One Shots Multifandom {Pedidos Abiertos}

16. Bucky Barnes

Pedido: Si, más o menos

Advertencias: esta historia es una segunda parte del one shot de Matt Murdock anterior, pero se puede leer por separado. Además de eso hay menciones a celos, inseguridades, sangre y violencia típica de Marvel/Daredevil, una escena de besos, pero creo que nada más.

—¡Llegó la pizza! — canturreó Valerie desde la entrada, cerrando la puerta con el pie a la vez que cargaba las cajas de cartón en sus manos.

—¡Por fin! Me estaba muriendo de hambre —exclamó Bucky, apareciendo repentinamente frente a ella, tomando las pizzas para llevarlas a la mesita de café en la sala de estar.

—Ve preparando la película mientras busco las bebidas —le pidió ella, desapareciendo detrás de la puerta de la cocina.

Todos los sábados desde que Bucky se había mudado a su edificio la pareja de amigos tenía una noche de películas. La idea surgió de una de las primeras conversaciones que tuvieron cuando se cruzaron en un pasillo. Valerie había hecho una referencia a una película que Bucky no comprendió y eso los llevó a hablar sobre todas las películas clásicas que él no conocía. Un par de días después, ella lo invitó a su apartamento a ver dicha película, diciéndole que no podía continuar viviendo en la ignorancia. Bucky no aceptó inmediatamente, pero tampoco le tomó mucho trabajo a Valerie convencerlo. Y así iniciaron una tradición que poco a poco los volvió cada vez más cercanos.

Las primeras veces Bucky procedía con precaución. Se sentaba en el extremo del sofá, dejando el mayor espacio posible entre ellos, mantenía una postura rígida y apenas hablaba. Valerie no lo presionaba. Sabía algo acerca de su pasado gracias a las noticias, por lo que suponía que aquel comportamiento era normal. Actuaba como si disfrutar un poco de su vida fuera algo prohibido que debía hacer a escondidas, como si tuviera miedo de que ella lo juzgara por quien era y lo que había hecho. Pero Valerie siempre hizo todo lo contrario. Lo trato como una persona normal, como si él fuera alguien digno de respeto y cariño.

Con el tiempo aprendió a relajarse cuando estaba con ella y las noches de películas se convirtieron en su momento favorito de la semana. El par de horas que pasaba en el apartamento de su vecina, comiendo comida chatarra acurrucado en el sofá de su sala de estar, era el único momento de genuina paz que experimentaba en el día. Ella era su luz al final del túnel, una de las pocas cosas buenas que tenía en su vida, esas a las que se aferraba cuando sus pesadillas lo atormentaban. Las noches de películas eran el único momento en el que él se sentía lo suficientemente cómodo para ser sí mismo.

Esa noche les tocaba comenzar la saga de Harry Potter, películas que Valerie no había dejado de mencionar desde que habían comenzado su pequeña tradición. El entusiasmo en su expresión era inigualable. La sonrisa de oreja a oreja que adornaba su rostro cuando él se presentó en su apartamento solo se agrandó en cuanto presionó play y la película comenzó a reproducirse. Bucky tuvo que hacer un gran esfuerzo para despegar los ojos de su figura y concentrarse en la historia que se desarrollaba en la pantalla. Si de él dependiera, se podría pasar las siguientes horas observando su expresión, mirando la película a través de sus expresiones.

Cada risa, cada comentario o queja sobre la diferencia entre los libros y las películas no hacía más que derretir su corazón de ternura. Se veía adorable sentada allí, con el rostro apenas iluminado por el reflejo de la televisión, admirando intensamente cada detalle de la película que tanto le gustaba. Y cuando posó la cabeza en su hombro Bucky pudo jurar que sintió a su corazón dejar de latir por un segundo.