34

125 12 1
                                    

Pov. Katniss

—La ceremonia empieza a las cuatro. Estarás allí ¿verdad?

—¡Sí mamá! Vamos a estar allí —me dice Shane mientras se dirige a la puerta principal con una enorme sonrisa en su rostro, un poco de arrogancia en su paso y las llaves del coche traqueteando alrededor de su mano.

—Me temo que estamos creando un monstruo. —Me río cuando miro a Peeta, quien tiene un hombro inclinado contra la pared y me mira con una intensidad tranquila. Noté los círculos oscuros bajo sus ojos que han estado allí desde hace unas semanas y me entristece que él esté teniendo pesadillas otra vez y no me hable acerca de ellas. Pero, claro, no es que realmente hable en absoluto de nada, que no sea el trabajo o los niños o la ceremonia de corte de cinta el día de hoy para poner en marcha el proyecto. Y es raro. No es como si algo este desconectado entre nosotros, en realidad es todo lo contrario. Él está más atento y físico que nunca, pero siento que esta es su manera de compensar por el hecho de que todavía no hemos hablado del aborto espontáneo.

Pidió espacio y se lo he dado, no hablando de la pérdida o cómo me siento, cómo lo estoy afrontando. Incluso fui tan lejos como para no hablarle de mi cita de seguimiento de ayer.

Entiendo que los dos estamos tratando con esto a nuestra propia manera. Su manera es amurallarse lejos, entenderlo solo, cuando la mía es agarrarlo un poco más fuerte, necesitarlo un poco más. La distancia momentánea entre nosotros la puedo manejar, sé que es temporal, pero al mismo tiempo, me mata saber que está sufriendo. Me hace daño cuando lo necesito y no puedo pedir nada más de él. La necesidad de la conexión que siempre ha sido una constante entre nosotros.

Para darle el espacio que él pidió, cuando lo único que quiero hacer es arreglarlo.

Tarde en la noche, cuando me despierto de sueños llenos de choques de autos y suelos llenos de sangre, lo veo dormir y mi mente se distrae a los profundos y oscuros pensamientos que puedo esconder a la luz del día. Me pregunto si él no está abordando o lidiando con el aborto involuntario, porque le preocupa que tal vez un bebé es lo que quiero ahora. Que a lo mejor estamos perdidos, porque nunca lo hará.

Pero si no puedo hablar con él, si él cambia de tema en cualquier momento que trato de sacar el tema, no puedo decirle lo contrario.

Y sí, mientras que los pensamientos de un bebé han pasado por mi mente, no puedo colgar mi sombrero ante la idea. No puedo permitirme pensar que se me concederá esa oportunidad milagrosa después de un accidente más de una vez en mi vida. Esperanzas como esa puede arruinarte si es todo a lo que te estás aferrando.

¿Pero y si cuelgo la esperanza de que él va a hablar conmigo, venir de nuevo a mí, en lugar de lentamente deslizarse a través de mis dedos? ¿No me arruinara esa esperanza también?

Becks me ha dicho que me quede tranquila, que Peeta va a arreglar su mierda, que es todo lo que puede decir de sus años de amistad, pero que no deje que se vaya demasiado lejos. ¿Cómo diablos se supone que voy a saber exactamente cuánto es demasiado lejos?

Necesito que me necesite tanto como yo lo necesito, mientras yo voy a través de las emociones de la pérdida de un pedazo de algo que era únicamente nuestro... y el hecho de que él no lo hace, me mata. Sí, sus brazos se envuelven alrededor de mí en la noche mientras dormimos, pero su mente está en otra parte. Tal vez perdido en sus textos interminables y conversaciones en voz baja en los últimos tiempos. Los que me pone nerviosa, a pesar de saber en el fondo, que él no me engaña.

Pero está escondiendo algo, tratando con algo, y sin mí, cuando lo que necesito es que me ayude a lidiar con esto.

Trato de decirme a mí misma que es la falta de nuestra conexión física lo que me está haciendo leer demasiado todo esto. Sobre analizarlo todo. Mientras me acuesto en sus brazos todas las noches, apretada contra su pecho exactamente donde deseo estar, todavía tenemos que hacer el amor desde que regresé del hospital. Nos besamos y cuando trato de profundizarlo, mover mis manos por su cuerpo y tentarlo a que me quiera como yo lo anhelo, él agarra mis muñecas y me dice que espere hasta que me sienta mejor, a pesar de que le digo que no me duele y que estoy perfectamente bien. Que quiero sentirlo dentro de mí, que conecte conmigo, llevándome a la gloria de nuevo.

DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora