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La hora marcaban las 7 P.M, Ivo salió de su casa una hora antes ya que tenía un viajecito hasta la ubicación que la jujeña le había pasado. Subió las valijas al uber que había pedido y el mismo arrancó hacia el lugar.
Julieta y su equipo ya estaban en el lugar de donde el motorhome iba a salir. Ya eran las ocho menos diez e Ivo no venía. La jujeña llegó a pensar que el rubio se arrepintió y no venía con ella, por un lado le daba igual, pero por el otro le dolía.
¿Vas a venir? Leo me dijo que te apures, tenemos q salir a las 8, como muy tarde 8:10 Apurate Por favor.
Fueron los mensajes que le envío la pelirroja al tatuado.
Apoyo su espalda en el micro y llevo su dedo pulgar a la boca, mordisqueando su uña, nerviosa.
—Ju, ya tenemos que irnos—Avisó Leonardo parado en la puerta del vehículo.
—Dame solo cinco, yo sé que ya esta viniendo—Pidió a lo que su manager rendido de apurarla asintió.
Julieta bajo la vista a su teléfono nuevamente viendo que Ivo le había clavado el visto; soltó un bufido.
—¿Llegue muy tarde?.
Hablo una voz muy conocida. La jujeña alzo su cabeza y sonrió al ver al rubio con sus valijas en manos, acercándose a ella.
—Hola Ju, por lo que veo tan tarde no llegué—bromeó, metiendo sus valijas en el porta equipaje.
—Sos un tarado, ¿Como vas a llegar tan tarde?, Leo casi me mete treinta tiros—suspiró, ladeando una sonrisa al recibir el beso en su mejilla de parte del rubio.
—Perdón, es que había mucho tráfico y cuando quisimos tomar un atajo... Nos perdimos—rasco su nuca y la siguió, subiendo al micro.
Julieta rió—Vos y el chófer no fueron buena combinación—se burló.
Ivo rodó sus ojos con una pizca de diversión y cerró la puerta después de haber subido al vehículo.—¡Llegó por quien lloraban!.
Grito divertido. Siempre se llevó muy bien con el equipo de Julieta, a pesar de que con ella tuvo miles de mambos, supieron separar lo personal de lo profesional. Y agregando que el bajista de la jujeña es DJ y guitarrista de Khea.
—¿Enserio, Julieta?—Se quejó Jazmín, una de las bailarinas y mejores amigas de la recién nombrada;—¿Enserio me trajiste a este boludo otra vez?—habló en broma y la jujeña rió.
—¡Oh, se nos ha colado una bestia de dos patas, rubio y hueco!—bromeó Amparo, comiendo sus uvas.
Ivo se cruzó de brazos en medio del pasillo e intento poner su rostro serio, aguantando unas risas—Respeten a los artistas o las hago cagar de hambre por tres meses—bromeó, acercándose a las chicas para abrir sus brazos— —Un abrazo al Khea que las extraño.
