13. Peter Maximoff

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Pedido: No

Advertencias: engaño emocional, celos e inseguridades, la protagonista tiene poderes que le permiten sentir las emociones de la gente




—¿Qué hace una chica tan bonita como tú aquí sola en un día como este?

La voz de Peter resonó por la habitación, cargada con ese tono alegre y bromista que siempre tenía. Layla, que se encontraba sentada en el sofá con su mejor amiga, ni siquiera levantó la mirada al escucharlo entrar. No estaba de humor para enfrentar su personalidad tan peculiar.

—¿Acaso Scott esta actuando como un idiota otra vez? —insistió él, ganándose una mirada molesta de la joven.

Layla puso los ojos en blanco y maldijo para sus adentros. ¿Cómo había adivinado tan rápido? ¿Acaso era tan obvio? Al parecer no era tan buena escondiendo sus emociones como creía. O Peter era demasiado bueno para leer su humor. Porque, efectivamente, estaba molesta con Scott.

No era algo nuevo. Su falta de atención venía afectando negativamente su relación desde hacía un par de meses. Lo cual le generaba un humor errático. Pasaba de la felicidad a la tristeza, de la alegría al enojo, en un abrir y cerrar de ojos. Simplemente nunca se había puesto a pensar que la gente podría notarlo. Mucho menos Peter.

En cualquier otro momento, su presencia no la irritaría de la forma en la que lo estaba haciendo. Normalmente encontraba sus conversaciones entretenidas. Pero ahora no estaba de humor para reír. Por lo que, los comentarios que usualmente encontraría divertidos, ahora no hacían mas que molestarla.

Sabía que no había malicia detrás de sus palabras, pero Layla no podía evitar sentirse insegura al escucharlo hablar sobre Scott y su relación en aquel tono. Le molestaba que tuviera razón. Su novio estaba actuando como un idiota otra vez y, aparentemente, no había nada que ella pudiera hacer para cambiarlo.

La joven clavó la mirada en su amiga, suplicándole con los ojos para que se deshiciera de él. Millie la observó con una sonrisa en el rostro, notoriamente entretenida con la repentina aparición de Peter y la escena que estaba por desatarse.

¡Por supuesto que ella no la ayudaría! Layla debería haberlo supuesto. Después de todo, su amiga no se cansaba de hablar bien de él y mencionar la bonita pareja que harían juntos si tan solo le diera una oportunidad. Era una traidora.

—Lárgate, no estoy de humor para tus comentarios —respondió la joven, soltando un suspiro de molestia. Sonó más agresiva de lo que esperaba, pero no le importo. Su inseguridad la hacía actuar a la defensiva a pesar de que en el fondo sabía que Peter no buscaba herirla.

Sintió una ráfaga de aire atravesar la habitación con rapidez. En un abrir y cerrar de ojos, Peter pasó de estar parado en la entrada a sentado frente a ella en el sillón individual que permanecía vacío.

—Así que Scott sí esta actuando como un idiota otra vez —comentó él—. ¿Qué te hizo esta vez?

—Nada, lárgate —dijo la chica de mala manera.

Normalmente no era tan agresiva con él. Peter podía ser hiperactivo y un maestro en el arte de volverla loca, pero fuera de eso se llevaban bien. Era un chico gracioso y, la mayor parte del tiempo, Layla disfrutaba de su compañía. Encontraba su coqueteo constante entretenido y siempre se esforzaba por contestarle con un chiste que estuviera a la altura. Porque para ella era claro que Peter bromeaba cuando soltaba esos comentarios.

Pero hoy era diferente. Esta vez estaba enojada y demasiado dolida como para preocuparse por ser amable. Las palabras de Peter no hacías mas que alimentar las dudas inseguridades que ya tenia respecto a su relación, por mas de que esa no era la intención del chico.

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