Capítulo 5 - Malentendido.

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— ¡HyeSun! —escuche que llamaron a mi nombre, pero no podía moverme. Mi cuerpo luchaba por mantenerse en el suelo, bufé algo molesta. Unos zapatos Gucci aparecieron en mi campo de visión—. ¿Qué haces en el suelo?

— Vi que el suelo estaba muy solo, por lo que opté que besarlo sería la mejor opción.

— Sarcástica como siempre —no podía verlo, pero estaba segura de que había rodado los ojos. Unos brazos bastante trabajos rodearon mi pequeño cuerpo y me ayudaron a ponerme de pie—. ¿Qué haces aquí, sola?

— Estuve pensando en crear un castillo encantado al estilo Elsa y venirme a vivir aquí, ya sabes... Como la reina del bosque.

— Interesante —simplemente dijo.

En silencio caminamos por el frondoso bosque, sin ánimo de hablar me limite a mirar todo a mi alrededor, tenía muchas preguntas y nadie estaba dispuesto a contestarlas.

— Taehyung —lo llamé, no respondió pero sabía que estaba atento—. ¿Por qué nadie me cuenta lo que está sucediendo?

— No está sucediendo nada, Sun.

— Claro que está sucediendo algo, de lo contrario no estaríamos en esta situación.

— No está sucediendo nada, Sin —volvió a contestar, un poco más irritado. Levante mis manos en señal de rendición, aunque sabía que no podía verme.

El resto del camino fue en completo silencio, y bastante incómodo a decir verdad.

Jimin caminaba de un lado a otro, pensativo.

— Harás un agujero en el suelo —solté para alivianar el ambiente, me miró mal. Me encogí en mi lugar, sintiéndome más pequeña de lo que ya era.

— Cuado Jungkook se enteré...

— Jungkook no se enterará —me apresure a decir.

— Oh, claro que lo hará.

Me levante y cerré la puerta de mi habitación, no quería que nadie nos oyera.

— No Jimin, ustedes me están ocultando algo y yo tengo derecho a saberlo, si ustedes no quieren decirme pues perfecto —sus labios se curvaron en una mueca—. Lo averiguaré por mi cuenta. Así que si algún día me encuentran muerta por culpa de que me tropecé y caí a un barranco, espero les quede en la consciencia —dramatice.

— Eres una inmadura.

No entendía su trato hacia mi, antes era amable y sonriente; ahora estaba frío y distante, al igual que todos desde que se enteraron que estaba buscando respuestas en el bosque (exceptuando Jungkook, quien todavía no sabía absolutamente nada). Me aleje de mis pensamientos por un instante.

— Y tú eres un mentiroso.

— Ni siquiera sabes si te he mentido.

— Pues estoy segura de que si lo has hecho, y déjame decirte Park Jimin que cuando me enteré de todo, si tu estás involucrado... —cosa que sabía que era cierta, pues el recuerdo me lo había confirmado—. Dejare de hablarte al igual que a todos en esta casa, y dile a Jungkook que busque a otra para irse a Busan, que yo prefiero quedarme cómodamente aquí.

Le señale la puerta, no dudo más de varios segundos en darse cuenta de que lo estaba echando, pero sinceramente no me importaba.

— No quieres esto...

— TU NO SABES LO QUE QUIERO —explote.

Me dio una última mirada en reproche y se marchó, sin decir mucho más.

Me tire en mi cama y ahogué un grito en la almohada. No supe realmente como, pero me dormí.

Al levantarme un olor a comida inundó mis fosas nasales, sin ánimos me dirigí hacia la cocina, rogando que estuviera solamente Jin, que parecía el más coherente en esta casa.

Y el único que todavía no te ha tratado mal.

Me recordó mi consciencia. Jungkook todavía no daba señales de vida, lo que agradecía.

— Hola —murmure por lo bajo, con miedo a cual sea su reacción. Me extendió un plato de sopa y la cuchara, le sonreí en agradecimiento pero no dije nada.

— ¿Por qué fuiste al bosque? —soltó sin más.

— Ya lo sabes, no necesitas escucharlo de mi boca —mi voz salió algo fría, lo cual me sorprendió.

— Todo eso fue un malentendido —enarque una ceja, al darse cuenta que estaba metiéndose donde no debía se acomodo un poco su camisa—. No deberías darle tanta importancia.

Pero por su tono, sabía que requería de toda mi atención e importancia.

— Solo dime algo —suspire—. ¿Debo alejarme de Jeon? Es decir, no he descubierto nada... —hasta ahora—. Pero me gustaría saber si hago bien en seguir teniendo citas y eso, con él... Ya sabes.

— Todo ha sido un malentendido —volvió a repetir, aunque no era precisamente una respuesta a mi pregunta.

— ¿Malentendido?

Trate de sacarle más información, asintió.

— Deberías de considerar alejarte de él —finalmente me contesto, antes de salir del lugar lo escuche suspirar—. O sino, simplemente pregúntale lo que tanto te urge saber.

Era una buena opción, pero no me apetecía tener que enfrentarme a él, al menos no por ahora.

Le di una cuchara a mi sopa, sin darle más vueltas al asunto.

Pequeña Sun IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora