Capitulo 24

4.2K 539 102
                                    

Acostada en la cama del dormitorio del matrimonio Ryddle, envuelta como taco en una suave y caliente manta, Jade bebía por sorbos el té caliente que los elfos le habían traído

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Acostada en la cama del dormitorio del matrimonio Ryddle, envuelta como taco en una suave y caliente manta, Jade bebía por sorbos el té caliente que los elfos le habían traído. Se había dado una ducha caliente y ahora usaba una pijama de seda color amarillo que era de su madre. A lado de ella, sentado en una silla junto a la cama, estaba Tom, quien la veía con preocupación.

—¿Me dirás que ocurre, Jade?—pregunto Tom con suavidad.

—Preferiría hablar con mi madre, si no es mucha molestia.—respondió con la voz ronca.

—Mi reina esta de viaje con Eileen, no se bien si llega mañana o pasado.—informó Tom.— así que...puedes contármelo. —Jade lo miro escéptica.— ¿Qué? En serio, se que luzco intimidante y aislado la mayoría del tiempo pero...te aseguro que te puedo ayudar.

—Estoy embarazada.

—Ah.

El rostro de Tom se notaba sorprendido y algo aturdido, Jade lo miraba expectante, por lo que carraspeo un poco, se removió incomodo en su lugar y abrió su boca...pero ninguna palabra salió de ella.

—Supongo que no te agrada la noticia, no pareces un hombre de niños.—dijo Jade cabizbaja.

—Cuando supimos que tu madre estaba embarazada de ti...—hablo Tom— fue el día más feliz de mi vida. Tendría un hijo con la mujer que amo, nada podría comparársele. Es verdad, no soy un hombre de niños...pero tú no eres cualquier niña, eres mi hija.

»Y respecto a tu...embarazo —se removió incomodo— admito que es una noticia algo abrupta para mi, pero supongo que no importa si tu estas feliz con la noticia...¿lo estas?

—No lo sé.—suspiró pesadamente.— el padre de mi bebé no lo quiere, bueno, cree que no deberíamos tenerlo.—explicó en voz baja.

—¿Quién es el padre?—pregunto Tom con el ceño fruncido.

—No te lo diré.—respondió Jade.

—¿Por qué no?

—Por que probablemente lo mandes a asesinar por esto.—explicó Jade con obviedad.

—Es un buen punto.—admitió él.— y entonces, ¿porqué no lo quiere? Solo porque si o ¿hay alguna razón en especifico? 

—Él...—dudó y suspiro.— es un licántropo. No quiere que lo tengamos porque puede heredar la maldición. Dijo que él no sería parte de eso.

—Mmm, eso lo explica. Tiene sentido.—asintió con la cabeza y Jade frunció el ceño.

—¿Lo vas a justificar?—pregunto molesta.

—Tampoco puedes juzgarlo.—replicó Tom con sinceridad.— por más empática que puedas ser, jamás sabrás el verdadero dolor que pasan cada luna llena los licántropos. No puedes simplemente minimizar sus sentimientos y juzgarlo por su actuar.

—Eso suena a palabras de mi madre.—murmuró Jade.

—A mi se me pega a veces su psicología y a ella mis instintos asesinos, que te digo.—se encogió de hombros.

—Entonces...¿tú también crees que debo...?—sus ojos se llenaron de lagrimas.

—Escucha.— Tom se levantó de su silla y se sentó junto a ella en la cama.— Supongamos que existe un matrimonio muy pero muy pobre, que...no lo sé, quizá ya tenga un hijo o quizá no, pero el caso es que son muy pobres, tan pobres que a veces pasan días sin comer y de pronto, descubren que estan esperando un bebé. ¿No es un poco inhumano traer al mundo a un bebé que claramente aman pero que realmente no podrán darle una buena calidad de vida?

—Eso es muy clasista. —replicó Jade con el ceño fruncido.

—Lo es, ciertamente lo es—admitió Tom— pero también es una realidad. Ese niño tendrá amor, pero no estudios, no medicamentos, no  comida, no juguetes, no nada. Tendrá que trabajar desde joven para poder subsistir y nunca podrá tener una vida como la que merece, porque desgraciadamente de amor no se vive.

»En tu caso, se nota que amas a tu bebé y quiero pensar que tú pareja te ama a ti, ¿no es así?—Jade asintió— Bien, no creo que tu pareja no quiera al bebé, en realidad, creo que lo ama tanto que no quiere que sufra. No quiere que su hijo tenga que sufrir y él no debería ser juzgado por ello.

»Puede sonar egoísta, en especial porque parece que tu si quieres ser madre. —ella asintió— probablemente si no fuera por su condición, el hubiera estado muy contento, pero no es así. El es un licántropo, el sufre cada luna llena y pese a nuestras leyes que les han dado un mejor estatus, siempre será visto con cierta repulsión por muchos. El no quiere que su hijo llore, sufra y se lastime cada luna llena, tampoco quiere que sea marginado y mucho menos quiere que se sienta un monstruo.

»Se que quizá no lo entiendas y quizá su reacción no haya sido la más correcta pero...es un hombre que esta protegiendo el futuro de su hijo y tu también debes pensar en ello. No porque ames a tu bebé, te cegara lo que pueda pasarle en un futuro. Recuerda que es tu cuerpo y es tu decisión, tu decidirás que pasará con el, pero también recuerda que debes ser responsable con él. 

»Al final, no importa que, Jade. Pase lo que pase nosotros vamos a apoyarte y estaremos ahí para ti. 

—Gracias, papá.—susurró Jade con lagrimas en los ojos y Tom sonrió en el mismo estado que ella y le acaricio una mejilla.

—Una cosa más.—dijo con la voz rota.— Eres mi mayor orgullo y siempre voy a amarte más que a nada.

Tom la envolvió en un cálido abrazo y Jade sintió que su cuerpo y alma encontraban paz. Despues de tantos años, ella ya no se sentía sola.

(...)

Volvió a casa a la mañana siguiente, esta vez con la ropa seca. La furiosa tormenta continuaba afuera y las gotas de lluvia impactaban con fuerza en las ventanas. Reviso todo el apartamento en busca de Remus y su corazón se detuvo al no encontrarlo.

La puerta de la casa se abrió abruptamente y por ella ingreso un palido, ojeroso y muy empapado Remus, quien respiraba agitadamente y parecía muy preocupado. En cuanto cerró la puerta, se quito la chaqueta empapada y revolvió desesperado su cabello. 

—Remus.—llamó Jade con suavidad.

El joven giro bruscamente el rostro y miro sorprendido a Jade, quien antes de que pudiera decir cualquier cosa, fue envuelta en un fuerte abrazo por parte de Remus, quien también besaba repetidas veces su frente y le daba algunos besos en todo el rostro.

—Merlín, estaba tan preocupado.—confesó con voz temblorosa.— saliste alterada y luego empezó la tormenta y estas embarazada y no volvías y, y....

—Calma, Rem.—dijo Jade acunando el rostro del chico entre sus manos.— Calma, estoy bien.

—Te estuve buscando toda la noche y madrugada pero no te encontré, volví porque iba a cambiarme para seguir buscando—confesó soltando unas lagrimas.— creí que algo muy malo te había pasado.

—Oh, Rem...

—Te amo.— la interrumpió.— Te amo tanto y...estoy muy asustado con esta situación del bebé pero no quiero perderte, lo que tu decidas se hará. No hay nada que me importe más que tu felicidad. Te amo y si quieres tener a ese bebé los amare a ambos con todo mi corazón.

Dicho esto, la besó. 









Enemy [Remus Lupin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora