— ¿qué tanto haces? —jugaba con mis dedos debajo de la mesa, pensando en cómo sacar el tema con Jungkook.
— Estoy. Comiendo. Una. Tostada —respondió de forma pausada, como si le extrañara mi pregunta.
— Ya... —simplemente dije, cuando hizo ademán de irse me levante rápidamente y obstruí su camino. Enarcó una ceja.
— Quítate pequeña —rio por lo bajo, negué—. Pequeña Sun.
Seguí sin mover un solo dedo, ni el meñique. Resoplo frustrado.
— ¿Qué quieres? —volvió a la barra.
— Charlar.
— ¿Charlar?
— Charlar —repetí.
— Pues charlemos entonces, ¿qué tal tu día?
Lo ignore.
— ¿Perdí la memoria? —la pregunta lo desconcertó un poco, pero volvió a retomar su postura de, bueno... De Jungkook.
— ¿te has golpeado la cabeza? —trato de acercarse pero lo aparte de un manotazo, me miro mal—. No, no has perdido la memoria.
— Mientes. Al igual que todo el mundo aquí, inclusive Hoseok.
— ¿Qué importa si Hoseok mienta? —se cruzó de brazos, claramente celoso. Evite sonreír, aunque quería hacerlo.
— Pues importa mucho, él no miente y ustedes le están haciendo mentir.
Al ver que estaba por huir apresuré a cerrar la puerta con seguro, sonrió malicioso.
— No seas pervertido —advertí—. No te irás de aquí hasta decirme verdaderamente qué sucede.
Se llevó una mano a su cabello y tiro de él, supongo que pensando en lo que debía hacer.
— Bueno, quizá puede ser que hayas perdido la memoria.
— ¿Cómo?
— ...
— ¿Cómo?
— Te juro que no fue mi intensión, te lo juro...
Sus manos temblaban, por un momento quise acercarme a consolarlo, pero me mantuve firme en mi lugar con una mueca de desagrado.
— Explícate —pedí a secas.
— Yo... Antes de que todo esto sucedería... Las citas y eso —pausó un momento, buscando las palabras indicadas—. Yo... Te he golpeado, HyeSun, pero no es lo que crees.
Por alguna razón, lo último que dijo me reconfortó. Espere pacientemente que prosiguiera con la historia, al ver que no iba a contestar carraspeo para seguir.
— Jimin me encontró en una cabaña que nosotros compartimos...
La cabaña del bosque, que era nuestra.
— ...con una chica, y en vez de preguntarme que estábamos haciendo, se fue a buscarte a ti. Solo para aclarar, no hicimos nada malo: solamente me estaba tomando las medidas para un nuevo vestuario.
— En la cabaña. En el bosque —lleve ambas manos a mis caderas.
— Se que suena mal, pero te prometo que no ha pasado nada.
— Prosigue.
— Bueno... Cuando te ha buscado, él se hizo paso al lugar y y-yo creía que eran unos delincuentes y...
— ¿Y?
— los golpee con una silla en la cabeza, más concretamente: te golpee. Jimin venía detrás, por lo que todo el impacto lo has recibido tú.
Me quedé boquiabierta, medio atontada por lo que me estaba contando.
Negué varias veces más para misma que para él, pero pareció no entender.
— ¿Qué cosas no recuerdo, Jungkook? —me había puesto a pensar y antes del coma no recordaba absolutamente N-A-D-A. Era como si todo estuviera en blanco, habrá sido un golpe bastante fuerte.
— Pues n-no se.
Me contuve antes de tirarme encima y matarle, ya tenía suficiente por hoy.
Pase por su lado en silencio, quiso seguirme pero lo mire negando lentamente, supongo que entendió porque se mantuvo allí: en el pasillo.
Todo esto era tan extraño, recordaba cosas pero no eran muchas, solamente vagos recuerdos que no llevaban consigo nada.
Eres como un bebé recién nacido.
Gracias, consciencia por recordarlo.
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Pequeña Sun III
Fanfic❝- Eres adorable, Jeon Jungkook - Y soy todo tuyo, pequeña Sun.❞ SIN CORREGIR. Continuación de: "¡No Puedes Estar Vivo!" ACLARACIÓN: esta historia la escribí cuando tenía 14 años, por ende su narración y trama no es la mejor, está en ustedes leerla...