Calma...

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Una falsa calma reinaba en Isla Ballena, habían pasado tan solo una semana desde el asesinato de Gin.
Killua reposaba sobre el pecho del moreno mientras este le acariciaba la cabeza con cuidado.
Gon no tenía idea de lo que ocurría en la mente de su novio, por eso estaba muy preocupado.

Por su parte, Killua, ya tenía completamente claro lo que debía hacer para terminar con todos sus problemas de una vez por todas, tenía que acabar con Illumi aunque eso le costara la vida.

-Killua... ¿Quieres algo de comer?- Susurró con cuidado en su oído.

-No tengo hambre Gon.- Sentenció.

-Llevas mucho tiempo sin comer, no quiero que te enfermes.-

Por el tono que ocupó el moreno, Killua supo que se estaba molestando. Decidió hacerle caso porque sabía que Gon era demasiado insistente cuando se proponía algo.

-Esta bien... ¿Tienes algún dulce?-

-Le voy a pedir a Mitosan que te haga un almuerzo nutritivo.-

-Al final siempre haces lo que quieres.- Suspiró molesto y sintió cómo el moreno se levantaba separándose de él.

-Vuelvo en un segundo.-

-Cinco minutos querrás decir.-

Gon se acercó a él y besó tiernamente su boca, las mejillas de Killua se decoraron de rosa. -¿Sabes que me preocupo por ti idiota?-

-Si tanto te preocupas por mí quédate conmigo.- Killua tomó de la muñeca a Gon para que se volviera a recostar a su lado, pero el moreno se resistió.

-Voy y vuelvo Killua...-

-Sólo un besito más...-

-No.-

-Uno más.-

-No.-

Killua hizo un puchero y cruzó sus brazos con molestia, Gon no pudo aguantar sus ganas de besarlo.

El beso fue tierno, pero intenso. Un hilo de saliva quedó entre sus bocas cuando se separaron, así que se dieron muchos besitos cortos antes de separarse definitivamente.

-Te amo Gon.-

Eso tomó por sorpresa al moreno, que ya estaba sonrojado por los besos anteriores.

-Te amo aún más Killua.- Respondió. Y salió corriendo de la habitación por lo avergonzado que estaba.

En serio te amo Gon, si algo te llega a pasar yo...

No pudo terminar su pensamiento cuando Alluka entró de imprevisto al cuarto. La chica corrió con lágrimas en los ojos y se abalanzó sobre su hermano mayor.

-Lo extraño mucho...- Soltó entre sollozos. -Gin era mi mejor amigo, hermano.-

Killua tragó saliva y miró hacía arriba buscando que la lágrima que amenazaba con salir no cumpliera con su propósito.

-La vida es dura Alluka... Pero hay personas que la hacen más amena, cómo Gin... O cómo Gon.- Suspiró. -Y no estoy dispuesto a perder a Gon.-
El tono en la voz del albino alarmó a la chica. Fue frío, seco y decidido, daba escalofríos.

Iba a decir algo, pero Gon entró haciendo que cambiara el ambiente.

-Amor ya...- Se sonrojó al ver a la chica en el cuarto. -Alluka... Hola...-

-Hola Gon.- La ojiazul secó sus lágrimas y se soltó del agarre de su hermano para volver a su habitación. No tenía ganas de ver a Gon, sabía que no era culpa del moreno. Pero se parecía demasiado a Gin y eso la dañaba.

-Killua.... Mitosan va a cocinar sopa... Dice que puedes comer pastel de chocolate luego.- Cerró la puerta de la habitación. -Kite y Kurapika están haciendo una ronda en este momento y...-

-Gon.- Interrumpió. Para tomarlo de la muñeca y arrastrarlo junto a él para tenerlo solo a centímetros. -Quedate conmigo... Amor.-

Los dos estaban rojos hasta las orejas, pero eso no impidió que se tumbaran sobre el suave colchón.

-Estoy preocupado por Alluka Killu...-

-No te preocupes Gon... El viejo idiota ese de Leorio la está ayudando mucho.-

-Hablando de eso...- Killua lo calló a besos. No quería hablar de Leorio. Gon no se quejó.

-Te siento más animado...-

-Es por ti... Con esos ojitos animas a cualquiera.- Dijo mirándolo fijamente y acariciando con cuidado su mejilla.

Gon estaba quieto, no quería dejar de ver esos ojos azules nunca. No quería perder esa cercanía con Killua nunca.
No quería estar lejos de él nunca.
En otras palabras... Quería estar así para siempre.

-Soy feliz contigo Killua.- Juntó sus frentes con cuidado y lo tomó de las mejillas. -Eres lo único que necesito para estar bien.-

-N...Idiota...-Estaba avergonzado. -Gon tú...-

-¿Yo qué?-

-N...nada.-

Besó al moreno para romper la tensión y por un momento se olvidó de todo. De sus planes, de su venganza, de su hermana. Sólo existía él y Gon, nadie más.

Poco a poco el beso creó una nueva atmósfera; pequeños sonidos salían de la boca de ambos al mismo tiempo que se mordían los labios de vez en cuando.

El moreno sintió como las manos del albino se metían dentro de su camisa y pensó que si Killua quería desestresarse de esa forma él lo aceptaría, pero todo frenó de golpe cuando el peliblanco escuchó un ruido en la otra habitación. Recordando que no estaban solos y que Illumi podría estar cerca. Todos los problemas volvieron a nublar su cabeza.

-Gon... Discúlpame...- Bajó su vista, pero Gon lo tomó de la barbilla e hizo que lo mirara fijamente.

-Nunca me vuelvas a pedir disculpas por algo así, idiota.- Se sonrojó ante lo que iba a decir. -Mi cuerpo te pertenece. Puedes tocarme y hacer lo que te plazca sin pedirme disculpas, por favor no vuelvas a hacer algo así.-

El moreno espero que esa conversación volviera a alejar a su novio de esos pensamientos. Pensamientos que tenía tan ocultos, que por eso lo preocupaban.

Solo esperaba que todo volviera a la calma.



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