Maratón (1/5)
— Bien ¿Qué es lo que quieres decirme? – le pregunte a Wonwoo que me había interceptado mientras camino a hacia la cafetería y habíamos ido a la azotea.
— Te quería pedir algo así como un favor, más o menos...
— ¿Un favor tu a mí? ¿De qué se trata? – le dije mientras me crucé de brazos.
— Bueno como lo digo... Me gustaría que en vez de distraer a los miembros y salir con ellos e involucrarte, te limitaras a hacer tu trabajo y acatar las ordenes que te dan los hyungs...
— Ah ok, entonces según tu ¿no estoy haciendo mi trabajo?... ¿¡Entonces que rayos he estado haciendo los últimos dos meses!? – dije alzando mi voz.
— Lo que quiero decir es... La vez que saliste con MinGyu el salió lastimado, cuando te llevaste a JiHoon salió regañado, y...
Lo de JiHoon si fue mi culpa, pero lo de MinGyu soy libre de todo pecado – alce mis manos deslindándome de esa responsabilidad.
— Solo no quiero que alguien salga herido y no solo lo digo físicamente- rodee los ojos - ¿Y eso a que viene?
— Bueno ayer... vi como abrazaste a JiHoon y el día que estuvo contigo sentado por una hora mientras dormías en la casa cuando fuimos a China.
— Si, pero... ¿Una hora dices? – abrí mis ojos como platos.
— Si, no se que haya entre ustedes, pero por el bien de todos, no te relaciones con ninguno de nosotros.
— Espera, ¿piensas que me gusta JiHoon?
— Bueno, es con quien más te llevas últimamente y han salido varias veces, además ha cambiado mucho desde que te juntas con él, así que... Te pido que no te relaciones en general con ninguno de nosotros.
— A ver, soy su asistente ¿captas? Es obvio que me relacione con ustedes, ese es mi trabajo, por eso me pagan- dije alzando mi voz.
— ¡Si lo se!, pero solo haz tu "trabajo" haz las cosas por las que te pagan, no queremos servicios extras.
— Pues fíjate... JiHoon es mi amigo y me tiene la suficiente confianza para decirme cosas que a ustedes no, y también me pagan por cuidarlos y cuidar de JiHoon y protegerlo se ha vuelto mi trabajo principal, así que ni por ti ni por nadie voy a cambiar eso.
— ¡Entonces admites que te gusta!
— ¡Piensa lo que quieras ¡- me di la vuelta y me dirigí a la salida.