Capítulo 8

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Eran casi las  5AM cuando por fin tuve todo listo, no esperé ni un minuto más y llamé a Felix, lamentaba un poco tener que hacerlo madrugar, pero esperaba que al final valiera la pena.

—Te dije que podías llamarme cuando quisieras, excepto en la madrugada —respondió Felix con voz ronca, después del segundo timbre.

—¿Quieres ir a dar un paseo?

—Claro, son las cinco de la mañana, la hora perfecta para tomar un helado —dijo sarcástico.

—Envíame tu dirección, voy a pasar por ti —Lo escuché soltar un bufido, y lo imaginé dándose la vuelta entre las mantas, tan adorable—. Ah, y abrígate bien.

Terminé la llamada sin esperar respuesta y sonreí al recibir de inmediato su mensaje con la dirección. La casa de Felix no quedaba muy lejos de la mía, así que media hora después ya me encontraba en su pórtico tocando el timbre.

Tardó un momento en abrir la puerta, se veía adormilado y aún estaba en pijama cuando me recibió, lucia muy lindo en su conjunto de franela rosa.

—¿Por qué no estás listo todavía? —pregunté sin poder contener mi entusiasmo.

—Estaba a punto de cambiarme, entra —indicó frotándose los ojos y haciéndose a un lado para que yo pasara.

La calidez de la habitación me rodeó, afuera estaba realmente frío.

Me senté en el sofá más grande de la sala en lo que Felix subía a su habitación a cambiarse, observé detalladamente todo a mi alrededor mientras palmeaba mis muslos con nerviosismo, las fotos familiares estaban por todas partes, así como trofeos y recuerdos de los logros escolares de Felix, un diploma por aprovechamiento académico, y una medalla por un concurso de deletreo en inglés, entre otros.

No pude evitar levantarme de mi lugar y mirar más de cerca, caminé alrededor de la habitación y terminé por pararme al pie de la escalera, subí lentamente admirando los marcos colgados en ascendente por la pared.

En los niveles más bajos había fotografías del bebé Felix, conforme aumentaban los escalones, aumentaba la edad de Lix en las fotos, un pequeño niño regordete en la guardería, en el festival escolar vestido de abejita, en navidad con una diadema de reno y la nariz coloreada de rojo, en la graduación de la escuela elemental, en la ceremonia de entrada de la escuela media, con su toga y un ramo de flores en la graduación de la secundaria, y así hasta la más reciente, el día de la ceremonia de bienvenida en la universidad.

Casi sin darme cuenta termine parado frente a su puerta, justo en el momento en que se abría y Felix salía de ella.

—Si que eres impaciente —dijo con una sonrisa.

—Hora de irnos —respondí sonriendo también.

Tomé su mano, entrelazando sus dedos con los míos, no era la primera vez que lo hacía, pero de alguna manera se sentía distinto.

Salimos juntos de la casa, y me apresuré a abrir la puerta del copiloto de mi Jeep Wrangler negro, después de ayudar a Felix a subir y encargarme de que su cinturón de seguridad estuviera perfectamente ajustado, rodeé el auto y entré, arrancando inmediatamente.

—¿A dónde vamos? —preguntó Felix entre bostezos.

—Duerme, te despertaré cuando estemos ahí —aparté mi mirada del camino tan solo un segundo, para poder ver a Lix acurrucándose en el respaldo del asiento y cruzando sus brazos sobre su pecho.

Un par de minutos más tarde escuché su tranquila respiración indicándome que se había quedado dormido.

El cielo estaba apenas aclarando cuando llegamos a nuestro destino, así que decidí dejarlo dormir un poco más de tiempo. Felix se veía muy tranquilo y era realmente lindo mientras dormía, mucho más de lo que había imaginado. Aparté cuidadosamente su flequillo, que estaba un poco largo y le cubría los ojos, así pude apreciar mejor sus delicadas facciones. Su nariz se arrugó al sentir mis dedos sobre su piel y me reí porque lucía como un gato molesto.

Numb the pain [BL/GL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora