Cap.13

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CAP. 13

Nicole

Contraseñas.
Odiaba las contraseñas.
Y resultaba que el celular de Donghae las tenía.
Ya iba por el tercer intento y, si continuaba así, el teléfono se iba a bloquear por completo.
Mierda.
Lo único que podía hacer era contestar llamadas.
Así que cuando Key llamó para saber en dónde estaba, fue una sorpresa que pudiera responderle.
Key manejaba una camioneta blanca tamaño gigante que contaba únicamente con sólo un asiento para pasajeros. Una gran antena sobresalía desde la cabina, y en su parachoques tenía pegada una calcomanía que decía: "Los vaqueros sabemos usar la lengua mejor que los franceses".
Mientras subía al vehículo no pude evitar darle una segunda mirada al chico. Era apuesto, atlético y tenía una piel bronceada seguramente de trabajar bajo el sol.
Para mí era un completo desconocido pero si Donghae confiaba en él para llevarme hasta su departamento... pues yo también tenía que confiar.
Key me sonrió inmediatamente y me sentí cómoda con su presencia.
-Entonces... ¿qué estupidez cometió Donghae esta vez? -me preguntó-. Que agradezca que estaba a mitad de camino cuando me llamó o sino estarías esperándome durante horas.
-Creo que la que hizo algo estúpido en esta ocasión fui yo -murmuré.
Key movilizó la camioneta por la carretera y pronto comenzamos a pasar a gran velocidad las casas a nuestro alrededor.
- ¿Qué hiciste? -preguntó mientras le subía al aire acondicionado.
-Creo que me enamoré de él.
Me dedicó una sonrisa ladeada.
-Sí, eso fue algo estúpido de hacer. Aunque para que te consueles: no eres la única que ha estado en esa situación antes. Por ejemplo Hyorin.
Lo miré atentamente.
Era imposible tratar de olvidarme de ella. Todavía tenía su rostro rondándome por la cabeza.
- ¿A Hyorin le gusta Donghae? -pregunté escéptica.
-No solo le gusta; está loca por él. Literalmente. Lee tiene ese efecto entre las mujeres, especialmente sus novias o ligues de una sola noche... -se detuvo y me miró por una fracción de segundo. Parecía avergonzado-, lo siento. Olvida que dije "ligues de una sola noche" en la misma frase.
Me quedé en silencio por un momento. Key aprovechó para subir el volumen de la radio, y la voz de un cantante de música Country nos acompañó por los próximos cinco minutos.
-Entonces... ¿cómo es que él las vuelve locas? -Pregunté, muy en el fondo no quería saber la respuesta-. ¿Les suministra algún tipo de gas? ¿Corro peligro?
Key se rió de mi ocurrencia.
Yo en cambio hacía trabajo de investigación.
-No. Sinceramente nunca he podido sacarle el secreto. Es un cretino bastardo -dijo bromeando.
-Por casualidad... ¿tú sabes de qué trabaja Donghae? -tenía que preguntar. Era ahora o nunca. Personalmente me estaba volviendo loca por recibir respuestas. Sí, Lee Donghae las volvía locas... a todas. Incluyéndome.
-Hmmm. Bien, él es algo así como nuestro manager -respondió. Lo miré, atónita.
¿Qué? ¿Ese era el gran misterio que tenía que esconder Donghae? ¿Estaba hablando jodidamente en serio?
Key debió ver la cara que hice porque al instante sintió la necesidad de explicarse.
-Bueno... él nos consigue lugares en los que tocar y administra lo que ganamos. Hyorin le cobra, se siente con derechos solo porque Brandon, el vocalista, es su hermano. Pero... sí. Básicamente ese es uno de los trabajos de Donghae.
- ¿Y los otros?
Key frunció el ceño.
-Creo que uno de ellos es en un concesionario de autos de lujo. Básicamente solo tiene que probarlos. Es un idiota suertudo.
¿Un concesionario?
Nada de esto me sonaba fuera de lo común. Y Donghae no parecía la clase de chico que se conformaba con un trabajo común. Me costaba imaginarlo en algo normal como ser cajero o un vendedor en una farmacia. El tipo de trabajo ideal para Donghae sería uno que llevara la palabra ilegal tatuada por todos lados.
Además, ¿cuántas horas laboraba? ¿Una? ¿Tres? Porque, seriamente, yo jamás lo miraba trabajando.
¿Por qué, entonces, se tomaría la molestia de querer enseñarme anteriormente su lugar de trabajo? Bien pudo decírmelo sin hacerme pasar tanto misterio.
- ¿Por qué me preguntas esto? ¿No te lo ha dicho él? -preguntó Key mientras le pasaba a un auto que conducía a menor velocidad.
-Simplemente tenía curiosidad -respondí.
Después de diez minutos Key introdujo el vehículo en el sótano de un edificio de apartamentos.
- ¿Aquí vive Donghae? -pregunté con asombro.
El lugar era enorme y lujoso; una gran parte estaba recubierta de paredes de cristal y el edificio lucía imponente en el grueso concreto que emplearon para el resto de la fachada. Eso era sólo lo que podía ver desde el exterior del edificio. No me podía ni imaginar cómo sería en su interior.
-Claro. ¿No conocías? -Escuchar la voz de Key me trajo de vuelta hacia el interior del auto en donde una canción de Tom Maxwell sonaba.
-No. Jamás me ha traído por estos lados -o a Marie, o por lo menos eso era lo que yo creía. Hubo varias noches en las que ella no llegaba a casa y Donghae terminaba acompañándola a su habitación.
Pensar en eso me trajo escalofríos. No quería pensar tampoco en lo que estaría haciendo Donghae con Marie en estos momentos.
Algunas cosas eran mejor ignorarlas.
-Dime una cosa -habló Key sonando perplejo-: ¿Donghae jamás te enseñó dónde vivía, y aun así logró embarazarte?
Mi rostro se puso rojo como un tomate.
-No.estoy.embarazada -dije arrastrando las palabras.
- ¿Ah, no?
Suspiré por lo bajo. Donghae me las iba a pagar por esto.
-Donghae se puso celoso y se inventó todo el asunto del embarazo para ahuyentar a cualquier chico que se me quisiera insinuar.
Comenzaba a creer que él estaría dispuesto a ponerme una etiqueta en la frente que dijera: "Ocupada por Lee Donghae... No tocar, ni mirar, ni respirarle en la nuca o te pateo en las bolas".
- ¿Entonces no estás embarazada?
-No.
-Oh.
- ¿Oh?
Key se mostró incómodo por un momento.
Entonces, siempre con sus ojos fijos en el camino a través del sótano, extendió una de sus manos hacia la parte trasera de su asiento y sostuvo rápidamente frente a mí una bolsa de papel con decorados en azul celeste y la cara de un bebé chupando un biberón que en letras grandes ponía: ¡Felicidades a la nueva mamá!
Tiene que ser una broma.
-Lo siento -se encogió de hombros y me entregó la bolsa de papel-. Pasé por una tienda de bebés antes de recogerte. Mi mamá me enseñó a no ser grosero y presentarme ante alguien con las manos vacías.
-No estoy embarazada -volví a repetir para tratar de convencerme más a mí que a él.
Juro que sentí una patadita en mi vientre... ¿o eran gases?
¡Agggh! No, Anna, nadie se embaraza solo por repetir cien mil veces al día que está embarazada. Sino ya existirían demasiadas madres habitando el país.
Mi rostro seguía calentándose con cada segundo que pasaba y ni Key o yo decíamos algo.
Finalmente él estacionó el auto en uno de los puestos vacíos más cercanos a una de las entradas del edificio.
-Es un trajecito con un mensaje -tomó la bolsa de papel de mi regazo y metió la mano en el interior. Sacó un traje para bebé recién nacido, en donde se leía: "Si piensas que soy lindo... deberías ver a mi mamá".
Sinceramente era la cosa más bella y celeste que haya visto. Parte de mi iceberg interior se derritió al ver el pequeño conjunto. Pero sólo una parte pequeñísima, eh.
-De nuevo, lo siento -dijo Key poniendo el trajecito en su lugar-. Igual es tuyo. Digo, por si conoces a alguien que lo pueda usar.
Hice una mueca. ¿Acaso me miraba gorda para que todos creyeran que de verdad estaba embarazada?
- ¿Gracias? -dije sin saber qué más decir.
Abrí la puerta del auto y cargué con la bolsa
-Oh, casi lo olvidaba -me detuvo antes de que me perdiera en el interior del elegante edificio-. El apartamento de Donghae es el 6B. Él guarda un repuesto de la llave en una lámpara que cuelga cerca de la puerta.
Asentí con la cabeza.
-Y trata de no enfadarte con Hyorin. Donghae la dejó en la misma semana que comenzaron a andar. Es por eso que ella se comporta como una perra, no creas que su cara de acidez es permanente... se le pasará.
Key me sonrió por una última vez, y puso el motor del auto a trabajar nuevamente.
-Encantado de conocerte, ______ -me dijo y se marchó, dejándome sola con mis dudas y preguntas empujando por salir a la superficie.
No quería pensar en Hyorin y Donghae como pareja. El solo imaginármelo me daban arcadas.
Era eso o de verdad mi cerebro estaba atravesado pensando que lo del embarazo era real.
Me moví hacia el interior del edificio con una sola misión: recolectar información en el departamento de Donghae.
Si él no me daba respuestas, entonces iba a buscarlas hasta por debajo de su cama, y más le valía darme explicaciones pronto porque nada de lo que nos estaba pasando tenía sentido.

Prohibido enamorarse de Lee Donghae(terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora