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— Mierda. Mierda. Mierda. —Estaba tan asustada, las piernas me temblaban y trataba de seguir conduciendo lo más cuidadosa posible pero a una velocidad máxima. 

—Tranquila, falta poco para llegar. —sé que Lisa estaba tan asustada como yo pero se mantenía al margen para no ponerme nerviosa. 

El teléfono de Lisa timbró con un numero desconocido, eran ellos. Tomó la llamada. 


—¿Hola?

—Lalisa. Déjate de estupideces.

—No.

—Dile a Jennie que pare. Te prometo que no le pasara nada a ella. 

—No papá. 

Su padre es quien la estaba llamando. ¿Qué demonios hacía aquí y como llegó tan rápido? Ugh. Para qué pregunto, todo se resume en dinero

Vamos Lisa, no tengo todo el día.

—Ya te dije que no. Hagas lo que hagas no cambiará lo que yo siento por ella. 

—Bien.

La línea ha sido desconectada.  


Escuchamos a una operadora hablar y el teléfono murió. El auto en el que venía su padre bajó la velocidad y se orillo fuera del camino, en cambio, dos autos más se acercaron a nosotros en su lugar, manteniendo nuestra misma velocidad y acorralándonos en medio de la carretera. 

Lisa se acercó a mi rápidamente y me abrazó tan fuerte. Besó mis labios como pudo y comenzó a llorar.  No me hagas esto Lisa, por favor.

—Te amo. 

No me dio tiempo de corresponder a su declaración. Un auto se puso detrás de nosotros y el otro aumentó su velocidad rebasándonos para girar e impedir el paso. 

Frené de golpe. El rechinido de los neumáticos contra el pavimento de la carretera casi me deja sorda. Golpee la esquina del cofre el auto de enfrente, haciendo girar el nuestro.

En la sacudida del choque algo quebró nuestro parabrisas dejando miles de pequeños y grandes vidrios por todos lados. Unos cuantos lograron cortarme el rostro y las manos. Cuando el auto se detuvo en seco, mi cabeza voló hacía el volante golpeándose con este, dejándome aturdida por unos segundos.

Abrí mis ojos entendiendo la situación en la que me encontraba. Solo tenía algo en mente en ese momento. Me giré en dirección al asiento del copiloto, estaba vacío. 

 

 

Stars. - Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora