Chico popular - Kookmin

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Soy el primero en despertar la mañana siguiente. Y lo bien que se siente hacerlo en los brazos de Jungkook, no tiene explicación. Estoy tan feliz, carajo. No fue un sueño, los dos estamos aquí juntos. Lo de anoche fue real. 

Lo observo dormir como tantas veces he hecho antes y sonrío. Acaricio su rostro y dejo un beso en su mejilla también. No sé qué va a pasar ahora con nosotros, no sé qué vamos a hacer. Supongo que cuando despierte vamos a tener que hablarlo. Pero ahora prefiero disfrutar esto. Quiero disfrutar tenerlo conmigo una vez más.

Jungkook se ve demasiado pacífico. Debe estar muy cansado así que no lo molesto para que duerma todo lo que necesita. 

Lo que sí me llama la atención es un papel en el suelo enfrente de la puerta. No estaba ahí anoche. Me levanto cuidadosamente para ver de qué se trata.

Es una notita de Momo. 

"Chicos, me fui a trabajar. Regreso pasado el mediodía. Si quieren salir, salgan, no me esperen. Por cierto, anoche escuché algunos de sus ruidos de reconciliación, par de cochinos. Pero me alegra que estén juntos otra vez. Los quiero. Momo."

Dios, que vergüenza que nos haya escuchado. Pero bueno, no nos pudimos contener. 

De todas formas esa no es la parte de la nota que me deja pensando, sino la parte que dice que estamos juntos otra vez, que nos reconciliamos. 

¿Es eso lo que hicimos? ¿O solo nos quitamos las ganas? No sé, pero lo que sí es un hecho es que Jungkook me dijo que me ama. Y le creo porque lo sentí, me lo demostró. Los dos nos amamos. 

Sin embargo, recuerdo también que Jungkook está con alguien más. ¿Qué pasará con eso? ¿Qué pasará con Jaehyun? ¿Se atreverá a contarle lo que hicimos? Dios, tenemos mucho de qué hablar. 

Decido no volver a la cama con él. En vez de eso, voy al baño de la habitación para darme una ducha. Necesito terminar de despertar y tener la mente despejada para pensar qué demonios vamos a hacer ahora. 

Cuando ya casi estoy terminando, Jungkook aparece en el baño. 

— Hey, buenos días, hasta que despertaste — lo saludo. — Si quieres ducharte también, ya salgo.

— Sí quiero pero no hace falta que salgas — responde.

— ¿Uh? — no me da tiempo a procesar nada porque corre la puerta de la ducha y entra conmigo. Completamente desnudo. Y con una notable erección también. — ¿Qué haces? — me río. 

— Me voy a dar una ducha. ¿Qué crees que hago? — se acerca y me toma de la cintura.

— Estás loco — protesto pero no hago nada para apartarlo. 

— ¿Qué? Dicen que se ahorra agua bañándose de a dos — sus manos descienden hasta mi trasero, y me besa en la boca.

Okay, supongo que la charla que nos debemos tendrá que esperar otro poco más. Porque no me voy a negar a otra ronda de sexo con el chico que amo.

Nos besamos apasionadamente aquí en este pequeño espacio bajo el chorro de agua cayendo sobre nuestras cabezas. Nos mojamos, nos reímos, y nos limpiamos juntos. Lo dejo que enjabone mi cuerpo y yo hago lo mismo con el suyo. 

Uso jabón para lubricar mi mano y lo toco ahí abajo. Su miembro sigue tieso como a mí me gusta. 

— Parece que te despertaste alegre hoy — comento mientras masajeo su erección. 

— Dormimos juntos ¿qué esperabas? — responde. — Jiminie, lo de anoche fue tan...increíble. No me podría cansar nunca de hacerte el amor.