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"Gracias por hacerme pasar unos días hermosos, nos vemos, cuidate<3"
Fue el último mensaje que recibió Ivo de parte de Julieta luego de haberlo llevado hasta su casa. Días habían pasado desde que él no sabía nada de ella, le clavaba el visto en los mensajes y cortaba las llamadas o las mandaba al buzón.
Ivo estaba confundido. Julieta lo confundía. Un día estaban bien y al otro mal, como si nunca hubiera aceptado las disculpas de Ivo y nunca le hubiese creído que cambio.
—Amigo, dale, vamos, deja de hacerte mal por Julieta, si sabes que esta con Ignacio, al pedo te metiste ahí—habló Lombardo, tomándolo por las piernas, estirandolo para intentar sacarlo de la cama. Lo cual fue en vano porque el rubio se agarraba del respaldar.
—Varones, varones tenían que ser. No me sorprende loco, no me sor...—el cara tatuada se calló a los segundos de haberse acordado de quien era la frase que estaba diciendo. Ivo lo miró serio y negó, volviendo a acomodarse boca abajo, apoyando su mejilla sobre la almohada.
—Para que tener enemigos si ya te tengo a vos—suspiró el rubio.
—Bueno, gato, perdón, vos sabes que no pienso las cosas que digo—rodó sus ojos—Dale, vamos a una joda, no te ortives Khea.—volvio a insistir el morocho, tirando de los pies de su amigo.
Ivo bufo y asintio;—¡bueno, esta bien, soltame!—se quejó causando una leve risa en su amigo haciendo que lo suelte.
—Dale wacho, cambiate que ya pido el uber—sonrió satisfecho y salio de la habitación, encaminandose al living.
Serue se levantó de la cama sin fuerza alguna y se puso lo primero que encontró en la silla que había en su habitación con una pila de ropa desordenada. Su outfit se basó en un pantalón negro de pijama, un buzo, ojotas de tira y medias. Se tiro un poco de perfume y desodorante disimulando que no se bañana hace una semana y tomó su teléfono, bajando hacia donde se encontraba su amigo.
—Fua amigo, te bañaste en perfume pero no con agua—se quejó el morocho, soltando una risa al sentir la fragancia tan de repente.
—No me juzguez, hace una semana no toco el agua—rodó sus ojos.
—¡Fa amigo!, le voy a decir a Julieta que te venga a bañar ella—bromeó, ganándose una mala mirada de parte del rubio;—ok, ya me callo, mala mía. Vamos que afuera esta el uber esperando.
Ambos tomaron sus pertenencias y salieron del departamento, buscando al vehículo con la mirada. Una vez encontrado, subieron al mismo en la parte de los asientos traseros.
• Me hace falta de tu tacto, voy a enloquecer - 12:00 P.M | ✓✓
• Te estoy pensando de hace tanto, decime cuando te vuelvo a ver - 12:00 P.M | ✓✓
Fueron los últimos dos mensajes que Ivo le había mandado a la colorada hoy al medio día. Julieta solamente clavo el visto, como si estuviera ignorandolo.
—Ya está amigo, deja de castigarte por algo que no tenes nada que ver—Mauro corto el silencio al ver que el rubio estaba en el chat de la jujeña, esperando a que le respondiera.
—No prometo nada pero voy a intentarlo.—suspiró Serue, dándole una última mirada a su teléfono para bloquear la pantalla, dejando el celular dado vuelta sobre su regazo.
—Te voy a presentar a par de pibas del baile, de alguna u otra forma tiene que servir.—Lombardo se encogió de hombros y Serue solo soltó un suspiro.
[...]
Ya habían pasado tres horas de que habían llegado al lugar de la joda. Mauro e Ivo pidieron algo para tomar y se acercaro a la ronda de sus amigos apenas llegaron.
Ivo le había agarrado gustito al alcohol y cada diez minutos terminaba en la barra pidiendo más tragos hasta llegar a la botella de ron puro.
Con un porro en sus labios y una botella de vidrio en su mano volvía hacia la pista de baile con sus colegas. Su vista se había puesto borrosa gracias a la cantidad de alcohol que había ingerido en tan poco tiempo. Freno su paso en mitad de la pista, dándole una calada a su porro y bajando el mareo que le acababa de dar. Su vista se clavo en un punto fijo y su cabeza le empezaba a dar miles de giros.
—¡Ivo!—escucho de fondo la voz de la pelirroja que tanto extrañaba.
Una sonrisa inconsciente se transformó en el rostro del mismo y giro su cuerpo, viendo a Julieta parada a unos 20 pasos de él.
—¡Ju!—gritó el rubio y comenzo a caminar tambaleándose y empujando a la gente que se metía en su paso.
Alfredo veía a la figura de la jujeña parada en un extremo de ls discoteca con una sonrisa en el rostro de la misma, había pensado que por fin se digno a buscarlo.
—¡Ju, Julieta, veni!—volvio a gritar entre medio de la música alta, acercándose a ella. A tan solo unos pasos la tomó de la mano y sonrió—Ju.
La colorada lo miro con una expresión confusa en su rostro;—¿Qué?, no flaco, te equivocaste de colorada—respondio la chica, soltandose del rubio.
Ivo parpadeo varias veces confundido ante la situación y volvió a la realidad viendo que la colorada que él creía que era, realmente no estaba.—Pe...perdón.—dijo algo avergonzado y se alejó de la pelirroja.
Te veo en todas partes, el infierno está lleno.
Su mente le había jugado una mala pasada otra vez, no quería aceptar que ahora la que se fue era Julieta, dejándolo solo y perdido.
Alfredo luego de haber pasado esa situación salió de la discoteca con algo de rapidez tambaleándose. Como pudo llego a la vereda y allí se sentó en el cordon de la calle, tomando aire y bebiendo de su ron. Tiro su cabeza hacia atrás y clavo su mirada en el cielo viendo las estrellas... O eso era lo que intentaba hacer.
Tanteo su bolsillo y sacó su teléfono, llamando al primer contacto que le aparecia; Rodrigo.
—Amigo, venime a buscar, no puedo más, se me está desmoronando la vida, la extraño muchísimo, me quiero ir a mi casa.—habló con un hilo en su voz al sentir que su amigo había atendido.
—Ya voy, esperame afuera.—respondió Arse y corto la llamada.
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