Mis piernas temblaban sin control alguno, Hobi me mantenía sujeta tratando de que no cayera. Apenas los invitados me divisaron comenzaron a aplaudir y vitorear, los nervios no se fueron.
A medida que íbamos bajando podía divisar más y más el altar, Jungkook estaba parado allí, con una gran sonrisa de oreja a oreja, el traje le quedaba de maravilla, se ajustaba justo en los lugares correcto, tenía la camisa arremangada hasta los codos haciendo relucir sus tatuajes, se había cambiado el piercing de la ceja por uno con algunos detalles dorados, estaba levemente maquillado. Se veía hermoso.
Por un instante me sentí pequeña entre tanta gente, ¿qué estaban pensando?, ¿les gustaría como me veo?
Céntrate.
Trate de alejar cualquier pensamiento negativo, reemplazándolos por positivos.
La caminata por la extensa alfombra roja que adornaba el gran hotel en el que estábamos (cortesía de Jeon, quien quería que todo fuera hermoso), se hizo larguísima.
Finalmente luego de varios minutos, mis ojos se cruzaron con los suyos, estábamos bastante cerca. Hoseok le tendió mi mano con una sonrisa, Jungkook se la devolvió y la acepto gustoso. Un cosquilleo en mi estómago me hizo reír leve cuando sus dedos tocaron los míos, nuestras manos encajaban como si estuvieran hechas solamente para entrelazarse entre ellas.
— Te vez hermosa —me susurro antes de mirar al cura, quien nos miraba bastante neutral.
La verdad no sabía que se hacía exactamente en una boda, me encontraba bastante pérdida. Mis padres no se casaron, y nunca asistimos a algún evento de este estilo, así que mi mirada era confusa mientras el hombre parloteaba cosas sobre Dios y algo más, esperaba las palabras que había visto en un trillón de películas, y finalmente las dijo:
— Así, pues, ya que quieren contraer santo matrimonio, unan sus manos, y manifiesten su consentimiento ante Dios.
Entrelazamos nuestra mano derecha, le sonreí a mi futuro esposo.
— Yo, Jeon Jung Kook, te quiero a ti, Kim HyeSun, como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Sentí que iba a desmayarme ahí mismo, pero suspiré y entonces respondí:
— Yo, Kim HyeSun, te quiero a ti, Jeon Jungkook, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Todos chillaron emocionados a nuestro alrededor, pero yo solo podía verle a él, estaba realmente feliz porque me estaba casando con alguien que verdaderamente amaba, y no me sentía obligada en lo absoluto, me sentía en paz. Jungkook me transmitía paz, como si todo a su lado siempre estaría bien, y que a pesar de todos los problemas que afrontemos, siempre estaríamos allí, juntos.
— El Señor confirme con su bondad este consentimiento suyo que han manifestado ante la Iglesia y les otorgue su bendición. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
— O la mujer —afirmó SeokJin desde su lugar, contuve una risa.
Nayeon se acerco y nos entregó los anillos.
— El Señor bendiga estos anillos que van a entregarse uno al otro en señal de amor y de fidelidad.
— Amén —contestamos al unísono con Jungkook, por octavagesima vez le sonreí.
— Kim HyeSun, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Quise gritar cuando me coloco el anillo, pero me mantuve al margen.
— Jeon Jungkook, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Esperaba ansiosa el "puede besar a la novia"; quería ser oficialmente la señora Jeon, y sabía que ese beso lo confirmaría y me haría entenderlo de una mejor manera.
— Puede besar a la novia.
Le hizo una leve seña para que se acerque y así lo hizo, cuando estuvo lo suficientemente cerca se agacho para estar a mi altura y me sonrió.
— Oficialmente, la señora Jeon HyeSun.
Y sin decir mucho más, estampo sus labios sobre los míos, ambos se movían al compas, era un beso lento pero cargado de sentimientos, me separe al recordar que estábamos ante mucha gente, y en cierta forma me dio vergüenza.
De nuevo los aplausos retumbaron el lugar, la música comenzó a resonar en el lugar; la fiesta había comenzado.
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Pequeña Sun III
Fanfic❝- Eres adorable, Jeon Jungkook - Y soy todo tuyo, pequeña Sun.❞ SIN CORREGIR. Continuación de: "¡No Puedes Estar Vivo!" ACLARACIÓN: esta historia la escribí cuando tenía 14 años, por ende su narración y trama no es la mejor, está en ustedes leerla...