— Y si no es lo que yo quiero, ¿qué haré entonces? —murmure ayudando a Marta a regar el jardín.
— Pues eso es lo mejor de esto, sales y buscas algo que realmente te apasioné —me aconsejo, dando una leve palmada en mi espalda.
Se preguntarán, ¿quién es Marta? Pues cuando llegué a la casa de Seokjin, descubrí que tenía una señora de la limpieza, la cual se llama Marta. Es una gran mujer, es como mi segunda madre.
— ¿Y si no encuentro nada?
Agarre entre mis manos a un pequeño conejo que andaba deambulando por allí, era bien esponjoso y parecía estar perdido. Toque su nariz levemente y estire mi mano hacía una de las canastas que Marta trajo, de ella saque una zanahoria y se la entregué.
— Eres una mujer talentosa, Hyesun. Seguramente encuentres algo, sino mírame a mi. Llegué a ser la ama de casa del gran idol, Kim Seok Jin.
— Tienes razón, gracias por escucharme —deje al conejo en un lugar seguro, me despedí dándole un abrazo a la señora e ingresé en la casa.
Caminé por la cocina sin mucho animo, pues debía tomar una decisión, me senté en una de las bancas que había allí y agarre entre mis manos un jarrón que estaba lleno de gomitas, metí dos en mi boca y las saboree.
— ¿Y, ya decidiste? —me atraganté del susto y Jimin fue rápido a socorrerme—. ¿Tan feo soy?
— No digas tonterías, simplemente me tomaste por sorpresa —respondí simplemente.
Deje las gomitas a un lado y me apoyé en la mesa, entrelazando mis dedos y formando una especie de carpa con ellos, me troné los dedos y mire al rubio.
— Jungkook está esperando una respuesta, Hyesun. Estuvo esperando mucho tiempo que salieras del coma, ¡inclusive peleaba con Hoseok por quien te leería cada mañana! —rechistó—. Él te quiere, pequeña, y quiere lo mejor para ti. Dale una oportunidad, quizá y termines casada con él, como en tu sueño.
— En mi sueño era esposa de Hoseok —levanté una ceja divertida.
— Pues en la realidad serás la esposa de Jungkook, estoy seguro —afirmo—. En fin, piensa en lo que te dije —beso mi coronilla y desapareció por donde vino.
De nuevo estábamos yo y mi soledad, ¿qué le diré a Jeon? Ni siquiera yo lo sabía. Él era muy detallista y bueno, siempre está para lo que necesite, tan lindo...
— Vamos Sun, sé valiente —me anime a mi misma.
Encendí mi móvil y busqué el contacto de Jungkook, cuando finalmente lo encontré me arme de valor y le envíe un mensaje.
Ya era tarde, por lo que lo más seguro era que estuviera durmiendo. Decidí hacer lo mismo, subí escaleras arriba refregando mis ojos, deseando encontrarme con Jungkook en algún pasillo, pero no tuve suerte. Solo me encontré a un sonriente Hoseok esperándome en el umbral de su puerta.
— Me alegra que estés aquí, esposa —desde que le conté sobre mi sueño, me dice así. No es algo que me moleste, pues no me lo dice con malas intenciones, él sabe que somos solamente amigos.
— Pues a mi me alegra estar aquí —le sonreí, y seguí mi camino, antes de entrar en mi recamara me voltee y le dije—. Descansa, Hobi.
♡ ♡ ♡
Me levanté estampando mi cara en el frío suelo, pues un ruido fuerte me sobresaltó y mi subconsciente creyó que la mejor idea para levantarme, era que me cayera de cara al suelo.
— Auch —susurre, apoye mis manos y pude estabilizarme un poco, mi puerta se abrió de par en par azotándose contra la pared, Jimin llegó corriendo a mi lado.
— ¡Jungkook me dijo que aceptaste tener una cita con él! —informó y rápidamente tape su boca con ambas manos, le hice una seña de que bajara la voz y así lo hizo, lentamente retiré mis manos—. Me alegra saber eso, espero el casamiento —me guiño un ojo.
— Solo saldremos y ya, chimchim. Tampoco es para tanto.
— En realidad, Jungkook estuvo a los saltos toda la mañana, entusiasmado. Ahora salió para, según él "preparar la mejor cita que el mundo haya visto" —Namjoon hizo comillas con las manos y se adentro en la habitación—. Me alegra que hayas aceptado ir a la cita, pero... ¿No salías con Hoseok?
— No, jamás salimos —lo mire confundida.
— Escuche que el otro día te llamo "esposa", por eso decía.
— Oh, pero él me lo dice en broma —rasque mi nuca nerviosa.
— ¿Y estás segura qué él lo sabe? —cuestionó—. Me parece que debes aclarárselo, pequeña. Vámonos Jimin.
— P-Pero yo quería saber si... —Jimin no pudo decir nada más pues lo arrastró fuera de la habitación, me cruce de brazos.
¿Hoseok creía que éramos algo más que amigos? Debía aclararle que para mi era considerado mi hermano, no podría salir con él.
Tocaron el timbre de la gran casa, como nadie atendía decidí ir a ver por mi cuenta de que se trataba, cuando gire el pomo de la puerta y me asome para ver si alguien se hallaba allí, no había nadie; solo un gran ramo de rosas rojas junto a una nota.
— Seguramente lo mando alguna de sus fans —murmure, y le presté atención a la nota, en cursiva tenía escrito el nombre "Hyesun"—. ¿Es para mi?
Deje el ramo en la cocina y me detuve a leer la nota...
"Me has hecho el hombre más feliz del mundo,
gracias por aceptar salir conmigo en una cita.
Prometo que la pasaremos increíble, juntos.
Te pasaré a buscar a las 20:00, no vistas formal,
de igual forma eres hermosa por donde se te mire
así que no creo que haya inconvenientes con eso.
— JJK."
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Pequeña Sun III
Fiksi Penggemar❝- Eres adorable, Jeon Jungkook - Y soy todo tuyo, pequeña Sun.❞ SIN CORREGIR. Continuación de: "¡No Puedes Estar Vivo!" ACLARACIÓN: esta historia la escribí cuando tenía 14 años, por ende su narración y trama no es la mejor, está en ustedes leerla...