Chico popular - Kookmin

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— ¿Te vas a negar sin siquiera haber oído la canción? — el señor Bang me mira incrédulo por mi reacción. 

Me da pánico su mirada. Estuvo trabajando en una canción para mi y no sé cómo decirle que ni siquiera quiero oírla. Creerá que soy un arrogante y un malagradecido.

— No, quiero decir yo-

— Shh, escucha, escucha — no me deja hablar y reproduce el archivo para mí. Él disfruta la canción de principio a fin y yo solo tengo ganas de salir corriendo. 

No se da cuenta que no me importa si es la mejor canción del mundo. No quiero hacerla y punto. 

— ¿Y? ¿Qué te pareció? — pregunta cuando finaliza. — ¡Será un hit!

— Está buena, sí, y es de mi estilo como dijo pero...es que… — Dios, no sé cómo explicarle, cómo negarme.

— Ya sé, estás cansado, y quieres estar con tu familia. Lo entiendo, te juro que sí. Pero ayúdame con esto y te prometo que luego tendrás tus vacaciones — propone.

Sí, lo mismo dijo antes después de mi primera gira y nunca me las dio. No le creo nada. Pero no tengo las agallas para decírselo en la cara.

— Está bien — respondo y trato de fingir una sonrisa.

Dios, soy tan cobarde. Este hombre es dueño de mi vida, de mi tiempo, de todo. Y no puedo enfrentarlo porque siento que yo solo me metí en esto. Nadie me obligó a firmar ese contrato con la agencia.

— Genial, sabía que podía contar contigo, Jiminie. Quiero que empieces a grabar cuanto antes — me ordena. — Tienes que estar listo al mismo tiempo que los chicos. 

Me habla sobre todo los planes que tiene para este comeback y yo me tengo que obligar a escucharlo atentamente. Me entrega una copia de la canción en un disco y me manda a trabajar con Jun.

Yo obedezco, voy como zombie camino al estudio. Como soldadito obediente mi cuerpo hace lo que me ordenan pero mi cabeza está al borde del colapso.

Llego al estudio y busco a Jun. Está junto con otros productores trabajando con los chicos nuevos. Le pido por favor que salga para que hablemos a solas. 

— Jimin, no sabía que estabas aquí — me dice.

— ¿Sabías de esto? — pregunto directamente mostrándole el disco. — ¿Del nuevo comeback? 

— Sí, me lo mandaron ayer — responde. — No tenía ni idea que te prepararon otro comeback.

— ¿La escuchaste? 

— Sí, la melodía está buena. Aunque creo que yo la hubiera producido mejor — presume. — Los dos lo hubiéramos hecho mejor… — añade luego. 

— ¡Exacto! Siempre trabajamos juntos en las canciones. ¡No quiero cantar la canción de otro! ¿Y escuchaste la letra? ¡Es horrible! ¿Así van a ser las cosas ahora, eh? ¿Ni esto puedo decidir ya? — exclamo furioso. — Y no quiero comeback cuando acabo de volver de una gira. Hyung, no quiero… — me lamento y me desquito con él todo lo que no me quejé en la oficina con el presidente. — Yo quería tiempo libre...

— Lo siento, Jimin — me mira apenado. — ¿Se lo dijiste al señor Bang?

— Sí, pero le importa un comino mis necesidades. Y yo terminé aceptando como siempre — suspiro.

— ¿Quieres que hable con él? Puedo intentar convencerlo yo — propone.

Ay, hyung, sigues siendo bueno conmigo a pesar de que te he rechazado. ¿Por qué sigues preocupándote por mí?