Capítulo 7

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La semana posterior a la cirugía, la madre de Felix comenzaba a recuperarse de forma exitosa.

Era sábado por la mañana, como era fin de semana Felix se había quedado a dormir con su madre en su habitación, pero cuando fui a buscarlo después de revisar a mis pacientes él ya no estaba ahí.

—Fue a buscarte —dijo la Señora Lee cuando me vio entrar a la habitación.

Casi grito del susto, me había atrevido a entrar sin llamar porque pensé que estaba dormida.

—Oh... gracias —dije, y salí rápidamente sintiéndome incómodo.

Caminé a la sala de residentes, si Felix había ido a buscarme probablemente estaba ahí. Mientras andaba, pensé en cómo serían mis días ahora que Felix ya no estuviera en el hospital todo el tiempo. Cuando la señora Lee fuera dada de alta, ella y su hijo solo tendrían que venir a las sesiones de quimioterapia, y si todo iba bien y ella se recuperaba, ya solo tendría que venir una vez al año para comprobar que el tumor no volviera.

Me sentí culpable por pensar solo en mí y en mis sentimientos, pero, por otra parte, también me alegraba que se estuviera recuperando, así Felix estaría más tranquilo. Me pregunté qué sería de nosotros entonces, y me di cuenta de que ni siquiera tenía la certeza de que Felix y yo fuéramos un "nosotros".

Pensé que tal vez me estaba confundiendo, y lo que sentía Felix por mí no era más que admiración y respeto.

Girando por el pasillo me topé con Sana, que tenía una gran sonrisa boba en toda la cara y estaba tan distraída que ni si quiera me vio.

Cuando llegué a la sala de residentes, la puerta estaba abierta y pude ver a Felix sentado en una de las sillas giratorias, dando vueltas animadamente. Cada vez que lo veía, la parte racional de mí mismo era empujada hasta el fondo de mi conciencia y solo me dedicaba a sonreír como estúpido, con el pequeño rubio ocupando todos mis pensamientos.

—¡Channie hyung! —exclamó al verme, y se levantó tambaleante de la silla.

Me acerqué a él y lo tomé por los hombros, ayudándole a recobrar el equilibrio.

—¿Tienes hambre? Vamos a comer algo fuera —propuse.

Felix asintió contento y luego se colgó de mi brazo.

—Vayamos a un lugar con buenos postres —dijo.

No pude dejar de sonreír en todo el camino al restaurante.

Felix era tan lindo que podría salir con cualquier chico o chica que quisiera, alguien que pudiera ponerlo como prioridad en su vida.

Por supuesto, a pesar del corto tiempo que llevaba conociéndolo, yo no tenía ojos para nadie más, pero en gran parte era porque tampoco tenía mucho tiempo libre, si había tenido la fortuna de conocerlo era solo porque había venido a este hospital.

Tal vez era el destino que nos había unido, que me había dado un motivo para usar mis únicas horas libres al día en algo más que comer y dormir, tal vez conocerlo había sido un premio por todos los años de esfuerzo, aun así, me sentía egoísta por querer tenerlo solo para mí.

—¿Pasa algo? —preguntó Felix con la boca repleta de tarta de chocolate— ¿El trabajo es muy difícil?

Probablemente él estaba confundido por mi actitud, ya que desde que salimos del hospital yo había estado perdido en mis pensamientos, apenas y habíamos hablado.

—No —respondí sonriendo—. No es difícil, pero lo será cuando ya no estés alrededor.

—Puedo venir a verte, y puedes llamarme por teléfono cuando quieras... aunque preferiría que no lo hicieses de madrugada.

Numb the pain [BL/GL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora