Algo Aparte - Kheazzu.

04 - Reencuentro.

—Los declaro; marido y mujer. Puede besar a la novia.—finalizo el cura elevando sus brazos hacia ambos costados con una sonrisa.

Sebastián miro a Aldana con una amplia sonrisa y la tomó de la cintura arrinconandola a él, uniendo sus labios en un tierno beso.

Los invitados comenzaron a aplaudir emocionados y uno que otro compartiendo la felicidad de la pareja, porque obvio, habían envidiosos allí también.

Ivo miro a Julieta, quién estaba parada a su lado aplaudiendo con una sonrisa demostrando felicidad por sus amigos, y una triste sonrisa se formó en su rostro, aunque estaba feliz por sus amigos, la infelicidad de no tener a su lado a la persona que siempre amo y nunca supo cuidar estaba más presente que nunca.

Los recién casados salieron por la alfombra blanca mientras que los invitados les tiraban arroz y pétalos de rosas.

[...]

Cada uno se encontraba en sus debidas mesas.
Ignacio, Julieta, Elian, Joaquinha, Shaina, Jamaica, Julián y Chita en una.
Ivo, los dos Mauros, Tiago, Thomás, Enzo y Rodrigo en la otra.
Y así sucesivamente con todos los demás invitados.

—¿A quién miras tanto?—Pregunto dudoso Ignacio dejando su mano sobre el muslo de la colorada.

Julieta tenía su vista en Ivo, el cual su mesa estaba frente a la de ellos, cruzando miradas de vez en cuando. Suspiró y desvío su mirada rápidamente hacia su novio;—¿Yo?. A nadie, solo estoy mirando lo bien que está todo decorado y los vestidos hermosos de las otras pibas—mintió, ladeando una pequeña sonrisa.

—Pueden que estén lindas, pero vos estás hermosa, perfecta—sonrió el morocho y llevo su mano libre hacia el mentón de la jujeña para acercarse a ella y dejar un beso algo largo sobre sus labios.

Ivo el cual estaba mirándolos rodó sus ojos y suspiro, transformando su expresión a una seria, cambiando su vista hacia sus amigos.

—Bueee, ¿Qué te pinta a vos, no se te puede descansar?—Monzón golpeó el hombro del rubio haciendo que el mismo lo mire confuso.

—¿Qué?, ¿De que hablan?—Pregunto Serue confuso.

—¿Qué culito 'tas mirando vos?—bromeó Lombardo, sentando al lado de su amigo.

—E'te no e'ta mirando ningún culito—nego divertido, Arse;—e'ta mirando al bombón que se comía antes y ahora no puede—se burló. Ivo achino sus ojos y le reboleo con su servilleta hecha un bollito.

—¿A la Julieta?—Volvio a hablar Lombardo abriendo sus ojos como platos y Rodrigo asintió.—Nooo, amigo, ni se te ocurra meterte ahí otra vez, Ignacio es re mierda. A mi no me deja ni mantener dos palabras con la Ju cuando nos juntamos, siempre tenemos que juntarnos a escondidas de él—rodó sus ojos, tomando de su copa.

Alfredo quién lo estaba mirando y escuchaba atentamente; frunció su ceño—¿Tan así?.

—Si amigo—respondio Tiago.—Juli se inventa una excusa de que tiene que ir a grabar para que Ignacio no rompa, pero en realidad nos juntamos en la casa de Julián o la de Alejo, sin subir ninguna historia, nada, porque si se entera... Pff, mamita, quién nos salva después—elevo ambas cejas haciendo una expresión rara.

—Es un sorete, Ivo—agregó Monzón;—es mi amigo, y todo, pero... No merece a Julieta—relamio sus labios—¿sabes cuántas veces lo vi, corrijo, lo vimos—apunto con su dedo índice el círculo de sus amigos—gorreando a Shuli?, Pfffff, ya perdimo' la cuenta.—finalizó.

Ivo frunció nuevamente su ceño y llevo su vista hacia la mesa de enfrente, clavandola en la pareja; Nacho tenía su cabeza apoyada sobre el hombro de la pelirroja y ella su mejilla sobre la cabeza de su novio. Sus manos estaban entrelazadas y en los ojos de la jujeña no había rastros de amor.—¿Como puede ser tan cara dura?—murmuro apretando sus dientes.—¿Julieta sabe?—pregunto sacando su mirada de encima y volviendo con sus amigos.

—No se, creo que sí, Joaquinha es la que está más informada sobre ese tema—respondio el cara tatuada apuntando con su cabeza a la rubia.

—Amigo, hora de las fotos, vamo'—aparecio Sebastián, palmeando el hombro de Serue.

El rubio asintió y se levantó de su asiento, siguiendo al morocho hacia el lugar que habían armado para las fotos del álbum.
Sonrió al ver a la jujeña acercarse junto con Aldana, la novia.

—Primero los cuatro y despues los padrinos solos—indico Sebastián al fotógrafo. Tomó a su esposa por la cintura acercándola a su cuerpo y se puso espaldas a espaldas con Ivo;—Ustedes ponganse igual que nosotros—indico.

—¿Se supone que tenemos que estar en la misma posición?—pregunto algo confusa la pelirroja y su amigo asintió;—te odio.—agregó y tomo la mano del rubio dejándola sobre su cintura. El mismo sonrió y la arrinconó hacia su cuerpo. Julieta rodeo los hombros de Serue con uno de sus brazos y los cuatro comenzaron a posar para las fotos.

Las fotos se hicieron, e Ivo aprovechaba cada acercania de Julieta para disfrutar del aroma de su piel y volver a guardar en su memoria cada tatuaje nuevo y viejo de la jujeña. Cada extremo de su cara y volver a disfrutar de esos hoyuelos que tan loco lo tuvieron siempre.

—¿Como qué mucha manito ya, no?—Aparecio Ignacio frente a ellos, con sus brazos cruzados y una expresión seria en su rostro, como si quisiera matar a Ivo.

Julieta carraspeo su garganta algo nerviosa, sacó la mano del contrario de su cintura y se alejó con algo de rapidez del rubio.—Eh... Ya terminamos las fotos, justo estaba por ir a buscarte para bailar.

Ivo rodó sus ojos al ver al morocho;—Hola Ignacio.

Nacho agarro a la colorada de la cintura y en un movimiento rápido la acercó a él, pegándola a su cuerpo;—Hola Ivo.—ladeo una sonrisa muy parecida a una mueca—¿Todo bien?, tanto tiempo.

La jujeña formó una expresión de queja frente al brusco movimiento de su novio y pasó uno de sus brazos por los hombros del mismo. Los miró y mordió su labio interior nerviosa, haciéndole una seña con los ojos al rubio de que se vaya.

Ivo quien miraba a Julieta acató la orden y metió sus manos dentro del bolsillo de su pantalón;—Todo bien... Bueno, yo me voy, nos vemos después.—se dio una media vuelta y soltó un suspiró. Mientras se alejaba lograba escuchar la voz algo alta de Ignacio haciéndole reclamos a la pelirroja. Ladeo su cabeza disimuladamente y vio como la jujeña se daba media vuelta y caminaba hacia el jardín de la quinta a paso apurado mientras que el tatuado la seguía.—Donde te metiste...—murmuró al darse cuenta que ya no los veía por ninguna parte. Dejó su vaso sobre una mesa e insinuó irse, siendo interrumpido por Mauro, quien lo agarro por los hombros.

—Aprovechaste como un campeón eh.—se rió su amigo, refiriéndose a las fotos.

Serue se quejó internamente, y se dio por vencido en el hecho de ir a buscarla.

—Y... La vida es una viste.