Entre corriendo al edificio como alma que lleva el diablo, necesitaba llegar antes que papá a su oficina. Subí hasta el tercer piso, y me dirigí a la señorita que estaba detrás del escritorio.
-Buenos días señorita Han, tiempo sin verla-dijo muy amable la secretaria de mi papá.
-Buenos días, Cho Hee ¿ya llego mi papá? -pregunte entrecortado mientras trataba de recuperar el aire.
-No aun no pero no a de tardar...-
-Genial y.... ¿Dong Sung ya llego? -la interrumpí.
-Si llego hace rato, pero...-no había dejado terminar de formular la frase, corrí y abrí la puerta del despacho. Cuando observe que en la mesa que utilizaban para juntas había personas sentadas, al parecer esperando al director, en otro momento las habría saludado, pero hoy había cosas más importantes que hacer.
Rápidamente localice a mi objetivo Kim Dong Sung, él es el asistente de mi papa un señor unos treinta y tantos años, que parecía siempre preocupado, se veía muy pulcro y serio, pero era una persona amable.
El me miro y su mirada se tornó en un tono de desesperación y preocupación.
-Esa mirada no me gusta nada-dijo en un tono burlón.
-Vamos necesito tu ayuda-le dije mientras, me dirigía hacia él y lo tomaba del brazo para arrastrarlo hasta el computador del escritorio, obviamente ignorando la mirada de los que presenciaban aquella escena, para ellos, extraña porque para mí y a Dong Sun era una situación común.
-Ahora ¿Qué hiciste? -me pregunto
-Je, más bien que no hice-lo dije sonando sarcástica y esbozando una leve sonrisa. El me miro algo enojado así que delate el crimen-el colegio ya envío mi boleta final al correo de papa debo borrarlo de su cuenta antes que lo vea, pero necesito la contraseña que obvio tú sabes.
- ¡Estas loca! tarde o temprano lo verá no sé por qué te empeñas en ocultarlo-me dijo.
-Mmm...prefiero tarde que temprano, vamos dímela ándale-
-NO-
-Por favor-suplique
-Dije que no- se cruzó de brazos
-De acuerdo, plan B-
- ¿Plan B? -
En la escuela había aprendido defensa personal, quien diría que serviría para situaciones como esta, Dong Sung no será más alto que yo y tampoco más fuerte, pareciera que en su tiempo de estudiante fue un ratón de biblioteca, por lo que resulto fácil dominarlo, así que aplicando mis habilidades lo obligue a sentarse y escribir.
Una vez accedió lo quité y me senté para borrar el correo, antes de eso tenía que enviar una respuesta, o sino seguirían insistiendo.
- ¿Reprobaste literatura, valores, química e historia? -dijo burlándose de mí.
- ¿A qué rayos fuiste a la escuela? -empezaba a reírse
- ¿Qué? la teoría no es lo mío-me defendí, aunque reprobar más de a mitad de las materias no tiene excusa convincente.
-Si, tampoco Ed. Física-dijo.
- ¡AHH! a esa clase nunca entre - es verdad el maestro me había vetado de su clase por ser "muy enérgica y ruidosa".
-Ok...repruebas Ed. Física, pero pasas programación y física y exactas ¿con 10?
- ¿Qué clase de niña eres tú? -me pregunto sorprendido.
-Una muuuuuuy rara-ya me lo han dicho antes-listo-oprimí el botón de borrar. Justo estaba cerrando la sesión cuando escuche una voz familiar. Era mi padre.
- ¡Rayos! -apague el computador y salí del asiento, cuando me levante observe, de quienes me había olvidado, a unos chicos que me veían divertidos, al parecer habían escuchado lo que había dicho.
- ¡Tú no has visto nada! -les advertí con un tono de los pingüinos de Madagascar. Rápidamente me escondí debajo de la mesa en la que estaban que para mi suerte tenía un mantel.
-Ha chicos buenos días-los aludo quien era el director de la empresa, mientras entraba. Imaginando la escenas los chicos se levantaron y saludaron a mi padre, después volvieron a tomar asiento. Lo que siguió fue una larga charla de no sé qué cosa, pero al parecer era un grupo relativamente nuevo.
Que novedad-pensé sarcásticamente.
Me estaba moviendo de espaldas hacia el extremo contrario de donde estaba el asiento principal, cuando tropecé con el pie de algún chico, al parecer había librado 10 pares de zapatos y al último momento había caído y por consecuente jalado el mantel.
Mi trasero toco el piso y un pedazo del mantel estaba sobre mí, todo se levantaron de sus asientos rápidamente; recostada todavía en el suelo cerré los ojos, me cruce de brazos y me limite a esperar lo que ya sabía que me esperaba.
- ¡HaNuel! -grito mi padre mientras me levantaba del suéter del piso. Me miro enojado con una leve sonrisa de gracia y otro poco de desaprobación
-! ¿SORPRESA?!-le conteste mientas hacía unos ademanes con las manos.
