Chico popular - Kookmin

Epílogo

Los fans gritan mi nombre, agitan sus lightstick, cantan la canción junto conmigo. Desde el escenario, mientras bailo, puedo ver sus caras, hay tanto chicas como chicos. Nunca antes había visto tantos varones entre el público en una presentación mía. Y gente de todas las edades. Mi fandom es pequeño pero se ha vuelto más diverso, y poderoso también. Eso pasa cuando juntas a todas las personas que alguna vez se sintieron desplazadas o discriminadas, o que vivían ocultas, en un mismo lugar. Le gritamos al mundo juntos quienes somos. Hacemos temblar cada escenario que pisamos. Somos ruidosos y no dejamos que nos olviden. 

Y hoy no es excepción. Con Jungkook a mi lado, damos lo mejor que tenemos en la última presentación de este comeback. Hoy cerramos las promociones del álbum en el que hemos estado trabajando juntos desde que entramos a P Nation, hace ya más de seis meses. Es una linda forma de terminar el año antes de unas merecidas vacaciones juntos.  

Finalizamos el espectáculo con un pequeño beso en nuestras bocas. Nunca falta. Y es cuando los fans más gritan. Amamos el apoyo. Les agradecemos a todos por venir y bajamos rápido del escenario. 

— Muy lindo todo, felicitaciones — nos dice Chan. — Ahora váyanse que van a llegar tarde — me ayuda a quitarme el micrófono y mi vestuario. Jungkook y yo ya nos estamos desvistiendo incluso antes de llegar al camarín. Chan tiene razón, tenemos que darnos prisa si queremos llegar a tiempo. 

De casualidad que a nuestra amiga Yeji se le ocurre hacer su boda el mismo día en que terminamos de promocionar. Ah, pero eso no nos va a impedir viajar a Busan y llegar. Con Jungkook no nos lo perderíamos por nada del mundo. 

— ¿Seguro que no quieres venir, hyung? — le pregunto. — Estás invitado también. 

— No, odio las bodas, me dan diabetes— se queja y me hace reír. 

— Excepto la nuestra. En esa bailaste como loco — se burla Jungkook.

 — En la nuestra terminó ebrio, hasta lloró — acoto yo. 

— ¿Y por qué creen que bebí tanto? Para soportar sus cursilerías — se defiende y nosotros nos reímos. 

La nuestra fue, como dijimos que haríamos, una pequeña ceremonia donde alguien de la iglesia dispuesto a luchar por un cambio como nosotros, nos hizo el favor de casarnos. Aunque nadie más lo considere legítimo, ni a nosotros ni a nuestra familia nos importó. Kookie es mi esposo, y lo será siempre, ante mis ojos y los ojos de Dios. 

Fue un evento lindo y privado a días nada más de que le propuse casamiento a Jungkook en la entrada de P Nation, no nos pudimos aguantar esperar más. Le siguió una alocada fiesta después en casa de los padres de Jungkook, con todos nuestros seres queridos. 

No tardamos en compartir las imágenes con todos nuestros seguidores luego, para que vean que si nosotros podemos, todos pueden arriesgarse por el amor de su vida y ser feliz.

— Es que me da cosa que te quedes aquí trabajando, mientras nosotros nos vamos de fiesta — sigo tratando de convencer a Chan para que se una al viaje. Siempre iba conmigo a todos lados para cuidarme pero ya hace bastante que no lo hace, salvo para cuestiones de trabajo como ahora o alguna reunión de amigos.

Él dice que ahora Jungkook hace un perfecto trabajo cuidándome, y nos da nuestro espacio para hacer todo solos. La verdad me gusta, nos sentimos libres, nos sentimos dueños de nuestra vida, más allá del trabajo de idol y bailarín. Y aunque a veces necesitamos seguridad para ir a lugares muy públicos, por lo general con Jungkook nos manejamos muy bien por nuestra cuenta. Nos sentimos dos chicos más paseando por donde queramos, viviendo juntos en nuestra nueva casa y sintiéndonos normales a pesar de la fama.