Varios minutos han pasado, y la mansión del renombrado y excéntrico mercante, Zenon Mc Fare, había caído en un pesado y helado silencio. Todo esta rara e incómoda situación, se debe principalmente a la culpa y responsabilidad, de cierto joven peli rosa, quien ajeno a toda la escena, que él mismo había provocado, minutos atrás, sonreía descaradamente, mirando fijamente al hombre, frente a él.
El dueño de casa, de aquella anormalmente grande casa, Zenon, aún no salía de su asombro luego de conocer, a tan sorprendente joven, quien ajeno a todos los conceptos e ideas convencionales, se atrevió a extorsionarlo. La apariencia del joven, no podía superar los 9 o 10 años de edad, y, aun así, la mirada que era capaz de ver a través de los ojos de aquel joven, expresaba una increíble fuerza y confianza, así como una inagotable sabiduría.
Durante sus 43 años de vida, era la primera vez que algo como eso le ocurría, y, sin embargo, una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro.
"Espera, ¿Realmente es un pequeño?", dudas como esas, comenzaron a inundar la cabeza del hombre.
- ¿Y bien?, ¿Qué dice respecto a esto señor Zenon?, ¿Le interesa seguir con la apuesta? – (comentó el pelirosado, mirando al hombre, con una brillante sonrisa, la cual saco de su estupor al hombre)
- ¡Mocoso insolente!, ¡¿A quién crees que le hablas así?! – (gritó el hombre que no era guardia de Zenon)
- ¡N-Na-NATSU!, ¡DE QUÉ DEMONIOS ESTÁS HABLANDO! – (gritó una fúrica Erza, quien comenzó a agitar desesperadamente al Dragneel, mientras ella mostraba un rostro completamente pálido)
- ¡E-Espera Erza!, ¡Tranquilízate un poco, podemos hablarlo! – (gritó un mareado Natsu, quien inútilmente trataba de detener a la pelirroja)
- Ha... ha, ha... ¡Buah, ha, ha, ha! – (la risa de Zenon llenó el lugar, logrando obtener la atención de todos los presentes, al mismo tiempo que las sacudidas a Natsu se detenían, y lo dejaban caer al suelo, adolorido) - ¡Interesante!, ¡Eres realmente interesante!, ¡Muy bien, acepto!, ¡Si logras descubrir dónde está mi anillo, te daré lo que desees!, ¡Claro, siempre y cuando, no sea dinero! –
- ¿Eh?, ¿E-Ehhh?, ¡Ehhhhh! – (gritó una alterada Titania, quien no comprendía, como las cosas habían acabado de esa manera)
- ¡Je!, ¡Es muy avaro, señor Zenon! – (comentó el Dragneel, mientras se levantaba y se daba media vuelta, caminando directamente a la salida) - ¡Muy bien, volveré en una hora, luego hablaremos de la recompensa! –
- ¡E-Espera Natsu! – (gritó una desesperada Erza, corriendo detrás del peli rosa)
- M-Maestro... ¿Está bien que deje al niño ir, así como así? – (preguntó el hombre, que estaba junto a Zenon, además de los guardaespaldas)
- Sí... ese mocoso, realmente es muy listo, pero que se diera cuenta de inmediato, es algo que incluso a mí, me sorprende – (respondió el hombre, mirando divertido el camino tomado por Natsu)
- ¿Qué hacemos con las trampas, señor? – (preguntó un de los guardaespaldas, mirando preocupado al hombre)
- No hagan nada, si el niño es tan listo, de seguro se dará cuenta – (murmuró Zenon, mientras sonreía zorrunamente)
Zenon sonrió divertido, mirando las figuras de los 2 niños, las cuales cruzaron más allá de su vista.
.
..
...
(Natsu POV)
Vaya, me siento exhausto.
Sin importar cuanto tiempo pase, me sigue asqueando comportarme como una rata, aun si es por un buen motivo, como joderle los planes a ese tipo.
Bueno, de seguro Zenon ya se habrá dado cuenta, de que ya lo he descubierto, así que es muy probable que no se niegue, cuando pida mi recompensa. Además, la información sobre sus mujeres, no es algo que muchas personas sepan, yo lo sé, porque el mismo Zenon se la pasaba alardeando de eso, en mi vida pasada. Lo mismo pasa con el misterio del anillo, esto ya me lo había explicado Zenon, en mi otra vida, así que ya sé de antemano, donde está esa cosa... el problema, es el lugar dónde está.
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El Despertar del Dragón Emperador
FanfictionUna anormalidad llevó a la ultima guerra Fairy Tail y Alvarez a una espiral de destrucción y desastres. Muchas cosas se perdieron ese día, vidas, sueños y Fairy Tail. Natsu, el último superviviente de la guerra, vivió gracias a la maldición de su he...