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Volvemos pasada la medianoche a casa de Momo. Estamos cansados así que nos despedimos y nos vamos cada uno a su cuarto. 

Me encantó lo que hicimos hoy, fue una linda tarde y noche. Me divertí mucho con mi amiga. Con Jungkook también, aunque no sé cómo hacerlo exactamente ahora sin mantener las distancias. 

A ver, ¿quién demonios me mandó a confesarle mis sentimientos así de la nada a mi ex que ya tiene otro novio? Soy patético y masoquista claramente.

Ahora ya es tarde. Ya la cagué. No se puede volver el tiempo atrás. Solo me queda tratar de no complicarle más las cosas a Jungkook y sufrir en silencio, para variar.

Pero, aunque esté mal, vamos a hablar de ese beso un momento. Ese beso que no debí darle pero que me encantó completamente. Diablos, cuánto había extrañado esos labios. Los tuve solo por segundos pero fueron los mejores segundos de mi vida. Sentí todo lo que sentía antes cuando lo besaba. Reviví toda nuestra historia en esos segundos.

Y ahora me toca dejarla ir otra vez. Su boca ya no me pertenece. Alguien más tiene el derecho de besarla ahora y esa persona no soy yo.

Esta vez yo soy el que está en medio. Yo soy el tercero en discordia.

Y tampoco quiero eso. Tengo que hacerme a un lado. 

Cierro la puerta de mi cuarto, me pongo algo más cómodo y me acuesto en la cama. Tengo mucho que procesar en mi cabeza. Ha pasado mucho el día de hoy. Pero me digo a mí mismo que mañana voy a tratar de ser más firme. Mañana y los días que me queden trabajando con Jungkook. 

Deseo tanto que se quede en la agencia para siempre aunque no pueda tenerlo pero también estoy consciente de lo mucho que dolerá verlo con Jaehyun. 

Al final creo que sí será mejor que siga con su plan y que se vaya. Por el bien de los dos.

Intento dormir para empezar de cero mañana pero juro que no puedo. Mi mente y mi corazón me torturan demasiado.

Tengo a Kookie del otro lado de la pared e imaginarlo allí acostado en su cama no ayuda mucho que digamos.

Uh, basta. Tengo que dejar de pensar en él de esta forma. Doy vueltas, una y otra vez, me pongo en mil posiciones distintas. Me levanto al baño a lavarme la cara y acostarme de nuevo como tres veces. Nada ayuda.

Miro la hora. Son las dos de la madrugada. Genial.

Finalmente cuando parece que me relajo y que empiezo a sentir el sueño apoderándose de mí, la puerta de mi habitación se abre y me hace asustar.

— Jimin, soy yo — anuncia Jungkook y entra. Está sin camisa, solo con sus pantalones. Y obvio, no puedo evitar mirarlo.

— ¿Qué quieres? Deberías golpear antes de abrir la puerta y entrar — lo regaño.

— No me ibas a dejar pasar si golpeaba. 

Y no. Si vienes así semi desnudo, tientas contra mi salud mental, pienso pero no lo digo.

— Bueno, ¿qué quieres? — vuelvo a preguntar. Dios, que se vaya porque me va a volver loco.

— Oigo tus pasos y tus vueltas de aquí para allá. ¿No puedes dormir? — me dice.

— De hecho estaba a punto de quedarme dormido antes de que entraras.

— Uh, bueno...yo tampoco puedo dormir ¿sabes? Quizás porque es obvio que aún tenemos algo de qué hablar.

— Jungkook, no hay nada para decir — me levanto de la cama y lo enfrento. Tengo que echarlo. No puedo dejarlo seguir aquí. — Vete, en serio.

Chico popular - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora