Capítulo 11.

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Narra Hades:

Tan sólo una semana después todo el plan estaba listo, Athena había programado una reunión para el fin de semana argumentando que era una importante celebración para uno de los caballeros.

Shun se encontraba en mis aposentos buscando algo que ponerse, su vientre apenas se notaba así que no se sentía incómodo, yo ya estaba vestido y simplemente lo ayudaba a peinar su cabello.

—Que divertido, tenía muchas ganas de asistir a una fiesta.

—Yo también bebé, será mejor que nos apresuremos o no llegaremos a tiempo.

—Sí, ya estoy completamente listo para irnos.

—Vamos entonces mi príncipe.

Poco después partimos hacia el santuario para la gran celebración, no tardamos mucho en llegar por lo que ví que todos estaban en sus posiciones y observando de vez en cuando a Shun.

—Shun llegaste! —Dijo el caballero Pegaso.

—Seiya! —Corrió Shun a verlo.

—Así que una vez más vienes junto a él, parece que te sienta bien el divorcio.

—Es un hecho que tú no dejarás de joder nunca.

—Vamos hermano no te enojes, simplemente pienso demasiado en Perséfone y en lo enojada que debe estar Deméter.

—Perséfone ya no es mi esposa, así que lo que pase con ella no es mi problema.

Seguido de ello fui junto a Shun nuevamente, con ayuda de los Caballeros dorados todo estaba saliendo según lo planeado, los templos estaban decorados y todos se estaban divirtiendo.

Una vez que el recorrido por los templos terminó fui junto a Shun hasta el final del santuario, todos estaban mirando mientras Shun y yo subiamos juntos hasta donde se encontraba la estatua de Athena.

—Queridos Caballeros y Amazonas, el día de hoy es un día muy especial para todos aquí. —Dijo Athena. —Así que de acuerdo a nuestro plan vamos con el último evento importante de la noche, así que... ¡Veamos los fuegos artificiales!

Así los fuegos comenzaron a salir, formando varias figuras y sorprendiendo a todos, me alejé un poco de Shun y se arrodillé detrás de él, porque aún cuando ya le había pedido matrimonio quería que fuera totalmente inolvidable.

Poco después de unos divertidos fuegos artificiales salió la frase que tanto esperaba.

“Shun, por favor cásate conmigo.”

Todos los Caballeros aplaudieron emocionados, mientras tanto mi pequeño Shun volteó a verme y yo tomé su mano sonriendo ligeramente.

—D-Dios Hades...

—¿Aceptas una vez más?

—Acepto... Por supuesto que sí!

Cuando lo escuché responder me levanté para darle un abrazo ya que él estaba llorando, mientras los demás seguían bastante emocionados.

La celebración siguió su curso y todos nos estábamos divirtiendo demasiado, claro que terminamos más que cansados de tanto bailar y reír.

—¡Nos vemos Dios Hades y felicidades!

—¡Muchas felicidades a ambos!

—¡Felicidades!

Dijeron varios Caballeros al mismo tiempo mientras nos despediamos, Shun se había quedado dormido por lo que fuimos a su casa lo más pronto posible para que pudiera descansar adecuadamente.

—Dios Hades...

—¿Que ocurre? ¿Te sientes mal?

—No... Venga aquí por favor... Quiero... Abrazarlo...

—Shun, mi pequeño. —Me acerqué a él y lo abracé suavemente mientras lo miraba a los ojos.

—Lo que hizo por mí... Fue muy lindo... Gracias por amarme tanto...

—Te amo y te amaré toda la vida Shun, es lo mínimo que te merecías por hacerme tan feliz.

—Eso es... Muy lindo... —Dijo antes de quedarse dormido profundamente.

—Te protegeré con mi vida... Y prometo amarte siempre.~

Caí dormido a los pocos segundos por lo que me quedé abrazando a Shun mientras de vez en cuando le daba caricias a su vientre.

Estaba tan feliz de que Shun hubiera aceptado mi propuesta una vez más pero sentía tanto miedo después de las palabras del médico acerca del embarazo de Shun.

†Meses después.†

Habían pasado los meses finalmente, Shun era trasladado al hospital más cercano mientras sus amigos y conocidos nos acompañaban para poder recibir a nuestro bebé, nuestro primer hijo.

—T-Tengo mucho miedo...

—Tranquilo cariño, todos estamos orando por ti y nuestro pequeño, así que no tengas miedo, nos veremos muy pronto mi niño.

Con una sonrisa me despedí de Shun y este fue llevado por los médicos para comenzar con la intervención, Shaka, Mu y Aioria eran quienes me acompañaban en la espera mientras los demás iban a buscar algo de comer.

Todo había sido tan largo, mis esperanzas siempre se mantuvieron en lo más alto, sólo quería recuperar a Shun y vivir junto a él con nuestro hijo.

Sin embargo poco después de unas horas el médico salió para hablar con nosotros, Ikki había llegado ya y estábamos en espera de todos los detalles acerca del parto.

—Muchas felicidades Dios Hades, el joven Shun dio a luz a un niño sano.

—Oh por Athena... El bebé está bien.

—Increíble...

—¿Y Shun?... —El médico desvió la vista y soltó un suspiro.

—Dios Hades... Yo le hablé siempre con la verdad y le dije que el riesgo de morir en el parto era cada vez más elevado, Shun puede ser un caballero pero no deja de ser un humano... No pudo soportarlo.

En ese momento sentí que el mundo se me venía encima, todo aquello por lo que había luchado me había sido arrebatado, mi amado rey había tenido que enfrentar todo y la desgracia llegó a nosotros.

—No... Shun no puede morir, tiene que hacer algo! —Dijo Ikki con una profunda tristeza.

—El... El inframundo... Ikki, cuida de mi bebé, tengo que irme!

—¿A donde vas? ¿Por qué te vas ahora que Shun no está?

—¡Porque voy a recuperarlo!

Había una opción más, Shun era mi reencarnación y por ello tenía un lugar reservado en los Campos Elíseos, alguna vez le devolví la vida a otros caballeros y era mi momento de usar la última oportunidad que me quedaba.

Así que tan rápido cómo pude llegué al inframundo, específicamente a los Campos Elíseos, donde ví a Shun reír y jugar sin sentir miedo alguno, pero debía traerlo de vuelta, nuestro bebé lo necesitaba y yo también.

—Shun... —Dije al verlo.

—Mi amado Hades.~

¿Él o yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora