar desapercibido.

Sus padres estaban muy emocionados por qué el pequeño había dado sus primeros pasos pero luego de 3 meses sus padres deseaban que volviera a estar quieto por un rato, dónde lo habían dejado. Sin embargo, aunque lo desearan estaban bastante felices de tener un niño tan enérgico ya que daba vueltas por toda la casa... Pero, cómo todo niño normal agarraba los juguetes y los dejaba tirados por todas partes por lo que su madre y padre solían regañarlo, sin embargo, siempre volvía a dejar los juguetes y todo por todas las partes dónde pasaba.

Los padres de Kohta lo querían mucho a pesar de todo y él ya sabía ir al baño por sí mismo así que no había problemas con eso tampoco. Cuando quería comer le decía a sus padres y todo iba bien.

Los años pasaron rápidamente y el pequeño Kohta creció rápidamente, desarrollándose muy bien.

Estúpidos estudios de modales e historia.

Aunque todo iba bien para sus padres para él no iba tan bien como para ellos dos.

Él quería vestirse, bañarse y cocinar por sí mismo ya que le parecía que la comida de su madre estaba muy simple. Su madre siempre al bañarlo toqueteaba todo su cuerpo y cuando lo vestía él no podía elegir los colores que le gustaban pero, lo más molesto, era tener que aprender historia y modales, cosas que él ya sabía pero debía fingir que estaba aprendiendo por lo que era una molestia realmente.

Ya había leído todos los libros que había en su casa y, a pesar de eso, tenía que tener cuidado de aparentar que no le interesaba nada además de jugar... Fingir era una molestia para él.

Luego de cientos de pruebas se dió cuenta de que él era más rápido, fuerte y(obviamente) mucho más inteligente que el resto de niños.

Las maestras y mujeres en general que había visto hasta ahora eran extrañamente voluptuosas, siendo pocas las que poseían cuerpos relativamente normales para su vida anterior.

También, parecía que en ese mundo las espaldas de las mujeres eran más fuertes ya que parecía que llevar semejantes montañas era normal para ellas.

-Entiendieron? –Esa pregunta saco al pequeño Kohta de sus propios pensamientos, obligando al niño a fijarse en la mujer que era su maestra. Una mujer rubia con ojos verdes, piel de porcelana y pechos bastante grandes. Todos los niños parecían algo complicados con la explicación, sin embargo, el pequeño Kohta ya tenía todo resuelto en su mente, pero fingió tener una cara complicada también.

Esto es muy molesto...

Ya que la sexualidad del pequeño niño no había despertado (y que la maestra no le gustaba), esas horas parecían eternas.

Encima, ese estúpido Sistema aún no me dice nada. He intentado de todo pero nada que despierta. Incluso con comandos de voz nada de nada. Lo único que me confirma que tengo las habilidades que seleccioné es que mis sentidos son mucho mejores y tengo un sexto sentido que me avisa cuando algo me va a golpear... Aunque aún parece estar lejos de su máximo potencial es bastante útil.

La maestra explico nuevamente todo el tema y ahora parecía que algunos niños habían entendido, por lo que el pequeño Kohta también asintió y copio en su cuaderno una respuesta correcta y dos malas, claramente a propósito.

Hirano Kohta... ¿O no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora