Noche estrellada

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Volvieron con los chicos, aún tomados de la mano, y se instalaron en la fogata. Leorio contaba historias de terror, que no asustaban a nadie.
Gon recostó a Killua en sus piernas y comenzó a masajear su cabello. Este solo miraba sus ojos cafés.

-Parecen novios.--- Soltó Leorio sin más.

Los jóvenes saltaron de la sopresa y se sonrojaron casi al mismo tiempo.

-Somos mejores... - A Killua le dolía decir la palabra, pero a Gon no.

-¡Amigos!

-¡No los molestes Leorio!

-¡Callate Kurapika! Yo hago lo que se me da la gana--- Dijo cruzándose de brazos.

-Se verían lindos juntos--- Añadió Gin, haciendo sonrojar a los cuatro presentes. ¿Se refería a Gon y a Killua o a Leorio y Kurapika? Todos se preguntaban lo mismo.

-Si algún día... llego a ser novio de alguien... Sería de Killua. Nunca voy a querer a nadie más que a él.

Para Gon, cualquier momento era el indicado para darle pistas a Killua de lo que sentía por él. Ya que el albino era el inteligente de la relación.

En ese momento Killua lo notó, Gon estaba enamorado de él. Sí, Gon estaba enamorado de él. Por eso siempre lo abrazaba, por eso le dijo te amo, por eso lo intentó besar esa vez. Ahora todo tenía sentido, no entendía como pudo ser tan ciego y no notarlo antes.
Si Gon estaba enamorado de él, ya no tenía motivos para tener miedo del futuro.
Estaba rojo como un tomate, pero estaba feliz. Kurapika había cambiado el tema hace unos minutos, pero el seguía pensando en que Gon quería ser su novio, porque eso había dicho ¿Cierto?
La fogata terminó bajo una noche estrellada, Leorio y Kurapika fueron a su tienda un tanto sonrojados. Killua no entendía que estaba pasando, ya que solo le prestó atención a los ojos de Gon.
Gin estaba cansado y fue a dormir a la tienda, pero Killua retuvo a Gon un tiempo más bajo las estrellas.

-Recordé la primera vez que vine aquí a ver las estrellas contigo.

-Eramos mucho más pequeños. Que tiempos...

-Espero seguir viendo las estrellas contigo Gon. Hasta que tengamos la piel arrugada.

Lo había logrado, el moreno estaba completamente sonrojado y se tapaba el rostro con las manos.

-Yo también quiero que sigamos viendo las estrellas juntos Killua. Aunque si somos sinceros, prefiero verte a ti.

Ahora el albino estaba rojo, sin saberlo, habían iniciado una competencia por quién le decía cosas más lindas al otro. Dónde el que más se sonrojaba, era el perdedor. Terminaron recostados mirando las estrellas.

-Killua.

-¿Qué?

-Voy a ir a darle las buenas noches a Leorio y a Kurapika, ¿Luego nos dormimos?

-Te acompaño.

Llegaron a la tienda de sus amigos pero no estaban, ¿A dónde habían ido? ¿A esa hora? ¿En mitad de un bosque? Killua se formó un panorama de la situación y decidió no darle más vueltas.

-Vamos a dormir Gon.

-Pero...

-Seguro no querían hacer ruido cerca de nosotros.

-¿Ruido? No entiendo.

-Mucho mejor.

Entraron a su tienda y Gin estaba profundamente dormido, Killua le acomodó el saco de dormir.

-Killua... Solo hay un saco.

-¡¿Qué?!

Comenzó a buscar entre las cosas y efectivamente solo había un saco de dormir.

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