Galleta de la Fortuna
El departamento de Donghae definitivamente carecía del toque femenino; sus paredes eran todas blancas o azules, y los muebles tenían puras tonalidades oscuras.
Lo vi ir y venir de su cocina, rebuscando algo en el refrigerador unas cientos de veces antes de salir con suficiente hielo en sus manos; hielo que aplicó inmediatamente sobre mi mano izquierda y masajeó hasta que finalmente se atrevió a verme a los ojos y me dedicó una sonrisa insegura.
-Lo siento tanto, nena -dijo agachando de nuevo la mirada y soplando delicadamente su aliento en mis dedos que horas antes estuvieron insensibilizados bajo su cruel y aplastante agarre.
-No tienes la culpa -dije suavemente.
Me sentía avergonzada al recordar cómo de amorosa se había portado su sobrina conmigo y yo de idiota me puse a gritar. Pero es que Donghae de verdad iba a romperme algún hueso importante en ese momento si continuaba apretándome como lo había hecho, tuve que gritar del dolor y me aparté inmediatamente de él.
-¡Donghae me estás lastimando! -había gritado y estúpidas lágrimas salieron de mis ojos a borbotones.
No lo culpaba, suponía que se había descontrolado al ver a su sobrina en público, en donde la gente se quedaba viéndola con demasiado interés de lo normal, cuando lo único que él quería hacer era protegerla de las personas curiosas y entrometidas.
Me había asustado pensando que heriría los sentimientos de Nicole porque, justo en el momento en que ella me abrazó, yo había gritado del dolor. Pero en realidad la pequeña me dejó boquiabierta al acercárseme y susurrarme cosas tranquilizadoras en el oído (no sin antes fulminar con la mirada a Donghae).
-¿Estás bien? -me preguntó-. ¿El tío Donghae te lastimó? Ya, ya... el dolor va a pasar, no durará para siempre.
Esta niña era increíble. Teniéndola así de cerca pude ver las cicatrices y manchas que cubrían gran parte del lado derecho de su rostro; algunas manchas rosadas (en donde la piel sufrió un mayor daño) se le escabullían por la frente y se escapaban hacia el otro lado de su rostro. Sus cicatrices me recordaron algo que yo había visto con anterioridad, en los tatuajes de Donghae. Estos seguían los mismos patrones que las
Cicatrices de Nicole. Donghae se había tatuado el hombro con estas líneas que se formaban en el rostro de la pequeña niña.
Saberlo me hizo amarlo un poquito más.
Le sonreí a Nicole en medio de mi cortina de lágrimas que me nublaban la visión.
-Ahora ya me siento mejor -dije sorbiendo mocos.
Noté que su pequeño cuerpo llevaba puesto una camiseta en la que se leía: I 1D e inmediatamente pensé en Donghae cantando borracho sus canciones.
Y hablando de Donghae, él se apresuró a mi lado y me sujetó de la cintura, se veía bastante afectado y a punto de colapsar.
-Voy a llevar a _____ a mi departamento para curarle la mano -anunció él a su abuela y a su sobrina-. Nikky, tú vienes conmigo.
La tomó de la mano y su abuela bufó en alto.
-Donghae... deja de ser tan sobreprotector, nosotras podemos quedarnos a ver la película -le dijo ella-. No voy a dejarla sola, va a estar todo bien.
Nicole le hizo pucheros a su tío, y noté el enorme trabajo que hacía Donghae para decirle que no.
-Tengo películas en mi habitación -él trató de convencerla, pero la niña no cedía-. Además llevas tiempo sin visitar mi departamento... ¿no quieres saludar a Steve?
Inmediatamente me sentí curiosa por el mentado Steve. ¿Quién era?
Nicole dudó por un momento.
-También tengo helado de frambuesa -eso la convenció por completo.
La niña aceptó y ahora estábamos los tres juntos en el departamento de Donghae.
Su abuela se había quedado en el cine a ver la película, y le dejé un mensaje de texto a Rita explicándole que me iba con Donghae y que tenía que contarme lo que estaba sucediendo entre ella y Key, eso no se lo iba a pasar por alto.
Poco a poco la sangre volvió a circular por mi mano y mis dedos fueron saliendo de su estado de coma temporal; Donghae colocó hielo y vendó mi palma con una tira de una de sus viejas camisetas. Se aseguró de que no hubiera ningún hueso roto y por suerte la situación no pasó a mayores.
-¿Mejor? -preguntó una vez que terminó con la venda.
Asentí con la cabeza.
Me encontraba sentada en el cómodo sillón de su sala mientras él permanecía arrodillado frente a mí.
Nicole estaba en la habitación de Donghae (que por cierto era demasiado grande para una sola persona) viendo películas de Harry Potter y besando la pantalla cada vez que Daniel Radcliffe salía en escena.
Estábamos solos... relativamente. Steve estaba recostado del otro lado de la habitación, viéndome atentamente como si supiera que le tenía miedo. Y era verdad, le tenía miedo.
Lo ignoré y regresé a ver el rostro afligido de Donghae.
-¿Quieres decirme por qué te pusiste furioso al ver a tu sobrina en el cine? -me aventuré a preguntar.
Él hizo una mueca y se sentó en el suelo para verme directamente a la cara.
-¿Acaso no notaste cómo la gente se le quedaba viendo? Estúpidos curiosos.
Llevé mis manos hacia su cabello negro y lo acaricié con ternura.
-Lo sé, pero te lo dije antes, no puedes encerrarla en una burbuja. Eso puede acomplejarla.
-Mi abuela, varios psicólogos y yo, nos encargamos que eso no sucediera -respondió-, simplemente no quiero que salga lastimada más de lo que la lastimaron hace tanto tiempo atrás. Ella aún no tiene idea que fue mi hermano quien comenzó el incendio a su propia casa.
-¿Ella no sabe?
Donghae negó con la cabeza.
-Nunca lo supo y nosotros no quisimos decirle nada. Eso la destruiría. Ella cree que sus padres murieron juntos, tomados de la mano como una linda familia con finales felices. Así que sería grandioso que no le mencionaras nada de lo que sabes.
-No diré ni una palabra.
-Lamento haberte lastimado, nena. Me puse como loco al verla entrar y... Los doctores de mi hermano hablan conmigo regularmente y me dicen que él pide ver a su hija. Supo que quedó viva y jura que se arrepiente de lo que hizo pero yo sé que no lo hace. Solo quiere hacerle daño. No quiero que la vea, no quiero que eche a perder la perfecta mentira que he creado para ella.
»No debo exponerla ante nadie porque tampoco quiero que le informen a mi hermano sobre su paradero. Él tiene permitido escribir cartas y no necesito que sepa ni siquiera la dirección de la casa de muñecas de Nicole. No lo quiero cerca de ninguno de nosotros... y todo se vino abajo cuando la vi caminar en medio de todas esas personas.
Me senté en el suelo junto a él y puse mi mano buena en su mejilla.
-Eres un gran tío -murmuré con suavidad.
-Ya era hora de que alguien lo notara -suspiró liberando un poco el estrés de sus hombros.
-Donghae... ¿te das cuenta que en algún momento vas a tener que decirle a ella la verdad?
Él cerró los ojos y cubrió mi mano con la suya.
-Pero no por ahora. No en un futuro cercano -llevó mi mano a sus labios y la besó.
Permanecimos recostados uno junto al otro, sin decir nada por varios minutos.
A lo lejos podía ver a Steve moviéndose hacia la ventana de la cocina y atrapar algo de los últimos rayos del sol que poco a poco se escondían en el horizonte. Notó que yo lo estaba viendo con atención y se dio la vuelta azotando su cola contra el marco de la ventana.
Ver cómo el día se iba lentamente convirtiendo en noche me hizo recordar algo importante, me levanté con sobresalto.
-¡Olvidé que tenía una cita de trabajo hoy! -Mi mamá había logrado conseguirme una entrevista en una librería ubicada en el centro de la ciudad. La dueña ocupaba ayuda y me había reservado el primer puesto si me presentaba hoy.
Pero ya era muy tarde para hacer una rápida aparición.
-Ve mañana -suplicó Donghae, levantó su mano para acariciar mi pantorrilla-, ya es tarde. Quédate esta noche.
-¿Quedarme... toda la noche? -mi corazón se aceleró y realmente le gustó la idea.
No. No podía, papá se iba a poner frenético si amanecía en casa de un hombre. Peor si dicho hombre era la pesadilla de su vida.
-Me encargaré de la cena -insistió.
-¿Sabes cocinar?
-No, pero para eso existe el servicio a domicilio.
Resoplé.
-No creo que deba...
-¿Te vas tan pronto? -interrumpió Nicole recién saliendo de la habitación de Donghae.
Me desgarró en el alma tener que decirle que me marchaba a esos ojos verdes tan inocentes pero a la vez experimentados de la vida.
Suspiré resignada.
-Me quedaré para la cena -afirmé.
Donghae sonrió con suficiencia.
-Bien, ordenaré comida china. ¿Alguien se opone? -Miró en dirección a su sobrina y ella negó con la cabeza, luego miró hacia mí y me encogí de hombros-. Entonces comida china será.
Donghae se puso de pie y, en un arrebato, me tomó de la cintura y me besó muy fuerte en los labios.
Escuché a Nicole chillar y reír en voz alta.
Hice palanca con mis brazos y logré empujarlo en su sitio. Lo regañé mentalmente.
-¡La besaste! ¿Eso significa que se van a casar pronto? -gritó Nicole.
Me ruboricé por completo, esperé por la respuesta de Donghae y lo que obtuve fue:
-Serás la que lance las flores -le guiñó un ojo.
Lo golpeé en el pecho intentando sacarle el aire, pero mi golpe apenas y lo inmovilizó.
Por andar diciendo mentiras como esas es que terminó con una escopeta apuntándole en el rostro.
-Dognhae... -le advertí con mi tono de voz.
Él huyó de mi lado y corrió hacia Nicole levantándola del suelo con una sola mano.
-Es hora de que regreses a ver otra película, piraña -caminó con ella en dirección a su dormitorio.
-¡Pero no, yo quiero quedarme a conocer a tu novia!
-Durante la cena le podrás preguntar todo lo que quieras. Ahora ella y yo tenemos que besuquearnos en el sofá.
Resoplé audiblemente.
Nicole comenzó a reírse y vi cómo logró salirse del apretado agarre de Donghae. La envidié por eso, yo nunca podía zafarme con tanta facilidad aunque me retorciera mil veces.
-Quiero primos -dijo ella corriendo a mi lado-, muchos. Como para formar una banda de música.
Por mi rostro subió el calor de mi sangre.
No dije nada a eso.
-No presiones Nikky, por ahora intentaremos pedirle a la cigüeña que nos traiga uno. Ya tenemos el nombre -Ay no. Si lo decía en voz alta lo iba a castrar. En serio lo castraría. A él y a su zorrillo.
¿Realmente... quién tenía un zorrillo como mascota? Solo alguien como Donghae.
Steve alzó la cabeza desde su posición, como si supiera que estaba pensando en él, y regresó a su labor de buscar qué comer entre los muebles de la cocina.
-¿Por qué mejor no tienen cinco bebés y le ponen Harry, Liam, Niall, Louis y Zayn? -Interrumpió la pequeña-, y no creas que no sé de dónde vienen los bebés. Ya casi cumplo once y no creo en la cigüeña. Conozco el mecanismo, muchas gracias.
De ser posible mi rostro se calentó más.
¿Cómo? ¿Tan pronto y ya sabía? Yo a su edad todavía me creía Sailor Moon con mi tiara lunar combatiendo el mal y mis frases de "te castigaré en el nombre de la luna".
Supe del sexo dos años después, cuando cruelmente la clase de Ciencias Naturales me abrió los ojos; había llegado a casa preguntándole a mamá y a papá si ellos me habían creado de esa forma. La única respuesta que obtuve fue un silencio incómodo y un sonrojo de parte de mi madre.
-La abuela la tiene muy aleccionada -contestó Donghae a mi pregunta no dicha en voz alta-. El otro día tuvieron la plática.
Nicole asintió con la cabeza.
No podía creer que esta pequeña niña ya supiera todo el concepto básico para... dejar entrar a la anguila en la cueva.
-No es nada complicado -afirmó ella-, una chica y un chico se besan por treinta minutos y luego, ¡puuf! aparece un bebé en tu estómago. La bisabuela me lo explicó todo.
Uff... menos mal que ese era el concepto que sabía. Creo que su bisabuela olvidó muchos detalles de por medio. Detalles que gustosamente la señora E.L. James no había omitido en sus libros.
-¿Ustedes quieren que les dé treinta minutos? -preguntó Nicole. Nos miraba con una sonrisa cómplice.
De nuevo, me ruboricé.
-No, pequeña -comencé diciendo, me agaché para quedar a la altura de sus ojos, ella era realmente bajita-. Sólo me tomará dos segundos jalarle la oreja a tu tío y luego voy contigo para ver una película, ¿de acuerdo?
Ella asintió vigorosamente.-Aunque sin embargo deberías intentar besarlo por media hora -susurró Nicole en mi oído-, solo para ver si es verdad que el bebé va a aparecer en tu estómago.
Yo intenté hacerlo con uno de mis compañeros de la clase de recuperación pero el tío Donghae me encontró y me dijo que no funcionaba a menos que yo tuviera veintisiete años. Así que estoy esperando cumplir eso para besarme con un chico por media hora y ver qué sucede...
Me reí al imaginarme a Donghae siendo sobreprotector con su sobrina.
No sé por qué pero se me hacía más irresistible.
-¿Qué están susurrando ustedes dos? -preguntó él.
-Nada -respondimos Nicole y yo al mismo tiempo; luego nos reímos al darnos cuenta.
Donghae nos miró sospechosamente pero se movilizó hacia la cocina.
Desde ahí nos gritó que iba a ordenar la comida.
-¿Tú tienes veintisiete años? -me preguntó Nicole una vez que Donghae se fue.
Negué con la cabeza
-Solo tengo dieciocho. Cumplo diecinueve en dos meses.
La niña amplió los ojos.
-¿Vas a hacer una fiesta? Oh, por favor dime que la harás. Nunca he asistido a una... bueno, Nanny y Donghae siempre me preparan fiestas sorpresas pero es aburrido tenerlos solo a ellos y a Steve o a Carlo.
Su rostro se afligió por un momento.
¿Es que Donghae tampoco invitaba a sus amigos? ¿O era que ella no tenía amigos?
¿Asistirá a clases con los demás niños en una escuela?
Ni siquiera lo sabía.
-¿A qué escuela vas? -le pregunté tratando de enderezar la pequeña cadena con un dije de bigote negro que tenía en su cuello
-No voy a la escuela. Mis maestros vienen a casa, ¿por qué?
¿Donghae la ocultaba también de niños de su edad?
Bueno, a veces los niños podían llegar a ser demasiado crueles cuando notan que alguien es diferente a los demás.
Una ola de compasión y tristeza me invadió por Nicole.
-Solo tenía curiosidad -respondí finalmente.
Ella bajó la mirada y con su pie comenzó a hacer círculos en el suelo.
-Sé que mi rostro no es muy atractivo de ver -confesó en voz baja-, muchos niños salen corriendo cuando me miran. Pero ellos no saben que, a pesar de mis marcas, yo me siento hermosa... o al menos eso dice el tío Donghae. Así que gracias por no mirarme raro como todos los demás.
Me dio un breve abrazo y salió corriendo hacia la habitación de su tío.
Quedé en cuclillas, sin habla y con una sensación vertiginosa en mi estómago.
Estaba ante una niña muy valiente... en todos los sentidos.
Escuché la puerta del dormitorio de Donghae ser abierta y rápidamente Nicole asomó la cabeza a través de la ranura:
-Puse la película El Diario de la Princesa y no me gustaría verla sola, ¿vienes?
Sonreí y me puse en pie, entrando al territorio más íntimo de Donghae.
-No me la perdería por nada del mundo.
Para ser un chico, Donghae era bastante pulcro en su habitación. Al menos no tenía ningún poster visible de alguna mujer en lencería atrevida, o una banda de rock pesado.
Sus paredes estaban desnudas de cuadros o pinturas y, al igual que el resto del departamento, los muebles eran de tonalidades oscuras con finos acabados.
Su cama era enorme y no pude evitar respirar hondo en sus sábanas de color azul marino; ni siquiera presté atención a la película que Nicole había puesto para que ambas pasáramos un rato juntas. Me sentía drogada y aturdida de solo pensar que Donghae dormía en esa misma habitación, en esta misma cama y en este mismo lado en el que me encontraba recostada.
Incliné mi rostro una vez más y pegué mi nariz en las sábanas; aspiré como por vigésima vez el delicioso olor masculino que él impregnó en sus almohadas.
Espectacular.
Rápidamente me separé, no quería que Nicole me fuera a ver actuando como la loca que olía las sábanas de su tío.
Después de veinte minutos entró Donghae y nos anunció que la comida ya estaba lista.
Nicole y yo nos movilizamos hacia la sala y los tres comimos de las cajitas de cartón en donde los alimentos venían bien empaquetados desde el restaurante chino a tres cuadras del departamento.
Nos sentamos en el suelo de la sala, rodeando la mesita de centro e intentando sostener los fideos y el arroz con los palillos chinos, riéndonos cuando ninguno pudo realizar tal hazaña y en su lugar usamos tenedores.
Devoré todo con rapidez y disfruté de la mejor vista de todas: Donghae en una camiseta sin mangas.
Realmente debería usar más como esas. Hacía que los músculos de sus brazos se lucieran de manera formidable.
-Cuando sea mayor me pintaré la piel como el tío Donghae -anunció Nicole mientras metía un puñado de fideos a su boca.
-¿En qué edad quedamos que eso iba a suceder? -musitó Donghae.
-¡A los treinta! -obedientemente respondió la niña.
Tuve que reírme de eso.
-Donghae, tu ni siquiera tienes treinta y ya estás tatuado -le recordé.
-Maduré rápido.
Reí-resoplé a la vez.
-Entonces yo definitivamente estoy calificada para hacerme uno.
-Y yo estaría encantado de supervisar los lugares de tu cuerpo ideales para un tatuaje -me guiñó un ojo.
Mi rostro se calentó.
Aclaré mi garganta y continué con la cena.
-Terminé con mi comida, ¿puedo ahora ver mi galleta de la fortuna? -le pidió Nicole a Donghae.
Él acercó la cajita donde comía la niña y la observó, haciendo una mueca.
-No, no has terminado. Come tu brócoli.
-No me gusta el brócoli, lo sabes -ella hizo un puchero y se cruzó de brazos.
-Cómelo...
-Pero no quiero... Mira, ____ tampoco lo ha comido -me señaló y me tensé en mi lugar.
Donghae se acercó e inspeccionó mi comida al igual que como había hecho con ella.
-____... -me advirtió él.
-¿Donghae?
-Come tu brócoli.
-Soy alérgica a los vegetales -dije encogiéndome de hombros y llevándome algo de pollo a la boca. Mastiqué lentamente a pesar de que quería devorar todo muy rápido; mi almuerzo había sido un fiasco preparado por Susan, merecía algo de comida decente.
-Además -continué- se le pueden dar a Steve así que no se desperdician.
Nicole asintió estando de acuerdo conmigo.
Steve apareció en ese momento como si lo hubieran requerido y olfateó en mi dirección.
¡Puaj! Me moví rápidamente hacia Donghae hasta que nuestros brazos chocaron uno contra otro.
-¿Le tienes miedo a Steve y aun así quieres alimentarlo? -preguntó él, divertido.
-Nadie, pero nadie, tiene un zorrillo como mascota -lo fulminé con la mirada-, son apestosos y dejan su hedor por todos lados. Si querías un animal hubieras optado por un perro... o un gato al menos. Vaya, incluso pensaba que eras el tipo de chico con una serpiente como mascota.
Donghae se rió y rodeó mi cintura con sus brazos, me movió de tal forma que quedé sentada entre sus piernas abiertas, mi espalda chocaba contra su pecho.
Justo en ese momento yo estaba teniendo una enorme dificultad para respirar normalmente; y no me lo puso fácil cuando sus largos dedos comenzaron a acariciar mi cabello.
-Tengo un perro -habló en mi oído causándome cosquillas-, solo que mi vecino del departamento de abajo lo cuida cuando yo no estoy en casa. Y en cuanto a Steve... bueno, era un invitado no deseado que se escondía en el dormitorio de Marie, yo solo lo rescaté antes de que ella llamara a control de animales y ellos lo dañaran.
-¿En el departamento de Marie? Me parece haberlo conocido antes -medité. Claro, era la misma mofeta que encontré en la cocina semanas atrás.
¿Cómo llegaría un zorrillo hasta el departamento? Ni idea.
Mientras Donghae apoyaba su barbilla en mi cabeza, Nicole estaba entretenida dándole a Steve su brócoli, fingiendo que nadie miraba nada.
-Además, Steve no es apestoso -volvió a hablar en mi oído. Esta vez me dio un beso en el cuello-, cuando lo llevé al veterinario, me dijeron que alguien le había quitado las glándulas que producen el mal olor. Es un animal limpio en todo sentido.
Fruncí el ceño. ¿Cuándo lo llevó al veterinario?
-Es como un ratón gigante -le dije-. No deberías dejar que Nicole juegue con él, la puede morder.
-No va a estar mucho tiempo aquí; mi abuela quiere liberarlo en el bosque este fin de semana. ¿Eso te hace feliz?
-De acuerdo, me tranquiliza.
Donghae volvió a darme otro beso en el cuello. Reprimí la urgencia que tenía de girarme y que esta vez besara mi boca, pero tenía que comportarme, Nicole estaba cerca y no me parecía lo correcto que mis hormonas revolotearan por todo el lugar.
-¡Terminé el brócoli! -Gritó la niña cuando acabó de alimentar al apestoso animal (con o sin glándulas) -¿Puedo ahora agarrar una galleta?
-Bien -Donghae extendió el plato que contenía las galletas e hizo que Nicole tomara una.
Ella se precipitó a agarrar la que más cerca tenía.
Antes de partirla y leer su mensaje, nos miró a ambos con ojos entrecerrados.
-¿No van a agarrar una también? Puede ser de mala suerte si no las abrimos al mismo tiempo -dijo la niña solemnemente.
Le sonreí y tomé la que se encontraba en el centro. El brazo de Donghae se estiró sobre mi hombro para tomar la que quedaba.
-De acuerdo, a la cuenta de tres cada quien parte su galleta -instruyó Nicole.Steve se rozó sobre su pierna y lo vi olisquear en su dirección. Yo llevé mis rodillas a la altura de mi pecho, y me pegué más a Donghae.
-Uno -comenzó ella con entusiasmo-, dos... ¡tres!
Con mi dedo pulgar ejercí presión sobre la galleta y ésta se partió en tres pedazos pequeños. Saqué un papelito que venía apretadamente doblado y leí su contenido:
"Alguien te está mirando justo en este momento"
¿Alguien me está mirando? ¿En serio? ¿Qué clase de galleta de la fortuna era esta?
Pudieron haber puesto: Si estás leyendo esto es porque puedes leer.
Más obvios no pudieron ser.
Alcé la vista, curiosa por ver qué decían las demás galletas, tal vez tenían mensajes más interesantes que el mío.
Nicole fruncía el ceño y veía el papel confundida, miré a Donghae que tenía casi la misma expresión que su sobrina. En realidad era algo tierno de ver. Ambos hacían las mismas muecas y de la misma forma.
-¿Qué les parece un cambio? -preguntó él finalmente. Hizo de su papel una bolita y me lo pasó mientras que Nicole tomaba el mío y le entregaba el de ella a Donghae.
-Oye no se vale cambiar. Es hacer trampa -le dije.
Pero ninguno de los dos me prestaba atención; impulsada por mi curiosidad decidí leer la bolita que me había pasado Donghae. Decía:
"Intenta con otra galleta"
Bufé para mis adentros. Claro, intentó con otra galleta.
-Cambio -gritó Nicole después de un segundo.
Automáticamente Donghae y ella volvieron a intercambiar papeles tomando de nuevo el mío.
Desenrollé el siguiente, que originalmente pertenecía a Nicole, y se leía:
"DJ Maxxime a tu disposición... para reservar presentaciones: 511-254098"
Tuve que reírme en voz alta. Luego Nicole se contagió, y por último Donghae.
-Esas fueron las peores galletas de la fortuna que leído en mi vida -dije entre risas.
-Oye, salió algo bueno de todo esto -dijo Donghae- tenemos el número de un DJ si llegamos a necesitarlo.
Me reí un poco más con eso.
-La próxima vez mejor trae helado -le dije.
![](https://img.wattpad.com/cover/35578778-288-k93186.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Prohibido enamorarse de Lee Donghae(terminada)
Fiksi PenggemarGenero: Romance, Comedia, Drama y un poco de Lemon Sinopsis: no se puede negar lo totalmente atractivo que es: cabello negro, ojos claros, brazos musculosos, tatuajes discretos cerca de la base de su espalda, y deliciosos dedos largos que parecen pa...