01 - Peleas.

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La maldita alarma comenzaba a sonar marcando las 6 A

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La maldita alarma comenzaba a sonar marcando las 6 A.M.
Ivo suspiró y extendió su brazo apagando la misma con el botón de encendido del teléfono. Sobo sus párpados con las palmas de su mano y se sentó;

—Maldito sillón.—murmuró quejándose ante el dolor de espalda que el sofá le causaba.

Se levantó y se metió en la ducha pegándose un baño de agua fria para despertarse completamente, como todas las mañanas.

Salió del pequeño cuarto con una toalla rodeada en su cadera; entro al cuarto que compartía con su novia y saco la ropa que habia preparado el día anterior del placard.

—Buen día.—saludo a la pelinegra que estaba despierta sobre la cama.

Ivo le dio una mirada algo rápida y volvió a salir de la habitación.
Nuevamente habían peleado la noche anterior.
El rubio se cambió y se terminó de alistar para el vuelo que salía dentro de cuatro horas. Se preparó un desayuno rápido que se basaba en un café con tostadas y mermelada.
Se sentó sobre una silla alta, dejando caer su cuerpo sobre la isla que adornaba su cocina; apoyo uno de sus codos en la mesa y sobre su mano su mejilla, así sosteniendo su cabeza.
Su vista quedó fija en la pared y en su cabeza rondaban cada uno de sus problemas, y junto con ellos; Julieta, como todas las mañanas.

—Buenos días.—hablo Nicole apareciendo en la cocina con su pijama puesto, sacando a Ivo de su trance.

—¿Qué haces así?, En cuatro horas sale nuestro vuelo, tenemos que estar ahí tres horas antes.—dijo mirándola con una ceja arqueada.

—¿Vuelo?.

—Si, Nicole.—suspiró con frustración;—te dije que tenemos el casamiento de Sebas.

—Y bueno, que querés que haga, me olvidé así como vos te olvidas de las cosas importantes—se encogió de hombros, restándole importancia mientras se servía café con toda la paciencia que justamente Ivo no tenía.

El rubio frunció su ceño;—Siempre haces lo mismo, Julie...—al escuchar lo que estaba diciendo se cayó y rápidamente prosiguió;—Nicole, siempre lo mismo con vos.—se quejó con una expresión seria.

El rostro de la rosarina se transformó en una sería y ladeó su cuerpo para clavar su mirada en él. Sonrió amargamente;—Ahora ya se porqué te querés volver para Buenos Aires tan desesperado—rió con ironía—¿Querés verla a ella, no?, Como siempre... Siempre está ella metida en el medio de nosotros, siempre fue todo ella, todo el tiempo es solamente ella—golpeo las palmas de sus manos en sus muslos—siempre es Julieta para vos, Khea, siempre.

Serue la miro aún con su ceño fruncido y rodó sus ojos;—¿Sabes?, No tengo tiempo otra vez para tus reclamos estúpidos, estoy harto.—terminó su taza de café y la dejo sobre el lavaplatos con cuidado. Tomó su campera que se encontraba en una esquina de la mesada y salio de la cocina.

—¡¿Reclamos estúpidos?!—Nicole alzó un poco su voz, saliendo detrás de él;—¡Siempre haces lo mismo, sos un cagón Ivo, nunca vas a aceptar que ella ya no te quiere como yo, que está mucho mejor sin vos, que sos una mierda para ella!—reprocho en el mismo tono.

El recién nombrado se dio vuelta y se acercó a la pelinegra con rapidez, tomándola por el cuello de la remera acorralandola contra una de las paredes;—A mi no me vengas a levantar la voz como lo acabas de hacer. No soy ningún cagón y de ella vos no tenés ni el más mínimo derecho de hablar—aclaró; su mirada transmitía enojo y su mandíbula estaba tensa.—¿Y si soy una mierda qué?, ¿A vos en qué te modifica?—la miro por una milésima de segundos y la soltó con brusquedad, yendo hacia sus valijas para agarrar las mismas.

Nicole, ya acostumbrada a las situaciones así; rodó sus ojos y apretó sus puños;—esta fue la última, Khea, se terminó, acá se termina todo—Ivo se rió. Siempre decía la misma frase y siempre terminaban juntos otra vez, no es amor, es costumbre.

El hombre se dio vuelta y asintió;—para hoy a la tarde te quiero fuera de mi casa, le voy a dejar una orden a Harry que si vos no te fuiste con tus valijas después de la una de la tarde, venga él con los demás empleados y saquen tus cosas a la calle.—advirtió—y también va a venir el cerrajero, para que no vengas como gusano en manzana a querer meterte otra vez.—agregó y salió de su departamento dando un golpazo en la puerta.

Serue le dejo dicho al encargado lo mismo que le dijo a su ahora ex novia y salió del edificio subiendo al Uber que había pedido directo al aeropuerto.
Una vez allí hizo todos los trámites y se quedó sentado en la sala esperando a su vuelo.

Estaba nervioso de volver a sus tierras ya que desde la última vez, hace cuatro años, no vuelve.
Su vida se convirtió en una miseria desde aquella vez que se fue de Argentina. Había formado una relación que con el tiempo el amor se fue desgastando convirtiéndose en toxicidad y costumbre por parte de ambos.
Su corazón estaba roto por todo lo que tuvo que pasar. El cansancio mental se adueñaba de él y de su cuerpo. No esta bien, no está cuerdo y lo sabe pero dice que es completamente tarde como para arreglarlo.

Está harto de Nicole, está harto de convivir con alguien que solamente lo hiere y lo tira más a las ruinas... Y aunque sabe que eso ya no es amor prefiere quedarse a su lado a que quedarse solo en el mundo, sabiendo que ambas dan el mismo resultado.

—Todo era diferente cuando estabas vos.—murmuró con su vista clavada en su teléfono el cual tenia una foto de él y la jujeña cuando estaban juntos. Una sonrisa triste se formó en su rostro, mientras su memoria le daba el flashback del momento donde fue tomada la fotografía.

 Una sonrisa triste se formó en su rostro, mientras su memoria le daba el flashback del momento donde fue tomada la fotografía

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Algo Aparte - Kheazzu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora