Numb the pain [BL/GL]

Epílogo

—¡Chan! ¡Chan despierta, se nos va a hacer tarde! —gritaba Felix, palmeando mi cara en repetidas ocasiones.

—¿Qué sucede? —pregunté sintiéndome aún aturdido por el sueño.

—¡Se nos hace tarde, grandísimo bobo, tengo media hora tratando de despertarte! ¡Tenemos que llegar antes que los demás invitados!

—¡Mierda! —dije, abriendo completamente los ojos y levantándome de pronto— ¿Dónde está mi traje?

—En el armario —respondió Lix tratando de suavizar su tono, pero aun viéndose alterado—, he ido por ellos ayer, ve a bañarte, prepararé el desayuno.

Asentí y salté fuera de la cama corriendo hacia la ducha, miré la hora en mi reloj antes de quitármelo para entrar a la regadera, 7:05 am, la boda comenzaba a las 3:00 pm.

Solté un suspiro aliviado mientras me desvestía y arreglaba la temperatura del agua, ese mocoso era un exagerado.

De todos modos, no quería ponerlo de nervios tan temprano así que me bañé en tiempo récord, notando justo antes de salir que en mi prisa había olvidado llevar una toalla.

—¡Lix—

Él abrió la puerta antes de que terminara de llamarlo, lanzándome una toalla limpia a la cara.

—Siempre la olvidas.

—¿Estás molesto? —pregunté acercándome para abrazarlo, dejando la toalla a un lado.

Felix negó con la cabeza y luego permaneció inmóvil.

—Chan... —llamó después con voz tímida.

—¿Sí?

—Estás desnudo.

—¿Y? —pregunté riendo.

—Si me abrazas desnudo tienes que hacerte responsable...

Di un paso hacia atrás arrastrándolo conmigo dentro del cuarto de baño y luego cerré la puerta, hacía mucho tiempo que no lo hacíamos ahí.

Por insistencia de Felix llegamos al recinto donde se celebraría la boda una hora antes de que todo empezara y nos dirigimos al salón de espera de las novias, Sana y Dahyun estaban ambas sonriendo felizmente, sentadas de lado a lado con sus vestidos blancos a juego.

Changbin y Jinyoung habían llegado ya, también con sus respectivas parejas.

En cuanto cruzamos la puerta, Felix corrió emocionado a abrazar a Sana, felicitándola mientras daba saltitos alrededor.

—Bueno ya es suficiente —exclamamos Dahyun y yo al unísono, causando una ola de risas en la habitación.

Felix soltó a mi amiga por fin y se acercó a felicitar también a Dahyun mientras yo hacía lo mismo con Sana.